Betancur: memoria, conciencia e inteligencia | El Nuevo Siglo
BELISARIO BETANCUR con Marco Antonio Velilla en uno de tantos eventos que compartieron.
Velilla 
Domingo, 12 de Febrero de 2023
Redacción Política

Belisario Betancur promovió en su gobierno la vivienda sin cuota inicial y la universidad abierta y a distancia, entre otros hechos que hoy todavía inciden en nuestra sociedad. También se recuerda porque fue el primer presidente en jugarse a fondo para alcanzar la paz por la vía del diálogo y por su aporte a la educación y la cultura, esta última una pasión en la que enfocó sus energías luego de dejar el servicio público. 

Betancur intentó llevar a cabo procesos de paz con las Farc, el M-19 y el Epl; sin embargo, no contó con todo el apoyo del país político y faltó también el compromiso de los grupos armados al margen de la ley, al punto que el ‘M’ se tomó el Palacio de Justicia, lo que terminó en un holocausto. 
 
El político conservador le puso rostro a la paz con una paloma, que todavía hoy es un símbolo para los colombianos que siguen esperando que cese la horrible noche de la violencia.

El pasado 4 de febrero se cumplieron 100 años del natalicio de Betancur Cuartas en un humilde hogar de Amagá, Antioquia. Falleció el 7 de diciembre de 2018 en Bogotá.

El centenario del nacimiento del líder conservador fue recordado con varios eventos y publicaciones, como el libro “Belisario Betancur. Un humanista universal”, que escribieron el exmagistrado Marco Antonio Velilla y el exministro Carlos Rodado Noriega. 

El jurista Velilla, en diálogo con EL NUEVO SIGLO, dijo que “es un hombre grande definitivamente”, con un “proceso de construcción personal poco común, extraordinario”, quien con su origen “fue de alguna manera superando todos esos obstáculos, y eso se manifiesta en toda su dimensión como un hombre de Estado y finalmente como humanista”.

Y Velilla tiene razones para decir esto pues fue cercano a Betancur durante largos años. “En 1977-1978 lo conocí en la campaña, yo era un estudiante de derecho, y posteriormente fui consejero presidencial en su gobierno”.

Tiempo después Velilla regresó de hacer estudios de maestrías en Francia, y entonces “acompañé al presidente en la Fundación Santillana, pero adicionalmente creamos con Édgar Morín, el filósofo francés que presidió el grupo de sabios para la educación del siglo XXI en Francia; con Fernando Savater; y algunos exministros como Gabriel Betancur, Rodrigo Escobar Navia, la Corporación Complexus, que está dedicada al pensamiento complejo”.

Sobre el libro que muestra al hombre, el político, el humanista, el enamorado de la cultura y el arte, Velilla explicó que “después de estar 40 años como gravitando yo alrededor, acompañándolo y muchas veces como coautor y cómplice necesario en muchas cosas, tenía una gratitud imperecedera por él y por supuesto me surgió del alma”.

Cuenta el exmagistrado que cuando se posesionó en la Academia Colombiana de la Lengua, quiso hacer el discurso sobre Belisario Betancur como un humanista universal, y “por supuesto fue una tarea larga porque es muy difícil que una vida que tiene tantas facetas, de alguna manera uno poder dar una óptica integral del personaje”.

Frente a este reto, señala el jurista, “fui tratando de equilibrar el hombre en su esencia, el hombre de Estado y el humanista, pero desde el punto de vista de mi vivencia personal”.

El humanista 

Velilla habló a este Diario del Betancur humanista, “la dimensión de su conocimiento desde el punto de vista de la literatura, de la estética en sus diferentes manifestaciones, el tema gráfico plástico que le viene por antonomasia por su vida siempre en función de referentes como el maestro De Greiff, los grandes pintores Alejandro Obregón y Fernando Botero. Amigo de premios Nobel como Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, José Saramago”.

Y personas “extraordinarias también en Colombia”, dijo Velilla, como “Manuel Mejía Vallejo, por ejemplo el maestro Arenas Betancur, y personas de las cuales se rodeaba, los científicos Manuel Elkin Patarroyo, Paolo Lugari y doña Amparo Sinisterra de Carvajal. Es decir, las personas en las cuales se retroalimentaba en un momento dado hicieron que fuese un hombre supremamente sólido y conocedor de muchas dimensiones, que usualmente alguien común y corriente no tiene”.   

Agregó que un gran legado que dejó Betancur a los colombianos se puede resumir en el lema de su gobierno de 1982 a 1986: “Sí se puede”.

“Una persona que tiene ese origen tan humilde y que posteriormente construye una estructura intelectual; construye una cantidad de vinculaciones, de relaciones; esa ambición planetaria, vicepresidente del Club de Roma. Él se anticipaba a los problemas, entonces tenía memoria del pasado, conciencia del presente e inteligencia del futuro”, expresó Velilla.

Añadió que su “gran legado es precisamente el de haber sido un visionario, el haber sido una persona con ese tesón. Diría también el haberse retirado de la vida pública siendo un gran expresidente dedicado a su pasión que eran la educación, la cultura y los libros”.

El político

El exmagistrado Velilla se refirió también a la faceta de Betancur como político.



Destacó su “formación de Estado porque hacía parte de un grupo de personas que trabajaron toda una vida para el interés general y el bien común, y por supuesto se formaron para eso. Ahora uno ve que hay unos procesos que no se quieren surtir y todo el mundo quiere ser presidente de la noche a la mañana, o ministro o magistrado de alta Corte”.

Añadió que ese tesón que mostró Betancur para salir adelante en su formación académica y desarrollo profesional, también lo enseñó en la política, pues “no tuvo el respaldo pleno de su partido en las tres primeras candidaturas, siempre trabajando con movimientos nacionales, y luego lograr que el Partido Conservador lo designara como candidato oficial”.

Betancur pasó por todos los cargos en la política pues fue diputado, representante a la Cámara, senador, ministro, hasta llegar a la primera magistratura.

“Considero que el presidente es un ejemplo de perseverancia y, por otra parte, de respeto de las reglas de juego. Al presidente nunca lo escuché hablar mal de nadie. Eso me impresiona porque en un mundo tan difícil como es el de la política pues se tiende a descalificar, y él no se refería ni agredía. Tenía por supuesto una conciencia de su dignidad, pero no era una persona que se expresara mal, así fuera cualquier persona que no mereciera el respeto”, dijo Velilla.  

La esquiva paz

Velilla dijo que el presidente Betancur fue el pionero de buscar la paz con varios actores armados. “Fue pionero, creo que fue una persona que lo hizo con toda la seriedad, con toda la convicción y con toda la estructura teórica”.

Sin embargo, anotó Velilla, en los propósitos del entonces presidente Betancur se cruza el empoderamiento del narcotráfico y un hecho puntual, como fue el asesinato de su ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. 

Velilla considera que la mayor frustración de Betancur pudo ser “el hecho de que estuviera adelantando el proceso de paz, y cuando había realizado un análisis tan de fondo, tan serio, estaba tan convencido, se exacerbó el fenómeno del narcotráfico. Ahí es cuando matan al ministro Lara Bonilla”.