Colombia trabaja en prevención de ataques a la libertad de expresión | El Nuevo Siglo
Viernes, 21 de Septiembre de 2012

Hacer una correcta aplicación y un seguimiento a las recomendaciones que hacen organizaciones como las Naciones Unidas y la OEA para blindar la libertad de expresión en Colombia es uno de los proyectos que empezó a trabajar hace algunas semanas la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP). La iniciativa pretende que el Gobierno Nacional tenga una posición favorable hacia la libertad de prensa y promueva políticas públicas que garanticen ese derecho.

 

La tarea no será fácil ya que Colombia es un país en el que se presentan hasta 60 amenazas anuales contra los periodistas, sin embargo, se espera que una de los resultados del trabajo mancomunado entre el Ministerio del Interior, la FLIP y otras Organizaciones no Gubernamentales permita una disminución en las cifras de amenazas y ataques a comunicadores, todo ello logrado a través de la creación y puesta en marcha de políticas prevención y protección.

 

Andrés Morales, director de la FLIP en diálogo con este Diario habló del proyecto, de las amenazas que sufre el periodismo local colombiano y los desafíos que le esperan a los periodistas que hagan cubrimiento de los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc.

 

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo blindar la libertad de expresión en el país?

ANDRÉS MORALES: Nuestro trabajo se enfoca principalmente en hacer seguimiento a las recomendaciones que han hecho las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA) en temas de promoción y protección a la libertad de expresión.

En ese sentido hemos hecho cuatro tipos de propuestas: unas enfocadas en prevención de violaciones a la libertad de expresión, otra relacionada con la protección a los periodistas mismos, otras enfocadas a la lucha contra la impunidad y otras de promoción de la libertad de expresión.

Digamos que el Estado y distintas instituciones están trabajando el tema, se está tratando de identificar cuáles son esas instituciones y mirar de qué manera se articulan, especialmente a través de una iniciativa que tiene el Ministerio del Interior a través de la oficina de Derechos Humanos de liderar una política de prevención en los ataques contra la libertad de expresión, la idea es trabajar ahí para hacer seguimiento y dar herramientas técnicas para hacer una política más integral.

ENS: ¿Cuáles son las principales amenazas que se han identificado para la libertad de expresión en el país?

AM: En este momento, desafortunadamente, Colombia sigue siendo un país violento para el periodismo, especialmente para el periodismo local, para los periodistas que siguen haciendo sus trabajos en las regiones.

Colombia sigue siendo un país donde se generan más de 60 amenazas a periodistas en el año, donde se genera un nivel de temor y autocensura por parte de los periodistas y esa sigue siendo una situación muy preocupante.

Hay que trabajar con el Estado para que, en efecto, se den medidas de protección físicas a aquellos periodistas en riesgo, pero mirar también de qué manera se previenen esos ataques y de qué manera se encuentran a los responsables de esas amenazas.

Por otro lado, se están empezando a presentar situaciones bastante graves contra la prensa como es el uso de demandas judiciales contra periodistas, el abuso de esas demandas.

Es claro que cualquier ciudadano tiene derecho a presentar denuncias contra cualquier persona, incluidos los periodistas, pero encontramos que cada vez se presentan demandas penales exageradas contra los comunicadores cuando emiten una opinión y ese tipo de cosas por supuesto violan la libertad de expresión.

ENS:El caso del secuestro de Romeo Langlois abrió la puerta para la creación de un manual para periodistas que cubren el conflicto. ¿Es necesaria la medida?

AM: Hay que trabajar en ese sentido, es muy importante dar herramientas para que los periodistas puedan hacer su trabajo especialmente en zonas y situaciones de riesgo como las que vivió el periodista francés Romeo Langlois.

 

Cubrimiento de diálogos de paz

 

El proceso de paz implica un desafío muy importante para la prensa, especialmente para no repetir los errores del pasado. En los procesos de paz anteriores los medios cumplieron un rol fundamental y desafortunadamente en ese papel muchas veces perjudicaron el mismo proceso, en este momento hay que ser conscientes de la responsabilidad que se tiene. Como medio es una responsabilidad que implica contextualizar sobre la información que se da, analizar la información que se da, analizar sobre todo las posiciones de lado y lado porque aquí no debemos ser una caja de resonancia donde sencillamente estemos dando a conocer lo que dicen unos y otros, sino entenderlo, contextualizarlo y explicarlo. Los medios van a jugar un papel fundamental y esperamos que estén a la altura del desafío que enfrenta todo el país.