Nuevamente surge la discusión en algunos sectores políticos sobre la posibilidad o no de una Asamblea Constituyente, en esta ocasión para sacar adelante las reformas que busca el Gobierno, pero que tienen dificultades en el Congreso para su aprobación, por lo menos en los términos que quiere la Administración, como pasa con la salud.
Se ha planteado esa posibilidad en el ala política más próxima al Gobierno (el petrismo), aunque el Ejecutivo hasta el momento no ha hablado del tema. Sin embargo, algunos miran con prevención que el presidente Petro ha invitado al pueblo a defender en la plaza pública las reformas.
Para el exministro y constituyente Juan Carlos Esguerra, si bien es un mecanismo contemplado en la Carta Magna para reformarla, este no es el momento para embarcarse en eso, y más teniendo en cuenta la polarización política que existe.
EL NUEVO SIGLO: Algunos piensan que el Gobierno acudiría a una constituyente dadas las dificultades que tiene en el Congreso para sacar adelante sus reformas. ¿Cree que podría optar por esta vía y cuáles serían sus riesgos?
JUAN CARLOS ESGUERRA PORTOCARRERO: Pues sí podría, siempre que se cumplan los requisitos que establece la propia Constitución para su eventual reforma por la vía de una constituyente.
Pero eso tiene unos trámites, tiene unos requisitos y, por supuesto, hay que cumplirlos todos y cada uno.
ENS: El expresidente César Gaviria, señaló que “pensar que en este momento hay ambiente jurídico para hacer grandes cambios a la Constitución o una constituyente es soñar”. ¿Comparte o no esta tesis?
JCEP: Sí, creo que en esa materia no está, como se dice popularmente, el ‘palo para cucharas’. Es decir, me parece que no hay un ambiente suficientemente respaldado por la gente para algo tan grueso como intentar una reforma constitucional por la vía de una Asamblea Constituyente.
Me parece que si eso se trata de imponer por unos a otros terminaría no funcionando.
ENS: ¿De pronto es más complicado actualmente que se apoye hacer una constituyente porque hay un Gobierno de izquierda y porque el presidente Petro ha invitado al pueblo a manifestarse en las calles frente a las reformas que hay en el Congreso?
JCEP: No creo eso porque por otro lado él ha repetido, y se lo he oído muchas veces, que es hincha de la Constitución de 1991, en la que él inclusive participó, dice, cuando estaba en el M-19 y ayudando a preparar los proyectos que presentó el M-19.
De manera que él dice ser partidario y defensor de la Constitución de 1991, con lo que eso significa.
Ahora, que se puede intentar, repito, una reforma constitucional por ese camino es posible, pero me parece que eso requiere un ambiente que en este momento no está dado.
Me parece que el ambiente está demasiado polarizado políticamente entre unos y otros como para intentar ese camino. Cosa distintísima de lo que ocurría en 1990 y 1991, en donde estaba todo dado para que se diera con suficiente respaldo de los unos y de los otros, y de los otros, un proceso como el que se cumplió en esa oportunidad.
ENS: Algunos piensan que acudir a la vía de la constituyente para hacer reformas es una manera de ignorar el Congreso, ¿cuál es su opinión?
JCEP: Es uno de los caminos para reformar la Constitución y, por supuesto, un camino que se da al margen del camino del Congreso, pero esas son posibilidades que coexisten, lo mismo que la de un referendo y demás, previstas en la propia Constitución.
No es inconstitucional una reforma por ese camino. Que es pasar por encima del Congreso, sí, cómo es pasar por encima del Congreso, adelantar la reforma por cualquiera otro de los caminos que tiene previstos la Constitución para su reforma.
ENS: De todas formas, la Constitución se autoblinda al establecer que la constituyente es el mecanismo de participación que más requisitos requiere para hacerse (…).
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JCEP: Por supuesto, porque el camino ordinario para una reforma constitucional es sin duda el camino del Congreso. Los demás son caminos constitucionales también, pero son extraordinarios.
ENS: A raíz del hundimiento en varias oportunidades de la reforma a la justicia, sectores como el uribismo proponen una constituyente limitada a este tema. ¿Cree que ello es posible o ya en su desarrollo sería inevitable que se desborde a otros asuntos?
JCEP: En su momento, la Corte Suprema de Justicia dijo, cuando se pronunció sobre el Decreto 1926 del año 1990, que si se convocaba una constituyente y, por consiguiente, quien iba a hablar era, “digámoslo así”, el constituyente primario, no se podían imponer límites en cuanto a la materia sobre la que se iba a referir la reforma. Y esa parte del Decreto fue tumbada.
Y, lo que se dijo es “si hay una constituyente, tiene el camino amplio para pronunciarse sobre cualquier tema constitucional”.
ENS: ¿Qué piensa sobre el desarrollo que ha tenido la Constitución del 91 en estas más de tres décadas?
JCEP: Me parece que ha tenido más reformas de las que correspondería, pero el desarrollo ha sido bastante positivo.
Hay algunas materias en relación con las cuales seguimos pendientes de que el Congreso haga la reglamentación y el desarrollo que corresponde. Pero lo que ha sido la marcha de la Constitución de 1991, la legitimidad de la Constitución, el cariño que le tiene la gente y la manera como se ha metido en el corazón de los colombianos, el sentimiento constitucional para mí es clarísimo.
ENS: ¿Qué lo frustra más por lo que no se ha desarrollado de la Constitución?
JCEP: Por ejemplo, en materia de la justicia nos falta naturalmente avanzar, intenté hacerlo, pero no funcionó. Me parece que hay ciertas reformas que son particularmente urgentes, sobre todo aquellas que deben orientarse a alejar la justicia de la política y la política de la justicia.