PARA LOSque dicen que las marchas no sirven para mayor cosa bastaría con recordarles que estas han cambiado el mundo, según la reflexión que hace el doctor en Sociología y profesor de la Universidad Nacional, Fabián Sanabria sobre las movilizaciones ciudadanas.
El experto en la materia dice además que hay muchas maneras de movilizarse, y una de ellas además de caminar, de marchar, es también una movilización en torno a la alegría y a la fiesta serena.
ELNUEVO SIGLO: ¿Cuáles son los efectos de las marchas sobre la sociedad y los individuos?
FABIÁN SANABRIA:Muchos afirman que las marchas no sirven para gran cosa, pero hay que recordarles a estas personas que las marchas han cambiado el mundo. Bastaría pensar con las marchas que organizó Martin Luther King o Mahatma Gandhi o la marcha de Jesús, también. Cuando uno piensa es la idea de movilización y de caminar, y la idea que se hace camino al andar, pues es una idea muy bella porque consiste en salir de sí, el que no camina es alguien encerrado, es alguien privatizado, es alguien muy conservador que le tiene miedo a lo público, a publicarse, a exponerse, a caminar, a recorrer, a errar.
En ese sentido me parece muy constructivo y supremamente bello que Antanas Mockus haya convocado a la ciudadanía en general: sin importar su raza ni su credo ni su condición religiosa ni su género, a que camine por la vida y realmente es triste, por no decir patético, que haya gente, no que no haya salido a marchar porque la gente tiene su derecho a quedarse viendo televisión si quiere o haciendo otra cosa, sino a oponerse radicalmente a marchar por la vida. No es solo triste sino patético.
ENS: ¿Cómo se puede explicar que se marche por la vida y al día siguiente haya reporte de dos o tres asesinatos?
FS:Esa es una de las desgracias que tiene este país, que para mostrarse vivo solo ha dejado rastros de muerte, y que pareciera que no aprendiéramos de todos estos movimientos de cultura ciudadana. Yo creo que Colombia tiene que aprovechar el escenario que simbólicamente nos pone en un ámbito distinto, con las mesas en La Habana no va a cambiar la vida, no va a llegar el posconflicto al día siguiente, hay que construirlo, ese es un proceso largo y lento pero gradual. Lo que sí nos pone es un escenario distinto, tenemos que aprender de eso que están conversando allá y sobre todo aprender a respetar que la vida es sagrada, y que si eso no lo adquirimos como un mínimo cultural, pues somos inviables como país. Es triste, deprime y obviamente, pues ojalá algún día sigamos aprendiendo de los errores, entonces lo que uno hace es una invitación a perseverar, perseverar y perseverar, aunque parezca absurdo.
ENS: Ahora viene una marcha por las víctimas el 9 de abril ¿Hacerlas tan seguido no las deteriora?
FS:Es un poco probable que eso ocurra. Evidentemente si a mí me ponen a evaluar lo que pasó con la marcha de Antanas en términos del discurso de él, que fue mucho más familiar, más cotidiano, más anecdótico, y el discurso del alcalde Petro que fue más político, un poco más ideológico, pues yo deploro que al final, en la Plaza de Bolívar, la marcha que convocó Antanas Mockus por la vida se haya petrificado, entonces eso sí yo lo deploro porque Bogotá está petrificada y evidentemente hay que pensar en un cambio un poco mayor, más constructivo, más de cara al siglo XXI, en una gran urbe que obviamente sepa sortear sus contradicciones sociales.
Sin embargo, es loable el hecho de convocarla el 9 de abril, fecha emblemática y hablar de las víctimas es algo que también debemos hablar en ese país. Espero que no tenga una organización politiquera sino que de la misma manera como realmente ocurrió con la marcha de Antanas, donde la gente espontáneamente sin ningún interés salió a caminar, ocurra lo mismo con aquellos que se sientan identificados con las víctimas. Claro, hacerlas tan seguido puede hacer que a la gente le déjartera y no salga, pero es eso, son parte de las dinámicas, así marcharan 5 o 10 genuinamente, eso es interesante.
ENS: ¿Qué otros mecanismos se pueden adoptar para cambiar el concepto de violencia que hay en el país?
FS:Yo creo que hay muchas maneras de movilizarse, y una de ellas además de caminar, de marchar, es también una movilización en torno a la alegría y a la fiesta serena. Hay un concepto que yo admiro mucho de Aristóteles que es: la vida buena, pero más allá de la vida buena hay que propender por la vida bella. Si los colombianos reconocemos nuestra belleza, nuestra sensualidad, nuestra serenidad, eso que nos congrega, que nos alegra, yo creo que vamos a poder cantar un ¡viva la vida! más fuerte, más grande, no necesariamente bochornoso sino tranquilo, sereno, y eso lo tenemos que construir desde la academia, desde la universidad, desde los medios de comunicación, con los responsables de la política, con nuestros gobernantes, con el Estado, la sociedad entera tiene que recuperar su alegría. Los colombianos no tenemos derecho a vivir tristes ni deprimidos porque hay muchos motivos, a pesar de las contradicciones y las adversidades, que nos alegrarían la vida.
Aprendizaje
Sanabria señaló que es importante que “Colombia tiene que aprovechar el escenario que simbólicamente nos pone en un ámbito distinto, con las mesas en La Habana no va a cambiar la vida, no va a llegar el posconflicto al día siguiente, hay que construirlo, ese es un proceso largo y lento pero gradual”.