Empiezan a prenderse las alarmas en las autoridades distritales y municipales ante la proximidad de las festividades de final de año, ante el riesgo de personas quemadas con pólvora.

A propósito de esto, cursa en la Comisión Primera de Cámara un proyecto que busca reforzar la regulación para la fabricación y uso de artículos pirotécnicos y fuegos artificiales con el fin de proteger el ambiente y los animales.

Este tema está regulado a través de varias leyes y como consecuencia de ello está prohibido comprar en sitios irregulares estos productos, sobre todo en espacios públicos. También se restringe la venta a menores de edad, personas en estado de embriaguez o bajo sustancias psicotrópicas.

De igual forma está prohibida la producción de artefactos pirotécnicos que contengan fósforo blanco, así como fabricar, tener, portar, almacenar, distribuir, transportar, comercializar, manipular o usar artículos pirotécnicos, fuegos artificiales, pólvora o globos sin el cumplimiento de los requisitos establecidos en la normatividad vigente.

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En la nueva iniciativa sus autores citan diversa evidencia científica y técnica que da cuenta de las afectaciones al medioambiente y a los animales asociadas con la producción y uso  de artículos pirotécnicos.

“La producción, almacenamiento, comercialización, adquisición, uso y disposición de artículos pirotécnicos y de fuegos artificiales puede dar lugar a múltiples modalidades de contaminación ambiental dentro de las que se encuentran contaminaciones del suelo, de fuentes hídricas o del aire. También puede acarrear y destrucción de recursos naturales a raíz de incendios forestales”, señala la iniciativa.

A su vez, los niveles altos de estas sustancias en el cuerpo pueden afectar la glándula tiroides, generando hipotiroidismo, pueden alterar los procesos hormonales y así afectar múltiples órganos. También que las mujeres embarazadas, los niños y los fetos pueden verse especialmente perjudicados y que esos efectos también se evidenciaron en ciertos animales.

El proyecto establece, en consecuencia, que las alcaldías municipales y distritales, en coordinación con las autoridades ambientales territoriales, deberán determinar la ubicación de los lugares en los que sea posible realizar el almacenamiento de artículos pirotécnicos o de fuegos artificiales previendo eventuales afectaciones ambientales.