Con la recuperación económica como su gran reto y la promesa de terminar la cruzada contra las violentas pandillas, arrancó el segundo mandato de Nayib Bukele como presidente de El Salvador. Con Félix Ulloa como vicepresidente, el mandatario centroamericano sabe que para este nuevo gobierno las expectativas de los salvadoreños van más allá del crucial tema de la seguridad. Si bien están de acuerdo con reforzar los operativos y encarcelamiento de las bandas criminales de alto espectro, urgen del reelecto jefe de Estado concentrarse en reactivar el aparato productivo, no solo de cara a crear más y mejor empleo, sino en impulsar las exportaciones y la competitividad, como fórmula para disminuir los índices de pobreza. La estabilidad monetaria es uno de los asuntos que más preocupa. Si bien la oposición está muy debilitada, tiene los ojos de la comunidad internacional encima.