¿Ahora sí?

Tras muchas dilaciones y cancelaciones de última hora, parece que ahora sí es inminente en encuentro entre los presidentes de Colombia y Venezuela. Tanto Juan Manuel Santos como Hugo Chávez tienen una agenda pendiente muy amplia pero por problemas de salud, coyunturas políticas o electorales la reunión binacional al más alto nivel se ha venido aplazando mes tras mes.

Paz y civiles (I)

Una de las mayores preocupaciones del Gobierno gira en torno de cómo tramitar el alud de peticiones de distintos sectores nacionales e internacionales que quieren tener la oportunidad de acceder a la mesa de negociación entre el Ejecutivo y las Farc, que comenzarán en firme a mediados de noviembre en La Habana. Es claro que no se les puede dar un portazo, aunque sea evidente que la mesa debe aislarse lo más posible de injerencias externas así como de las pujas de protagonismos de la llamada “sociedad civil”.

Paz y civiles (II)

La prevención del equipo gubernamental de negociadores de paz, que coincide con lo recomendado por los asesores internacionales en todo este proceso, es que si bien a la mayoría de las ONG e instancias civiles que quieren acceso a la mesa de negociaciones los mueve la buena fe, en algunos casos no se descarta que las Farc utilicen a varias de ellas para presionar al Gobierno a ceder en determinados aspectos. Los asesores extranjeros, que tienen experiencia en muchos procesos de paz, han indicado que lo prioritario es mantener la mesa ajena lo más posible a ruidos externos.

Blindados

Y hablando del arranque de la negociación con las Farc en La Habana, se sabe que las autoridades cubanas han tomado todas las medidas de seguridad no sólo para garantizar la integridad de los negociadores de lado y lado, su alojamiento, desplazamiento y posibilidad de aislarse del asedio de la prensa, sino que están sorprendidas ante la cantidad de periodistas que han solicitado permiso para ingresar a la isla con el fin de cubrir este naciente proceso de paz el próximo 15 de noviembre. Incluso a Cuba irían más comunicadores que los que asistieron a la instalación de la mesa en Oslo hace dos semanas.

¿Más flexibilidad? (I)

En momentos en que la temporada de cruceros toma auge en el Mar Caribe, persiste la preocupación de agentes turísticos y dueños de discotecas en Cartagena, Santa Marta e incluso en San Andrés debido a que las normativas locales, departamentales y nacionales cada vez son más restrictivas respecto de la duración de la rumba en horas de la madrugada, el ingreso de menores de edad a estos establecimientos y la posibilidad de venderles licor.

¿Más flexibilidad? (II)

“… Hay que entender que Colombia está de nuevo en la hoja de ruta de los cruceros y que en muchos de ellos vienen cada vez más grupos de jóvenes, los cuales, obviamente, siempre quieren irse de rumba hasta altas horas de la madrugada… El problema es que la hora zanahoria obliga a cerrar a la una o dos las discotecas, al tiempo que impide la entrada de menores de edad a los sitios de rumba y menos venderles licor… Hay destinos en el Mar Caribe que son más flexibles en estos casos y allí Colombia está teniendo una limitación…”, precisó un veterano agente turístico en diálogo con EL NUEVO SIGLO.