Críticas de Galán (I) | El Nuevo Siglo
Lunes, 11 de Enero de 2016

No han sido pocas las interpretaciones que se han dado a las afirmaciones del senador Juan Manuel Galán en su más reciente columna de opinión, titulada “El 2016 traerá cambios políticos e institucionales de gran envergadura”. Al hablar sobre la urgencia de reingeniería de los partidos, dijo que era el momento de reclamar de éstos “el inicio de una profunda renovación. Una renovación que permita superar la imagen negativa proyectada, recuperar su valor como institución y eje fundamental del sistema democrático y aplicar medidas concretas de cambio”. Hasta ahí todo bien, por tratarse de un pronunciamiento de tipo general sin especificar a ninguna colectividad en particular.

Críticas de Galán (II)

Sin embargo, el siguiente párrafo sí generó más de una hipótesis en torno a si el senador liberal, que ha tenido más de un pulso interno en las toldas rojas, estaba refiriéndose a una situación específica que no quiso precisar: “Me refiero como lo hemos dicho en otras ocasiones, a la necesidad de que las decisiones internas de los partidos sean el resultado de un debate limpio entre sus miembros y no simplemente de la conveniencia política; la necesidad de volver a las bases electorales para consultar sus expectativas y no seguir siendo empresas que se activan únicamente en campaña bajo intereses personales. En fin, aquí hay una oportunidad de oro para cambiar ¿seremos capaces de acoplarnos a los nuevos vientos que soplan en el país?”.

Memorial de Gaviria (I)

La senadora Sofía Gaviria, codirectora del liberalismo, también aprovechó su columna de opinión para sentar posición sobre un tema tan complejo como el de la paz. Dijo que debía reflexionarse acerca de los acuerdos entre el Gobierno y las Farc, “en aras de depurarlos y optimizarlos, para que las negociaciones sí conduzcan a una paz duradera, al soñado fin del conflicto, y no a una simple firma registrada por la prensa mundial y bendecida en Oslo con el Nobel”.

Memorial de Gaviria (II)

De acuerdo con la congresista antioqueña, hermana del secuestrado y asesinado exgobernador, el Artículo 77 (parte VII) del Estatuto de Roma, suscrito por Colombia, precisa  los requerimientos pertinentes para que un proceso de paz sea legítimo: reconocimiento de la responsabilidad penal, desmovilización y desarme efectivos, garantías de verdad y no repetición, penas proporcionales a la gravedad de los hechos, y condenas efectivas a los máximos responsables que satisfagan los objetivos de la pena (que son la condena pública de la conducta criminal, el reconocimiento del daño causado a las víctimas y la disuasión de conductas criminales ulteriores).

Memorial de Gaviria (III)

La congresista agregó que además del Estatuto de Roma, el proceso de paz debe ceñirse a principios universales consagrados en tratados como la Convención sobre la Esclavitud (1927), la Convención para la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Lesa Humanidad y de Guerra (1970), el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1976), la Convención Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1987) y, muy especialmente, la Convención sobre los Derechos del Niño (1990). Tras todo lo anterior, Gaviria, hermana del exalcalde de Medellín, no sólo advirtió que el acuerdo judicial incumplía las múltiples reglas internacionales mencionadas, sino que sus efectos no podrían ser reconocidos jurídicamente en el ámbito nacional ni en el internacional.