“Estamos arruinados y no tenemos para pagarles a los soldados después de octubre”. Esas, según el nuevo libro del expresidente Álvaro Uribe denominado No hay causa perdida, habrían sido las palabras con las que en agosto de 2002, apenas tres semanas después de llegar a la Casa de Nariño, el ministro de Hacienda, Roberto Junguito, le advertía al Jefe de Estado sobre los problemas presupuestales para financiar a las Fuerzas Militares. De esa conversación, según se desprende de lo relatado en el libro, habría nacido la idea de crear un Impuesto al Patrimonio Líquido para financiar el gasto militar y que sirvió de fuente de recursos para la Política de Seguridad Democrática, junto al Plan Colombia.
Chávez debe a Uribe
Obviamente Uribe menciona en muchas partes de su libro su traumática relación con el presidente venezolano Hugo Chávez. Sin embargo, hay algunas anécdotas en las que la política o las Farc no aparecen pero sí las pullas. Por ejemplo, Uribe trae a colación la famosa reunión con Chávez en cercanías de Medellín, en donde el mandatario colombiano montó un caballo de paso fino mientras mantenía en la mano una taza de café, de la cual no derramó ni una sola gota. Según Uribe le apostó a Chávez “unos barriles de petróleo” a que podía hacerlo, hoy, años después, “todavía me debe los barriles de petróleo”.
¿Ventilador?
La captura en Venezuela del señalado capo Daniel, alias “Loco Barrera”, tendría más que preocupados a una serie de dirigentes políticos e incluso oficiales y exoficiales de la Fuerza Pública, con los que el cabecilla narcotraficante habría tenido relación durante su larga carrera criminal. Incluso ayer se rumoraba en los pasillos del Palacio de Justicia que era posible que empezaran a llegar anónimos denunciando a congresistas que habrían tenido nexos con el capturado capo, de quien se dice tiene en todo lo que sabe sobre narcoinfiltración en el Estado, una carta muy fuerte para negociar con las autoridades colombianas o las estadounidenses.
Alivio general
Y hablando del “Loco Barrera”, es claro que uno de los que sintió un gran alivio el martes en la noche cuando el presidente Santos informó oficialmente de la captura del jefe narcotraficante, fue el exdirector de la Policía y nuevo integrante del equipo gubernamental de negociación con las Farc, general (r.) Óscar Naranjo, a quien en los últimos dos años al frente de la institución se le convirtió casi en una obsesión la posible detención del llamado “último de los grandes capos”.
Alerta gaucha
Y hablando de narcotráfico se sabe que las autoridades colombianas y argentinas estarían estableciendo canales de cooperación judicial más estrechos y activos, con el fin de cruzar información que permita capturar en el país del cono sur a los cabecillas de carteles de la droga de nuestra nación que han llegado a tierras gauchas tratando de esconderse de la persecución de las autoridades. Pero la cooperación no sólo sería en materia de narcotráfico, sino también en cuanto a delincuentes comunes pues se ha denunciado una serie de robos de apartamentos en Buenos Aires que tendrían detrás a colombianos.