Molestia normal | El Nuevo Siglo
Miércoles, 14 de Agosto de 2013

Molestia normal

“Claro que los generales que salen se molestan… Cuando un oficial entra a la carrera su aspiración no es otra que llegar a los cuatro soles y el comando de la fuerza… Si usted  no lo logra, sea por las circunstancias que sea, queda la satisfacción del deber cumplido tras muchos años de servicio a la Patria, y porque a través de ese servicio se llegó a los niveles más altos de la carrera, pero también hay un asomo de decepción pues todos queremos ser comandantes pero no todos lo podemos ser”.

‘Papismo’ castrense

La anterior fue la explicación que uno de los generales que pasa a uso de buen retiro le dio a un periodista de EL NUEVO SIGLO que, en tono off the record, le pidió su impresión respecto a cómo se había recibido en la cúpula castrense el relevo de los comandantes de todas las Fuerzas Militares y de la Policía. El general, cuyo nombre se omite, fue claro en que las especulaciones sobre el impacto del remezón castrense y policial es la clara evidencia de que en Colombia “somos más papistas que el papa”.

Siguiendo el ejemplo

Para quienes conocen de cerca al presidente Santos no resulta nada extraño que haya decidido elevar el tono a las réplicas frente a las duras críticas del uribismo. Incluso, un dirigente que hizo parte del anterior gobierno y que ostenta un alto cargo en el actual le dijo a varios parlamentarios que el “culpable” de la reacción de Santos era el propio Uribe, pues en los tiempos en que el primero era ministro de Defensa y el segundo Jefe de Estado este último siempre regañaba a los integrantes del gabinete por no defender con “ardentía” la labor del Gobierno. Uribe siempre les decía que los ataques personales se podían tolerar, pero no las críticas injustas a la labor del Ejecutivo. Vea pues.

Peso a peso

Entre los críticos del presidente del Fondo Nacional del Ahorro, Ricardo Arias, hay quienes dicen que la compra de la sede de la entidad en el sector de la zona industrial de la capital del país fue muy costosa. Sin embargo, la realidad es que el edificio, antigua sede de la multinacional Siemens, fue adquirido por cerca de 80 mil millones de pesos y en la última valoración que se le hizo -con peritos privados- ya se acercaba a los 110 mil millones.

Más valor

Lo anterior significa, entonces, que la edificación se valorizó por encima del 30 por ciento en muy poco tiempo. Y la tendencia se mantendrá, pues en frente de la sede del FNA se está construyendo uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad, lo que, por obvias razones de lonja raíz y plusvalía inmobiliaria, aumentará el valor de todas las edificaciones de la zona. Incluso, cuando se compró el edificio, que concentró todas las dependencias de la entidad que estaban disgregadas en el centro de la ciudad, se logró que sus salientes propietarios, muy al estilo de los comúnmente negocios llamados a “puerta cerrada”, dejaran mucho mobiliario, lo que le ahorró a la entidad oficial una erogación adicional para comprarlo.