Off the record | El Nuevo Siglo
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Sábado, 25 de Noviembre de 2017
Redacción Política

Semanas atrás había algunas preocupaciones en la Policía por el efecto que pudiera tener el anuncio de que el Gobierno presentaría un proyecto de ley para facilitar el sometimiento colectivo de las bandas criminales de gran espectro, tipo ‘Cartel del Golfo’. Se temía, en voz baja, que dicha iniciativa, que fue finalmente radicada por el Ministerio de Justicia en el Congreso, pudiera quitarle vapor a la megaoperación que lleva varios años contra esa organización delincuencial que es dirigida por alias ‘Otoniel’. Sin embargo se dieron en las últimas semanas dos de sus más grandes logros. Primero, el decomiso de más de 12 toneladas de cocaína lista para exportar en el Urabá antioqueño y, segundo, la caída de alias ‘Inglaterra’, tercero al mando. La discusión del proyecto no pudo avanzar esta semana y como el ‘fast track’ vencerá el próximo miércoles, ya se da por hundido. Si el Gobierno insiste, tendrá que volver a radicarlo por la vía ordinaria y con mensaje de urgencia.

El decano de los congresistas

Si el senador Roberto Gerlein logra la reelección en los comicios parlamentarios de marzo próximo, entraría a marcar récord como uno de los congresistas con más tiempo en la curul a nivel mundial. El dirigente conservador ya suma 44 años con un escaño en el Congreso y aunque ha padecido algunos quebrantos de salud últimamente, a sus 79 años todavía no solo considera que puede seguirle  prestando un servicio al país, sino que varios de sus colegas insisten en que encabece la lista al Senado en marzo, ya que es considerado el “decano” del Congreso y uno de los dirigentes conservadores con mejor imagen y nivel de recordación. Su inscripción se llevó a cabo el pasado miércoles, en su casa en Barranquilla. Las toldas azules tienen tres senadores del Atlántico: Gerlein, Efraín Cepeda y Laureano Acuña. La idea es que los tres puedan repetir curul.

Las razones uribistas

En las toldas uribistas se dice que serían tres las razones de fondo del expresidente Álvaro Uribe para haberle cerrado el paso a la precandidatura de Óscar Iván Zuluaga, más allá de las ya conocidas y referidas a las investigaciones por el escándalo Odebrecht. La primera, que aunque era muy seguro que ganaría la competencia interna entre los precandidatos, su figura no generaba el suficiente consenso al interior del Centro Democrático. La segunda, que las propuestas programáticas uribistas podrían, si Zuluaga fuera el candidato, verse eclipsadas por la continua polémica política y jurídica sobre el caso Odebrecht en medio de la recta final de la campaña. Y, tercera, que Uribe quiere que Zuluaga empiece a tomar las riendas del partido porque considera que sus “carnitas y huesitos” –las del exmandatario- ya necesitan un ritmo menor y que otro dirigente de peso se encargue del día a día político y parlamentario.

¿Jugada de los antipeñalosistas?

Están muy molestos en las toldas peñalosistas por los rumores que vienen circulando en torno a que algunos de los promotores de la campaña de revocatoria del  mandato estarían afirmando que si llegado diciembre el Consejo Nacional Electoral aún no le ha dado vía libre a la convocatoria en las urnas (todavía está revisando todavía si se despejaron las dudas sobre la financiación y los estados contables de la campaña de recolección de firmas), pedirían que, con el objetivo de ahorrar recursos públicos, la revocatoria se vote un día antes de los comicios parlamentarios de marzo. Para algunos dirigentes peñalosistas es claro que por esta vía lo que se estaría buscando es que la bandera de la revocatoria sirva de bandera electoral para varios candidatos a la Cámara y el Senado de partidos de izquierda. No hay que olvidar que ya el Ministerio de Hacienda ha puesto peros a varias consultas populares y revocatorias, aduciendo la falta de recursos provisionados por la Registraduría.