Off the record | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Miércoles, 25 de Julio de 2018
Redacción Política

Reforma tributaria (I)

Para los gremios económicos, que el presidente electo Iván Duque arranque la agenda legislativa por la vía de la reforma tributaria, tiene puntos a favor y en contra. Dentro de los primeros está que el Jefe de Estado entrante tiene un alto nivel de popularidad y un buen capital político listo para empezar a gastar. De igual manera los empresarios consideran que solo una coalición parlamentaria nueva y fuerte, que sigue a la expectativa de cómo se terminarán definiendo las cuotas del poder político y burocrático -que siempre las hay- se le medirá a discutir y aprobar una reforma que parte de tres elementos básicos, dos de ellos de buen recibo popular y otro no tanto. Como se sabe, el ajuste impositivo que planteará Duque incluye una rebaja de impuestos a las empresas y un esquema de rápido desmonte de exenciones tributarias, pero también será necesario ampliar la base de pagadores de algunos impuestos y tasas, lo que impactará necesariamente a la clase media y baja.

 

Reforma tributaria (II)

Sin embargo, presentar en esta primera legislatura la reforma tributaria también tiene sus riesgos, en especial los relativos a que construir la coalición parlamentaria no fue nada fácil y falta ver si partidos como Cambio Radical y La U van a votar positivamente un incremento de los impuestos cuando en campaña prometieron todo lo contrario. Por más lógico que disminuir los impuestos a las empresas redunde en un mayor dinamismo productivo y generación de empleo, la sola posibilidad de que los trabajadores y la clase media tengan que pagar más tributos para suplir el hueco que deja la primera medida, no será fácil de vender a una ciudadanía golpeada por la difícil situación económica. Asimismo, es apenas lógico que la oposición aproveche el ‘papayazo’ de la reforma tributaria para atacar con todo al gobierno y a su coalición. Petro, Robledo y compañía tendrán en estos debates, como se dice popularmente, un “bocatto di cardinale” para criticar sin tregua un ajuste de impuestos a todas luces impopular.

 

¿Y Marta Lucía?

Un periodista de EL NUEVO SIGLO le preguntó ayer a un alto cargo del Centro Democrático cuál sería el rol puntual y específico que va a desempeñar la vicepresidenta electa Marta Lucía Ramírez en el nuevo gobierno. La fuente respondió que “ese asunto todavía no está claro”, pero aseguró que lo más posible es que la segunda a bordo cumpla un papel de súper-vigilancia  y control de cumplimiento de metas generales. Agregó que “no veía a Marta Lucía, como ocurrió con Vargas Lleras, manejando un sector específico del gobierno, sino como coordinadora transversal de gestión, muy parecido a lo que en Estados Unidos y otros gobiernos suele denominarse como jefe de gabinete, con todas las prerrogativas del caso.

 

Poco chance…

La posibilidad de que los bogotanos puedan votar en la elección de Gobernador de Cundinamarca no parece tener demasiado futuro, más aun después de que un periodista de este Diario consultara a varios de los representantes de la Cámara por el departamento. Estos se opusieron rotundamente a esa eventualidad e incluso algunos senadores con votación en la capital del país calificaron la propuesta como “propia de gente con ideas”.

 

No gustó nada…

Una fuente de la coalición petrista, que tiene cuatro curules en el Senado, indicó que al excandidato presidencial y congresista Gustavo Petro no le hizo gracia la acción de Antanas Mockus al bajarse los pantalones en la plenaria el pasado viernes. Según trascendió, varios senadores de la oposición consideraron que el acto de protesta del también exalcalde de Bogotá y excandidato presidencial le quitó seriedad a su postulación como presidente del Congreso. Aunque la oposición sabía que iba a perder ante el candidato de la coalición gubernamental (Ernesto Macías), la postulación del congresista verde habría resultado más significativa sin que hubiera mediado el controvertido gesto.