Haber perdido en las urnas el pasado domingo tiene a más de un dirigente uribista repensando su futuro inmediato, pues no pocos ya veían cerca el triunfo y, por lo mismo, la posibilidad de entrar a altos cargos en el eventual gobierno de Óscar Iván Zuluaga. Como eso ya no ocurrió, entonces la vista se puso en los comicios del próximo año para alcaldías y gobernaciones. El problema es que ya hay desde hace varios meses otros líderes uribistas en el partidor de las candidaturas para alcaldías principales y no pocos de los 32 departamentos. Líderes que creían que ya tenían ganado el derecho y deberían preocuparse por los rivales que salieran de los otros partidos. Ahora, la competencia empezó a salirles pero desde el mismo interior del Centro Democrático.

Reversa uribista (II)

En política en no pocas ocasiones las promesas se las lleva el viento. Y eso, precisamente, es lo que está pasando con los compromisos de algunos parlamentarios salientes y dirigentes nacionales y regionales que una vez Zuluaga ganó la primera vuelta de los comicios presidenciales, habían asegurado que renunciarían a sus colectividades de origen para ingresar oficialmente a las filas del Centro Democrático. Estas dimisiones, se presumía, se darían en la segunda quincena de junio, tras la elección en segunda vuelta.

Reversa uribista (III)

Sin embargo, ahora que las urnas dieron la victoria al santismo y su coalición de Unidad Nacional, se afirma que más de uno de esos dirigentes que habían prometido públicamente incluso renunciar a sus curules en concejos, asambleas y hasta en el Congreso, así como a sus partidos, para hacer tránsito al uribismo sin quedar inhabilitados para postularse en las elecciones regionales de octubre de 2015, decidió ahora ‘repensar’ la decisión y esperar un tiempo más. El único que públicamente cumplió la palabra es el senador Juan Carlos Vélez que renunció a la curul y al Partido de La U para pasarse al Centro Democrático, aunque no se sabe si aspirará a la Alcaldía de Medellín o la Gobernación de Antioquia, en gran parte porque para este último cargo la exsenadora ramista Liliana Rendón lleva varios meses en campaña previa.

Cábalas futbolísticas

Tan pronto como el martes  se supo que el presidente Santos viajaba ayer a Brasil para presenciar hoy el partido de la Selección Colombia contra Costa de Marfil, empezó a surgir en las redes sociales un alud de reacciones a favor y en contra. Los críticos decían que se trataba de un vitrinazo presidencial para colgarse de la popularidad del combinado patrio. Los defensores sostenían que el hecho de haber ido al segundo partido y no al primero, que se dio en la antesala de la cita a las urnas, evidenciaba que Santos no se quiso acaballar nunca en la popularidad de la Selección. Sin embargo, circularon varias estadísticas en la web según las cuales los equipos con los presidentes de sus países en las tribunas tuvieron un desempeño regular, salvo casos excepcionales como Dilma Rousseff en el debut de Brasil. Cábalas para todos los gustos.