Sin ambiente | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Julio de 2014

En los pasillos del Congreso, que a medida que se acerca el día de la instalación se ven más concurridos, se escuchan versiones que indican que la propuesta de acabar con el voto preferente en las elecciones de cuerpos colegiados como el Congreso, las asambleas departamentales y los concejos municipales no tendría mayor apoyo entre el grueso de los parlamentarios, que consideran que por esa vía se favorecería que las cúpulas partidistas tuvieran de nuevo el poder de pase o veto para decidir quiénes surgen y quiénes no en las colectividades.

 

Centralismo vs. regiones

 “… Esa propuesta de acabar con el voto preferente para volver a listas cerradas, en las que prima la política del bolígrafo, sí que es un regalo envenenado… Si así fuera, le aseguro periodista que yo nunca habría podido llegar al Senado”, dijo un senador que lleva ya dos períodos consecutivos. Tras pedir la reserva de su nombre, porque el tema aún no ha sido tratado en bancada, dijo que no deja de ser raro que es precisamente en Bogotá en donde más se insiste en volver a las listas cerradas, mientras que en las regiones el asunto no tiene el menor eco. “… Revise porcentualmente cuántos senadores son del interior y cuántos de las regiones, y verá que son más los últimos… Con listas cerradas eso no habría sido posible”, agregó.

 

Democracia interna

Sin embargo, entre quienes promueven que se acabe con el voto preferente, bajo la tesis de que ese mecanismo atomiza a los partidos y les impide imponer disciplina programática e ideológica, no necesariamente volver al sistema de listas únicas cerradas implica que las cúpulas de las colectividades sean las que decidan el puesto que debe ocupar cada candidato en la respectiva plancha. Por ejemplo, se estudia la posibilidad de obligar a que los partidos, de manera interna, establezcan mecanismos abiertos y democráticos para que sean éstos los que decidan si un determinado candidato queda de primero, diez, veinte o treinta en una lista. Esos mecanismos irían desde encuestas regionales y nacionales, convenciones descentralizadas y hasta consultas internas.

Reflexión de retirados (I)

En las distintas organizaciones que reúnen a militares y policías en situación de retiro también asoman voces que consideran que es hora de pasar la página de las contiendas políticas y electorales, en las que fue absolutamente claro que se tomó partido, y buscar vocerías nuevas que permitan una interlocución menos prevenida con el gobierno del reelecto presidente Juan Manuel Santos.

 

Reflexión de retirados (II)

Incluso, según conoció EL NUEVO SIGLO, hay altos mandos en situación de retiro que consideran que la postura de los militares de la reserva ha perdido eco e impacto político y mediático, porque de inmediato hay muchos sectores que la encajonan como ‘uribista’, dejando de lado lo que por muchos años se creía en torno de que cuando estas organizaciones de retirados hablaban, estaban diciendo lo que los oficiales y suboficiales de laFuerza Pública activos no podían exteriorizar por la prohibición de incurrir en beligerancia política.