¿Y el tercer canal? | El Nuevo Siglo
Miércoles, 3 de Septiembre de 2014

Siempre al comienzo de los gobiernos, al menos de los cuatro últimos, uno de los temas más recurrentes ha sido qué va a pasar con el viejo pulso por tener en Colombia un tercer canal privado de televisión en nivel nacional. Como se sabe, en el segundo mandato de Uribe y el primero de Santoshubo sendos procesos para montarle competencia a RCN y Caracol, pero por distintas circunstancias de orden legal, contractual y hasta por consideraciones de coyuntura política, esa posibilidad quedó trunca. Es más, la puja jurídica entre los sectores partidarios de viabilizar esa tercera señal -y postularse para ganar esa subasta- y los que se oponían a la misma, dio lugar a un curioso término que fue acuñado por varios medios de comunicación, en especial La W radio: “los ciudadanos preocupados”.

 

Ahí va pero…

¿Por qué ahora que arranca el segundo mandato de Santos ese tema del tercer canal privado de televisión no ha sonado tanto? Legalmente el proceso continúa en cabeza de la Autoridad Nacional de Televisión, pues era necesario antes de abocar un nuevo proceso de licitación actualizar los estudios en torno de demanda, mercado y torta publicitaria así como posibles costos de la licencia de concesión, entre otros requisitos inesquivables. A ello se suma, según muchos corrillos políticos, que en plena campaña presidencial introducir un tema tan delicado como la adjudicación de un tercer canal privado de televisión podría politizarse o ser interpretado como un instrumento para condicionar a los medios.

 

“Leyenda urbana” 

¿Habrá, ahora sí, la posibilidad de un tercer canal? La respuesta, según consultó EL NUEVO SIGLO con una muy alta fuente gubernamental, es que ese proceso se podría estar convirtiendo en una especie de “leyenda urbana”, ya que la irrupción en Colombia de la televisión por cable (más de la mitad de los hogares cuenta con esta clase de señales) hace prácticamente inviable apostar por un tercer canal privado, pues mientras la primera puede ofrecer decenas de canales por un precio módico, el segundo, que tendría que hacer cuantiosas inversiones por la licencia y la logística de programación, sólo contaría con una señal en su plataforma. El desequilibrio, según la fuente consultada, sería más que evidente. Así, hoy por hoy los distintos cableoperadores terminaron convertidos en el tercero, cuarto, quinto, sexto… canales de televisión de cubrimiento nacional. El pleito entre los canales privados y los cableoperadores por la señal de alta definición de los primeros, tiene ese telón de fondo.

 

La TV pública   

De allí que hoy en la agenda de la ANTV los temas más importantes (a diferencia de lo que ocurrió en su momento con la siempre polémica Comisión Nacional de Televisión) sean los referidos a cómo fortalecer la televisión pública tanto en calidad como en cobertura, desarrollo de proyectos audiovisuales, televisión comunitaria, la adopción de nuevas tecnologías digitales de transmisión y recepción, modernización de los marcos reguladores del mercado televisivo, así como otro menú de temas. Como se ve, el tema del tercer canal, si bien no salió de la agenda, lo cierto es que sí perdió gran parte del interés que tenía años atrás y que llegó a conformar bloques de consorcios mediáticos nacionales e internacionales de primer nivel detrás de esa concesión.