En los últimos 37 años, los casos de obesidad se han triplicado en Colombia. Según el Ministerio de Salud y Protección Social, actualmente la tasa de obesidad en los adultos es del 19% y se estima que al año 4.000 personas entre los 30 y 70 años pierden la vida por enfermedades asociadas a esos kilos de más.
En cuanto a los niños que tienen entre 5 y 17 años, las cifras son aún más preocupantes. Se estima que uno de cada cuatro niños padece de obesidad. En 2010, la tasa de obesidad infantil era de 17.5% mientras que actualmente corresponde al 25%.
Según Leonardo Díaz Palacio, médico pediatra adscrito a Colsanitas, “culturalmente existe el imaginario equivocado de que el niño está sano mientras que esté gordo. Y esto, sumado a que en muchos casos son los abuelos los que cuidan a los hijos, repercute en que los niños tengan un exceso de peso que terminará ocasionando enfermedades tanto en la juventud como en la adultez.”
¿Qué ha pasado en las últimas décadas? ¿Por qué las cifras de obesidad en niños vienen aumentando en Colombia? Los hábitos de los millennials, la calidad de los alimentos y el poco ejercicio que realizan, son algunos de los múltiples factores que han influido en este comportamiento. Estos son los seis aspectos de la obesidad infantil que deben ser conocidas por los padres.
1. Enfermedades producto de la obesidad infantil: el pediatra Leonardo Díaz manifiesta que cada día atiende más consultas de niños que acuden por hígado graso, colesterol y triglicéridos altos. Otras de las complicaciones asociadas a este padecimiento son las alteraciones hormonales, el síndrome metabólico, la hipertensión, la resistencia a la insulina, los desórdenes metabólicos, problemas gastrointestinales, entre otros.
2. Importancia de la alimentación: comer bien es uno de los factores más incidentes en la obesidad tanto infantil como en adultos. En los últimos años los hábitos alimenticios cambiaron, en el mercado existen gran cantidad de alimentos procesados con alto contenido de sodio, grasas, azúcar y preservativos. Hoy en día se están encontrando, inclusive, casos de obesidad en niños lactantes. Y es que, aunque, se trate de un alimento ideal, el consumo de cualquier alimento sin gastar la ingesta calórica lleva a obesidad.
3. El deporte, actividad esencial: pediatras, deportólogos y endocrinos coinciden en que el deporte es imprescindible no solo para crecer bien físicamente, sino para tener un adecuado desarrollo psicológico e intelectual.
Como la buena alimentación, la afición por la actividad física o el deporte se inculca desde la niñez y es un hábito que permanecerá durante la edad adulta. Además, el ejercicio debe ser divertido, garantizando que le guste al niño para que no se convierta en una imposición o un motivo de estrés para el niño.
4. Hábitos de vida saludables: uno de los principales motivos por los que los niños sufren hoy más de obesidad que en décadas pasadas es el estilo de vida poco saludable que llevan. Permanecer frente a un celular o una pantalla de televisor, en lugar de estar realizando actividades físicas y recreativas influye notablemente.
5. Solicitar ayuda profesional: la obesidad es una enfermedad multifactorial. No existe un órgano que no sea afectado, afecta todo el metabolismo y todas las hormonas. A la comunidad médica le llama la atención el hecho de que las madres no soliciten consultas por la obesidad de sus hijos. “Las consultas solo aparecen cuando los niños empiezan a ser víctimas de matoneo en el colegio o empiezan a padecer problemas psicológicos“, afirmó el doctor Díaz.
Por ser una enfermedad multifactorial, debería tratarse con un equipo multidisciplinario: nutricionista, psiquiatra, endocrinólogo, deportólogo y un trabajador social que estudie lo que se consumen tanto en la casa como en el colegio.
6. Atención al azúcar: está comprobado que el azúcar es adictivo. Los pediatras recomiendan que los niños no consuman azúcar antes del año de nacidos.
Hay que saber que no solo lo dulce contiene azúcar, Los carbohidratos, simples o complejos, están hechos de moléculas de azúcar que se convierten en glucosa y son usados por el organismo como energía. Según la Organización Mundial de la Salud, tanto para los adultos como para los niños, debería reducirse el consumo de azúcar en un 10% de la ingesta calórica.
Los especialistas aconsejan los carbohidratos o azúcares complejos (zanahoria, naranja, papa) sobre los simples (ponqués, chocolates, gaseosas).