Arácnidos viven en su cara sin que usted lo sepa | El Nuevo Siglo
Foto Wikipedia.
Jueves, 17 de Enero de 2019
Gerald Lucero

Sabemos que en nuestro organismo vive una gran cantidad de bacterias, la gran mayoría de ellas inofensivas; varias incluso pueden ser beneficiosas en distintos casos. Pero pocos saben que también somos el hogar de pequeños arácnidos.  A pesar de lo extraño que suene, es verdad.

Se trata de dos especies del género Demodex: Demodex folliculorum y Demodex brevis, conocidos comúnmente como 'ácaros de las pestañas', aunque también viven en las cejas, el mentón, la nariz y cualquier otra parte de la cara o algunas del cuerpo. Estos colonizadores se alimentan de la grasa y las células muertas que se desprenden de nuestra cara. 

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Pequeños arácnidos que viven en todos los adultos
Demodex.

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Los Demodex folliculorum, que miden entre 0'3 o 0'4 mm, viven en los folículos pilosos. Los Demodex brevis se mantienen en las glándulas sebáceas y son un poco más pequeños; sin embargo, pueden caminar por la piel. El cuerpo de ambos es semitransparente y alargado, constando de dos segmentos fusionados. Al igual que las arañas, cuentan con ocho extremidades que están solo en una parte del cuerpo. 

Estos ácaros se encuentran en todos los humanos adultos y generalmente no causan problema alguno, a menos que haya un gran número en el cuerpo o el sistema inmunológico esté debilitado, generando demodicosis, una afección que se caracteriza por picazón e inflamación, principalmente. Hay que destacar que tampoco generan beneficios.

Investigaciones señalan a estos arácnidos como una causa potencial del rechazo a los lentes de contacto, algo que afecta a distintos usuarios. Esto se debe a la posibilidad de infecciones provocadas por los ácaros, ya que al colocar el lente, se introduce en el ojo material biológico como los huevos o fragmentos de descomposición, provocando malestar en el ojo.

También hay que destacar que es posible el contagio por contacto piel con piel, como sucede con los piojos, aunque esto sucede solo con un roce frecuente. Debido a ello, la revista PNAS publicó un estudio el que se analizó cómo es posible rastrear el pasado de una población humana gracias al análisis del material genético de los ácaros. 

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Al hacer esto, se logró confirmar que las personas emparentadas compartían Demodex emparentados, los cuales se mantienen incluso varias generaciones después.