Cambio climático afectaría a las abejas angelita en Colombia | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 10 de Marzo de 2021
Redacción Medio Ambiente

Especies de abeja sin aguijón -o angelitas-, popularmente utilizadas en meliponicultura (cría), en particular la “boca de sapo” y la “del cafetal”, llegarían a perder más del 50% de sus hábitats hacia 2050.

Así lo estima el primer estudio adelantado por la Universidad de Kansas (KU) de Estados Unidos y la Universidad Nacional (UNAL), en el que se determinó que 7 de las 9 especies de estas abejas son altamente vulnerables al cambio climático.

Otro hallazgo importante fue que aunque las especies estudiadas tienen rangos de distribución muy restringidos y no se pueden mover de un lado para otro, muchas personas lo están haciendo por el auge de la meliponicultura.

“Muchas personas han movido colmenas, por ejemplo de Villavicencio hacia el otro lado de la cordillera en el valle del Magdalena; de Antioquia para Santander, o bajan de altitud especies que están en los Andes, causando una mortalidad grandísima”.

Así lo señala Víctor Hugo González Betancourt, profesor asistente del programa de Biología de la KU y becario Fulbright en la cátedra sobre Biodiversidad y Desarrollo Sostenible otorgada por la UNAL y la comisión Fulbright en Colombia.

Agrega que “el panorama puede ser más preocupante, pues en el estudio no se incluyen, por ejemplo, cambios en el ambiente por tala de bosques o por el aumento de la agricultura”.

Función ecológica y social

En Colombia se conocen alrededor de 600 especies de abejas. De estas, el grupo de meliponinas o nativas sin aguijón suman alrededor de 100 especies, de las cuales entre 28 y 30 se usan para la meliponicultura.

En el país las abejas sin aguijón cumplen una función ecológica crucial, pues cerca del 60 % de sus 200 tipos de cultivos (aprox.) son polinizados especialmente por estos insectos.

Por otro lado, su cuota social se representa en el auge que ha tenido su cría para extraer miel y polen para productos de medicina natural.

A partir de 2016, con la firma del Acuerdo de Paz, muchas comunidades campesinas e indígenas empezaron a implementar esta práctica; así mismo, varias entidades tanto privadas como gubernamentales e internacionales empezaron a promoverla con proyectos sustentables no maderables del bosque, en especial para brindar otra actividad y disminuir la pobreza en ciertas regiones.

Especies representativas

Para empezar el estudio se seleccionaron 9 de las especies más usadas para la meliponicultura en el país. Con estas, se utilizaron modelos matemáticos que se basan en las coordenadas geográficas de las especies, y las proyecciones se hicieron mezclando datos del clima (temperatura, humedad precipitación, entre otros).

Esta información de especies, coordenadas y clima se cruzó con los modelos mundiales de cambio climático, cuyos escenarios van desde los moderados hasta los extremos. Estos se proyectan a 2030, 2050 y 2080.

Como resultado, estos modelos muestran el área de distribución de cada especie y si esos rangos se van a incrementar o a disminuir.


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En este caso, se encontró que 7 de las especies estudiadas son altamente vulnerables al cambio climático en Colombia: Frieseomelitta paupera, Nannotrigona gaboi, Nannotrigona melanocera, Nannotrigona schultzei, Paratrigona eutaeniata (abeja del cafetal) Scaura longula y Melipona eburnea (abeja boca de sapo).

Por último, los investigadores hacen un llamado a generar una normativa para la cría de abejas sin aguijón en Colombia, pues solo en la Amazonia existe una regulación. Sin embargo, la mayor población colombiana y donde hay más criadores de abejas es en la región Andina.

Los demás integrantes de este estudio son: Marlon Cobos, estudiante del Doctorado en Ecología y Evolución de la KU; Joanna Jaramillo, estudiante del Doctorado en Entomología de la Universidad de Florida y Rodulfo Ospina Torres, profesor y director del Laboratorio de Investigaciones en Abejas (Labun) de la UNAL Sede Bogotá.

Actualmente los profesores González y Ospina investigan las respuestas fisiológicas de las especies que se mostraron más resistentes a las variaciones de temperatura y humedad, tales como Melipona favosa (abeja rabipintada), para entender su adaptación al cambio climático y diseñar estrategias de conservación para las más vulnerables.