La NASA lanzó este jueves su robot explorador Perseverance a Marte, diseñado para descubrir rastros de vida antigua en el planeta rojo.
Un cohete Atlas V de United Launch Alliance despegó según lo previsto a las 07H50 (11H50 GMT) desde Cabo Cañaveral, Florida, en un cielo despejado, para emprender un viaje de casi siete meses y casi 480 millones de kilómetros.
La primera etapa del cohete se desprendió unos minutos después. La NASA se prepara ahora para una segunda separación, desde la órbita terrestre, que propulsará al Perseverance a su trayectoria en dirección a Marte.
"Es realmente fantástico verlo irse después de todo el arduo trabajo del equipo", dijo poco después del lanzamiento Bobby Braun, directivo de la NASA.
Si todo sale bien, el 18 de febrero de 2021 Perseverance será el quinto rover en hacer esta travesía desde 1997.
Todos los vehículos exploradores que se han posado sobre Marte hasta ahora son estadounidenses, pero China lanzó su primer rover al planeta rojo la semana pasada y se espera que llegue en mayo de 2021.
Por lo tanto, puede que Marte acoja simultáneamente tres rovers activos el próximo año, junto con el estadounidense Curiosity, que ha recorrido 23 km de la superficie del planeta desde 2012.
La misión principal de Perseverance será buscar rastros de vida microbiana pasada.
Los científicos creen que hace más de 3.000 millones de años el planeta era más cálido y estaba cubierto de ríos y lagos, los ingredientes necesarios para hacer surgir los microbios.
Helicóptero a bordo
El nuevo rover, construido en el mítico Jet Propulsion Laboratory de la Nasa en la ciudad californiana de Pasadena, es una versión mejorada de Curiosity: sus seis ruedas son más fuertes, es más rápido, más inteligente y puede autopilotarse 200 metros cada día.
El vehículo mide tres metros de largo, pesa una tonelada, tiene 19 cámaras, dos micrófonos -una novedad- y un brazo robótico de dos metros. Un generador de plutonio cargará sus baterías.
Una vez en Marte, la Nasa intentará hacer despegar el helicóptero Ingenuity, de 1,8 kilos, en el aire marciano, que solo tiene el 1% de la densidad de la atmósfera terrestre. El objetivo es demostrar que es posible.
La Nasa está muy interesada en la exploración planetaria aérea, ya que los rovers sólo pueden recorrer unas decenas de kilómetros en toda su vida útil y son vulnerables ante las dunas y otros relieves, aunque Perseverance podrá escalar obstáculos de 40 cm de alto. Un primer dron (Dragonfly) será enviado en 2026 a Titán, la mayor luna de Saturno.
También recogerá una treintena de muestras de rocas en tubos, que una futura misión conjunta de Estados Unidos y Europa recuperará y llevará a la Tierra no antes de 2031.
La prueba indiscutible de una vida pasada en Marte, si de verdad la hubo, no se confirmará probablemente antes del análisis de esas muestras en la próxima década, dijo el martes Thomas Zurbuchen, el jefe científico de la Nasa.
¿Qué vida?
"Buscamos seguramente una forma de vida muy primitiva, no formas avanzadas como osamentas o fósiles de helecho", explicó Ken Farley, científico del proyecto en la Universidad Caltech.
La Nasa tiene previsto hacer aterrizar a Perseverance en el cráter de Jezero, formado hace unos 3.800 millones de años, y más precisamente en un lugar parecido a un delta.
Esos accidentes geográficos se forman cuando los ríos depositan sedimentos en su desembocadura. "Los deltas son lugares magníficos para preservar materias orgánicas y otros tipos de biofirmas", dijo Tanja Bosak, integrante del equipo científico de la misión y miembro del MIT.
La ventaja de Marte, a diferencia de la Tierra, es que la corteza no se renueva constantemente por el movimiento de las placas tectónicas. En la Tierra es muy difícil encontrar terrenos intactos desde hace 3.000 millones de años.
"Marte preserva en su superficie una geología increíblemente compleja y diversificada", dijo Lori Glaze, jefa de los programas de exploración planetaria de la Nasa. Toda la historia del planeta quedó grabada en su superficie.
Más de 350 geólogos, geoquímicos, astrobiólogos, expertos en la atmósfera y otros científicos del mundo entero participan en la misión, que durará por lo menos dos años, y seguramente mucho más tiempo, dada la gran resistencia de los rovers anteriores.