La estrategia para evitar el tráfico ilegal de las ranas doradas o Phyllobates bicolor y P. terribilis, como se les conoce a estas especies endémicas de Colombia que actualmente están amenazadas, fue reforzada con controles en los puertos marítimos, terrestres y aeroportuarios. Además con jornadas de sensibilización ambiental.
El Pacífico, la región Andina y la Amazonía, son las zonas donde se encuentran principalmente los anfibios Cites, grupo donde se incluye la rana dorada. Ello permitió identificar 9 corredores en los cuales se reconoce la existencia de vías de comunicación aéreas, marítimas y terrestres que facilitan el tráfico ilegal de los anfibios.
El ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo, alertó sobre las cuatro zonas que hoy presentan el mayor tráfico de la especie en los cuatro corredores de la región del pacifico: “Turbo-Chigorodó-Frontino-Medellín, Pueblo Rico-Playa de Oro-Bahía Solano, Docordó-Buenaventura-Cali y Tumaco-Ricaurte-Pasto. En estos corredores, las autoridades ambientales realizarán mayores controles para mitigar el tráfico de los batracios”.
Gracias al trabajo interinstitucional, el Ministerio de Ambiente, el Instituto Humboldt y la Policía Ambiental, han logrado detectar las áreas más vulnerables al comercio internacional de estas especies y posibles países de destino como: Eslovenia, España, Holanda, República Checa, Reino Unido, Canadá, Japón y Estados Unidos.
Estas medidas buscan proteger y ayudar en la conservación de la rana dardo, como también se le conoce a la especie, que además es catalogada como el vertebrado más letal del mundo porque a través de su piel se extrae una toxina que es usada como un potente analgésico, más efectivo que la morfina, lo que la hace muy apetecida en laboratorios de Europa.
Cuando está en cautiverio, la rana no produce dicha sustancia.
“Sabemos que el tráfico de estas ranas es difícil de contrarrestar, en la adultez su tamaño puede llegar los 55 mm, lo que facilita su transporte, ya que incluso se puede llevar en un bolsillo humedecido, lo que la hace imperceptible al olfato de los caninos o a los controles de rayos X”, manifestó el titular de la cartera ambiental quien también agregó que desde el Ministerio “estamos apoyando el trabajo de las CAR, para que sea posible crear una red de comunicación con la comunidad que facilite que las corporaciones y la policía puedan incrementar los decomisos terrestres, la tenencia, uso y comercio de animales protegidos”.
Estrategia de conservación
Aumentar las campañas ambientales con la comunidad y crear una red de comunicación con las CAR y la Policía Ambiental es una de las estrategias que el Ministerio y el Instituto Humboldt vienen intensificando para a la conservación de las ranas.
Lo primero, para ayudar a controlar el tráfico ilegal, y lo segundo, para recolectar información sobre las ranas en los diferentes corredores y que esta se pueda usar para conservar las poblaciones existentes de la especie, y si es necesario, reintroducir los especímenes en un hábitat comparable en el futuro.
De las 33 especies colombianas incluidas en el Convenio CITES, se tiene evidencia del tráfico real de 8 especies de ranas, pertenecientes a la familia Dendrobatidae, que son las de mayor tenencia en cautiverio en el exterior, siendo la predilecta, la especie de rana dorada Phyllobates terribilis.
La rana dorada venenosa, rana dardo dorada o rana de dardo venenosa (Phyllobates terribilis) es una anfibio anuro de la familia Dendrobatidae endémica de la costa pacífica colombiana. Actualmente está considerado el vertebrado más venenoso del mundo.
Su hábitat son las selvas húmedas de los departamentos del Chocó, Cauca y Valle del Cauca en la costa pacífica de Colombia y Panamá en la región selvática del Darién. El hábitat óptimo de la P. terribilis son los bosques lluviosos con alta tasa de lluvia (5 m o más), altitud entre 100 y 200 m, temperaturas de al menos 26 °C y humedad relativa entre 80 % y 90 %.
Es normalmente diurna y es una de las especies más grandes de rana dardo venenosa pues puede alcanzar los 55 mm en la adultez, aunque otras como Dendrobates tinctorius puedan llegar a los 65 o 70 mm.
P. terribilis tiene pequeños discos adhesivos en los dedos de sus patas que le ayudan a trepar plantas. Una placa ósea en la mandíbula inferior le da la apariencia de tener dientes, característica no observada en otras especies de Phyllobates.