La COP16 de biodiversidad retomará sesiones entre el 25 y el 27 de febrero en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en Roma, tras su suspensión en Cali el pasado 2 de noviembre por falta de quórum.
Entre los avances y acuerdos alcanzados en Cali está la estructuración de un nuevo fondo global dedicado a distribuir los beneficios derivados del uso de Información de Secuencia Digital (DSI, por su sigla en inglés) de recursos genéticos, que en un 50% se asignará a los pueblos indígenas y las comunidades locales, ya sea directamente o a través de los gobiernos.
Además, se adoptó el Programa de Trabajo del Artículo 8(j) y el Órgano Subsidiario con el propósito de garantizar la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas y las comunidades locales, así como el reconocimiento de los pueblos afrodescendientes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica. De igual forma, se establecieron las Áreas Marinas de Importancia Ecológica o Biológica (EBSA), una decisión de enorme importancia de cara al objetivo de conservar el 30% de las áreas marinas para 2030.
Susana Muhamad, ministra de Ambiente y presidenta de la COP16 resaltó que en Cali se aprobaron “47 decisiones estratégicas para avanzar en la biodiversidad. Quedaron dos decisiones estratégicas para terminar y cerrar la COP16: la hoja de ruta del financiamiento después del 2030 y el marco de monitoreo, planificación y reporte de los resultados globales de las 23 metas”.
Los pendientes
Los asuntos relacionados con la movilización de recursos para la biodiversidad, un nuevo mecanismo financiero o la adaptación del actual y el establecimiento de un marco de monitoreo para medir avances en las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad concentrarán la atención una vez se retomen las negociaciones de la COP16 en Roma.
El financiamiento es un asunto determinante, pues sin recursos suficientes será imposible cumplir las metas del Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal antes de 2030. La meta 19 establece la movilización de 200 mil millones de dólares anuales, con aportes de 20 mil millones para 2025 y 30 mil millones para 2030 por parte de los países desarrollados. Sin embargo, los compromisos están rezagados y el Fondo del Marco Global para la Biodiversidad (GBFF, por sus siglas en inglés) solo ha recaudado 407 millones de dólares, mientras que las necesidades anuales oscilan entre 722 mil y 967 mil millones de dólares, dejando una significativa brecha de financiamiento.
Respecto al monitoreo, durante la COP16 las negociaciones se enfocaron en cerrar las brechas del marco de seguimiento y definir las modalidades para un proceso de evaluación global en 2026 y 2030, con el objetivo de garantizar la rendición de cuentas de los países en la implementación del Marco Mundial sobre la Biodiversidad Kunming-Montreal. Sin embargo, las discusiones no lograron una conclusión antes de la suspensión en Cali.
Con las 23 metas del Marco Global de Biodiversidad en curso y el compromiso de las partes en sus Estrategias y Planes de Acción Nacionales sobre Biodiversidad (NBSAP) -a la fecha se han presentado 46 y 123 Partes han enviado Metas Nacionales revisadas-, contar con un registro preciso de los avances será determinante para revisar los resultados al final de la década.
“La COP16 en Cali evidenció la exigencia de las negociaciones y el enorme reto de encontrar consensos para acuerdos globales. Cali, además de una movilización ciudadana sin precedentes en torno a la biodiversidad, tendió puentes y consolidó iniciativas determinantes para la salud del planeta y el bienestar de las personas. La reactivación de las discusiones en Roma es una oportunidad para enfocar todos los esfuerzos en dos temas cruciales: financiación y monitoreo. Los negociadores deben elevar la ambición y entender que llegamos al primer cuarto de siglo con una triple crisis ambiental que no da tregua. Confiamos en que se tomarán las decisiones adecuadas para el futuro de la humanidad y que la COP16 marcará un hito importante en la integración de las agendas de biodiversidad y clima de cara a la COP30 de Cambio Climático en Belem, Brasil”, señaló Ximena Barrera, directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF Colombia.