Quizá parezca fácil, a los ojos de cualquier ciudadano desprevenido, el obtener información cierta y confiable sobre diversos aspectos atinentes al medio ambiente; nada más alejado de la verdad y nada más difícil que obtener este tipo de datos, en la mayoría de los casos los datos obtenidos son en su mayoría extraídos de informes llenados o a medio llenar que se envían por cumplir con algún requisito y que no tienen ningún control de calidad.
El estado de esta información me hace recordar una charla tenida con el entonces presidente de Fedepapa, Dr. Augusto Delvalle, por el año de 1991; le pregunté si sabía un aproximado de la producción de papa en el país para el año anterior y me respondió, mire Álvaro los productores inventamos una cifra, el ministerio inventa otra y los comercializadores inventan otra, saca un promedio y te va a dar algo aproximado. La diferencia es que en materia ambiental no hay siquiera una buena aproximación.
En el caso de los residuos peligrosos, la estadística es llevada por el Ideam y éste la recolecta de informes presentados por diversas autoridades, que tienen la obligación legal de suministrarlos, llegando a unos totales nacionales que, para cualquier observador difieren en mucho de cualquier realidad probable; invito a cualquier curioso lector a que revise los informes de los últimos 5 años y llegará, sin duda alguna, a la conclusión de que este informe no tiene nada que ver con la realidad de nuestro país.
Para el caso de la información correspondiente a la red eléctrica y a la producción y comercialización de energía, el asunto es más grave; existe una buena cantidad de información pero “pertenece” a un selecto grupo de personas y a la CREG, ellos no permiten o por lo menos dificultan el acceso a esta información, dificultando la preparación y promoción de proyectos que pudieran significar un desarrollo importante para este sector y en el fondo encareciendo la energía a los usuarios finales.
Trate usted de tener acceso a información sobre contenidos mínimos de los programas curriculares sobre medio ambiente en los diversos niveles de educación, se llevará una desagradable sorpresa, pues lo único que podrá encontrar es la impresión de algunos textos guía que, no solo no son determinantes en un buen conocimiento del tema por parte de los estudiantes, sino que además contienen inexactitudes graves en cuanto a los contenidos técnicos de los mismos.
Quizá sea algo mejor la calidad de la información sobre pluviometrías en el país, sin embargo aún hoy, dependemos de algunos lectores de pluviómetros que no se caracterizan propiamente por su honradez en la toma de muestras y pueden desfasar los datos que se obtienen; justo es reconocer la, cada vez mejor, labor del Ideam que ha logrado perfeccionar en buena medida esta variable.
Podríamos seguir así por diversas mediciones tales como caudales, radiación solar, polución, contaminación del agua, contaminación del aire, deforestación, quemas incontroladas, destrucción de ecosistemas endémicos y otras muchas que son en su conjunto réplicas de los problemas ya mencionados.
Cabe entonces preguntarse por qué el Estado no crea una dependencia que se dedique a estudiar este tipo de variables y a proveer, de una sola fuente, una información confiable que permita diseñar y planear políticas públicas que velen por el cuidado de nuestro entorno; no como hoy por hoy ocurre que se apaguen incendios cuando las situaciones son irreversibles e irreparables. Esto sumado a la creación de una línea base ambiental para el país sería un gran legado para las futuras generaciones de colombianos.
@alvaro080255