El mundo no puede permitirse el lujo de retrasar la acción sobre la protección de los océanos. “Simplemente no existe un escenario en el que vivamos en un planeta sin océanos”, dijo el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Volkan Bozkir.
El debate temático se centró en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14: la vida bajo el agua, y se realizó ayer en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
Se celebra antes del 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, y con el telón de fondo del aplazamiento de la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, una cita internacional destinada a buscar soluciones basadas en la ciencia para el uso sostenible de los océanos.
El debate temático de alto nivel se promovió como un “golpe de timón” para mantener el impulso antes de la conferencia, que se espera que se celebre en Lisboa el próximo año.
El presidente de la Asamblea General dijo que la pandemia ha revelado un “apetito de cambio” entre la gente que no quiere vivir en un mundo de “una crisis tras otra”, antes de insistir que ese cambio es posible.
“A medida que se va comprendiendo el verdadero beneficio de un planeta sano, los responsables políticos son cada vez más conscientes de la importancia de un océano sano para una economía sana”, dijo.
“Lo hemos visto en países y ciudades que dan prioridad a las zonas costeras y marinas por encima del turismo, lo hemos visto en los humedales protegidos, lo hemos visto en los esfuerzos para hacer frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, y regular el transporte marítimo y la extracción de recursos”, afirmó el diplomático y político turco.
“¿Por qué entonces no podemos combinar y ampliar nuestros esfuerzos?”, inquirió.
La ONU ha estado a la vanguardia de los esfuerzos para movilizar el apoyo financiero, científico, de voluntarios y de la comunidad a los océanos, a través de iniciativas como la instauración de la Década de las Ciencias Oceánicas 2021-2030.
El debate temático de alto nivel se dividió en cinco paneles, en que participaron delegados de los Estados miembros de la ONU y especialistas en el área, además del enviado especial del secretario general de la ONU para los océanos, Peter Thomson. Todo con el objetivo de establecer medidas a favor del uso sostenible de los océanos.
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Thomson aseguró durante el foro que hasta ahora los avances no han sido suficientes para afrontar la crisis de los océanos, aunque se han producido mejoras en este frente, como el aumento de la cobertura de áreas marinas protegidas y una mejor comprensión de los problemas que afectan a los cuerpos de agua que conforman la mayoría de la tierra.
“¿Cómo podemos afirmar que hemos tenido éxito cuando un tercio de las poblaciones de peces evaluadas en todo el mundo son objeto de sobrepesca. Cuando, sin un fin tangible a la vista, hemos vertido en el océano unos 150 millones de toneladas métricas de residuos plásticos acumulados, microplásticos y artes de pesca desechados. Y mientras los índices de acidificación, desoxigenación y calentamiento de los océanos siguen en la dirección equivocada?”, preguntó a la audiencia.
Con 97 % del agua de la superficie terrestre, el océano es inmenso. Sirve como fuente de alimentos y energía, a la vez que facilita el comercio, el transporte y la comunicación. El ODS 14 enumera metas específicas para reducir la contaminación, proteger los ecosistemas marinos, hacer frente a la pesca ilegal y excesiva y supervisar el uso sostenible de los recursos.
El ejemplo
El Caribe Oriental es una de las regiones que está tomando medidas para abordar los problemas de los océanos y alcanzar las metas del ODS 14 en nueva años más, como se comprometieron los países del mundo dentro de la Agenda de Desarrollo 2030, establecida en el marco de la ONU en 2015.
En 2012, la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO), conformada por siete miembros plenos y tres territorios asociados, estableció un Equipo de Gobernanza de los Océanos, un organismo regional que supervisa el trabajo sobre la gobernanza de los océanos.
Ese Equipo ayudó a desarrollar la Política Oceánica Regional del Caribe Oriental (PORCO), que articula la visión de los países sobre los océanos y los principios de la gobernanza de los mismos.
Una de las principales iniciativas de la PORCO es el Proyecto Regional Oceánico del Caribe, conocido como CROP. A través de una asociación con el Banco Mundial, el CROP, con su eslogan “defendiendo océanos resistentes para la prosperidad”, está ayudando a la transición del Caribe hacia una economía azul.
Para el Caribe, el objetivo es impulsar el debate sobre las cuestiones oceánicas y la acción para la protección y el uso sostenible de sus recursos. La Unidad supervisa diferentes iniciativas, entre ellas la de Construir Resiliencia en el Caribe Oriental a través de la Reducción de la Contaminación Marina, destinada a abordar los desechos marinos./IPS