Para muchas personas, las grasas no son parte fundamental de su dieta diaria; de hecho, en algunos casos pueden ser perjudiciales para el organismo. Esto lleva a que muchos dueños de mascotas desconfíen de añadir la grasa como un complemento a la dieta de sus perros o gatos, pero esto es un error muy común a la hora de alimentar a sus peludos. Las grasas son en realidad una parte importante de una nutrición completa y equilibrada para las mascotas y se recomienda que las comidas tengan cierta cantidad necesaria de ácidos grasos.
Junto con las proteínas y los carbohidratos, las grasas comprenden uno de los tres grupos de nutrientes que proporcionan energía para las mascotas. Los ácidos grasos también aportan al pelaje brillante y la piel sana de los perros o gatos. Este componente es importante para todas las funciones del cuerpo, incluida la visión y el sistema inmunológico de una mascota. Además, la grasa ayuda a la absorción de las vitaminas liposolubles (vitaminas A, D3, E y K) que requiere su peludo.
Para identificar mejor las grasas que debería incluir en la dieta de su mascota, hay que conocer los dos tipos que existen: ácidos grasos esenciales (EFA) y ácidos grasos no esenciales. Los perros o gatos necesitan en su dieta ácidos EFA, ya que por sí solos no pueden sintetizarlos. Dos clases de EFA, ácidos grasos omega-3 y omega-6, son los que más aportan a la salud de las mascotas y son perfectos para una receta completa y equilibrada de alimentos para gatos o perros.
Sin embargo, no toda la grasa es beneficiosa para la salud. Los ácidos grasos saturados, presentes en carnes grasosas, tocino o embutidos, al ofrecerlos en exceso, pueden generar enfermedades tales como la obesidad, inflamación de las articulaciones, diabetes, entre otras.
Carlos Cifuentes, médico veterinario y vocero de Pet Food Institute, indica que: “Los ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 y 6 presentes en cereales, aceites de semillas y vegetales son importantes para el desarrollo de los tejidos, para mantener un sistema nervioso sano, intervienen en el buen funcionamiento del sistema inmune y mantienen una piel sana al igual que el pelaje. Estas grasas van a generar un correcto estado de salud del animal, ya que todos los tejidos del organismo las necesitan.
Tenga en cuenta que cada especie requiere de estos nutrientes para sus necesidades específicas. Por ejemplo, los gatos no pueden producir el ácido graso omega-6 conocido como ácido araquidónico, mientras que los perros sí pueden hacerlo. También tenga cuidado con los excesos, pues si bien los ácidos grasos omega-3 y omega-6 tienen muchos beneficios para la salud, una formulación de receta equilibrada es esencial para el bienestar de las mascotas, siempre asesórese de su veterinario.