Los sitios marinos y su aporte contra el cambio climático | El Nuevo Siglo
EL INFORME demuestra que los sitios marinos del Patrimonio Mundial de la Unesco actúan como custodios de los mayores ecosistemas de carbono azul del mundo.
/Christopher Bailhache-Unesco
Viernes, 26 de Febrero de 2021
Redacción Medio Ambiente

La Unesco publicó ayer la primera evaluación científica mundial de los ecosistemas de carbono azul de sus sitios marinos del Patrimonio Mundial, destacando el valor medioambiental fundamental de estos hábitats: aunque estos sitios representan menos del 1% de los océanos del mundo, albergan al menos el 21% de la superficie de los ecosistemas de carbono azul del mundo y el 15% de los activos de carbono azul del mundo. 

“Los ecosistemas de carbono azul, que se encuentran en los márgenes de las costas del mundo, son viveros y hábitats de numerosas especies marinas y terrestres y desempeñan un importante papel ecológico en el ciclo de los nutrientes y el carbono, en la protección de las costas y en el mantenimiento de los medios de subsistencia y el bienestar de las comunidades locales”, declaró Ernesto Ottone R., subdirector de Cultura de la Unesco. 

En la última década, los científicos han descubierto que las praderas marinas, las marismas y los manglares, conocidos como ecosistemas de “carbono azul”, se encuentran entre los sumideros de carbono más intensos de la biosfera. Ayudan a mitigar el cambio climático secuestrando y almacenando importantes cantidades de carbono de la atmósfera y del océano. 



Los sitios del Patrimonio Mundial de la Unesco son lugares de valor universal excepcional, reconocidos por la comunidad internacional por la necesidad de ser salvaguardados para las generaciones futuras. El informe demuestra que los sitios marinos del Patrimonio Mundial de la Unesco actúan como custodios de los mayores ecosistemas de carbono azul del mundo, lo que los hace más valiosos que nunca. En conjunto, en datos de 2020 los ecosistemas marinos del Patrimonio Mundial abarcan una superficie de 207 millones de hectáreas, lo que representa el 10% de toda la superficie marina protegida a nivel mundial. 

Entre ellos se encuentran los manglares de Sundarbans (India y Bangladesh), que forman parte del mayor bosque de manglares del mundo; el Parque Nacional de los Everglades (Estados Unidos) y la Bahía Shark (Australia Occidental), que contienen las mayores praderas marinas documentadas del mundo; la Gran Barrera de Coral, con el mayor ecosistema de algas marinas del mundo; y el Mar de Wadden (Dinamarca, Alemania y Países Bajos), que incluye algunas de los mayores bajos intermareales del mundo. Los sitios marinos del Patrimonio Mundial también albergan uno de los organismos vivos más antiguos y grandes del planeta, las praderas marinas de posidonia de Ibiza, Biodiversidad y Cultura (España). 

Este conjunto único de ecosistemas marinos se enfrenta a retos muy diversos, que van desde la contaminación, incluida la basura plástica, hasta el cambio climático. Al cuantificar el valor del carbono de estos lugares y recomendar estrategias específicas de carbono azul para conservarlos, los resultados de la investigación de la Unesco señalan el camino para los países, las regiones y las comunidades locales que desean conservar estas zonas y aplicar estrategias de carbono azul. 

“Debido a que almacenan tanto carbono, los ecosistemas de carbono azul se convierten en fuentes de emisiones de CO2cuando se degradan o destruyen”, dijo el profesor Carlos M. Duarte. “La protección y la restauración de estos ecosistemas presentan una oportunidad única para mitigar el cambio climático. Al conservar los ecosistemas de carbono azul, se pueden proteger las grandes reservas de carbono que han acumulado durante milenios. A medida que se restauran, pueden recuperar su función como sumideros de carbono”.  

La financiación de la conservación de los ecosistemas de carbono azul en los sitios marinos del Patrimonio Mundial podría impulsarse a través de estrategias de carbono azul, mediante las cuales los países obtendrían créditos de carbono por demostrar los beneficios de la restauración y conservación de los ecosistemas dañados. Las estrategias de carbono azul pueden restaurar servicios ecosistémicos vitales y ayudar de manera crucial a las naciones a cumplir sus compromisos en el marco del Acuerdo Climático de París. Sin embargo, hasta la fecha, un número limitado de países ha incorporado estrategias de carbono azul en sus políticas de mitigación del cambio climático. 

La evaluación se elaboró con datos de los gestores de los sitios del Patrimonio Mundial, datos publicados en la literatura científica y el Atlas Global del Carbono de The Global Carbon Project. Recibió el apoyo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá (Arabia Saudí), la Agencia Francesa de Biodiversidad y el Principado de Mónaco.