Esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA muestra NGC 4423, una galaxia que se encuentra a unos 55 millones de años luz de distancia, en la constelación de Virgo.
Vista de canto, NGC 4423 parece tener una forma tubular bastante irregular, por lo que podría resultar sorprendente descubrir que en realidad es una galaxia espiral. Sabiendo esto, se puede distinguir el bulto central más denso de la galaxia y el disco circundante menos poblado: la parte que comprende los brazos espirales.
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Si NGC 4423 fuera vista de frente, se parecería a la forma que más asociamos con las galaxias espirales: los espectaculares brazos curvos que se extienden desde un centro brillante, intercalados con regiones más oscuras, menos pobladas y más tenues.
Pero cuando observamos los cielos, estamos limitados por las alineaciones relativas entre la Tierra y los objetos que estamos observando, precisa la NASA en un comunicado.
Otras observaciones del telescopio
El telescopio ha captado una región de formación estelar masiva conocida como IRAS 16562-3959, dentro de la Vía Láctea a unos 5.900 años luz de la Tierra en la constelación de Escorpio.
En el centro de la imagen, IRAS 16562-3959 probablemente alberga una estrella masiva (unas 30 veces la masa de nuestro Sol) que todavía está en proceso de formación. Las nubes sombrías parecen oscuras porque hay mucho polvo que oscurece la luz y bloquea las longitudes de onda de luz del infrarrojo cercano que observó el Hubble.
Sin embargo, la luz del infrarrojo cercano se filtra principalmente por dos lados (arriba a la izquierda y abajo a la derecha) donde un potente chorro de la enorme protoestrella eliminó el polvo.
Las observaciones de la Cámara de Campo Amplio 3 del Hubble componen esta imagen. Su detallado matiz de color es el resultado de cuatro filtros separados. Estos finos rayos de material altamente especializado pueden deslizarse frente a los sensores de luz del instrumento, permitiendo que longitudes de onda de luz muy específicas pasen a través de cada observación. Esto es útil porque ciertas longitudes de onda de luz pueden informarnos sobre la composición, temperatura y densidad de la región, informa la NASA en un comunicado.