LA DIABETES en una enfermedad crónica no transmisible provocada por la ausencia, deficiencia o mal funcionamiento de la insulina, una hormona producida en el páncreas, que transforma la glucosa proveniente de la comida, y de otras fuentes, en energía para el cuerpo. Al no utilizarse, su producción se manifiesta en una elevación en la sangre con el exceso de azúcar, ya que el cuerpo no la produce o no la utiliza de forma correcta.
Por su parte, el pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en la sangre, hipertensión arterial e hipercolesterolemia, esta combinación provoca un daño tanto en los vasos como en los nervios, que pueden producir complicaciones a mediano y largo plazo.
Alrededor del 25% de las personas con diabetes se ven afectadas por una úlcera en una de sus extremidades, que con mayor frecuencia se presenta entre los 45 y 65 años. Esta, produce dos riesgos en los pacientes, “el primero es la disminución de la sensibilidad y el segundo la mala circulación del pie, que se pueden derivar en la formación de una úlcera, y ello, sin la debida atención, es la principal causa de una posible amputación”, afirma la doctora Yamile Jubiz Pacheco, médica diabetóloga y jefe de la unidad de Pie Diabético en la Asociación Colombiana de Diabetes.
El tipo de amputación puede variar dependiendo del estado del paciente y la severidad del daño vascular, pueden ser menores -un dedo, dos dedos o medio pie- o mayores -el pie o media pierna, por encima o debajo de la rodilla-.
Un 60% de las personas con diabetes padecen neuropatía, el factor de riesgo más común para el desarrollo de pie diabético. La doctora Yamile Jubiz explica que la neuropatía periférica, como su nombre lo explica, es el resultado de una lesión de los nervios periféricos. A menudo provoca debilidad, entumecimiento o insensibilidad y dolor, por lo general, en las manos y en los pies.
Grados de lesión
- Grado 0: no se encuentran lesiones visibles, solo la piel gruesa o alguna deformidad ósea.
- Grado 1: aparecen úlceras superficiales.
- Grado 2: se presentan úlceras profundas, atravesando la piel grasa, pero no afecta el hueso.
- Grado 3: las úlceras son profundas, extensas y con abscesos, además de secreción y mal olor.
- Grado 4: aparece la gangrena limitada o necrosis en una parte del pie o dedos.
- Grado 5: la gangrena se extiende e invade la totalidad del pie.
La prevención, el diagnóstico precoz y la terapia para el paciente deben basarse en la gravedad de la infección, la presencia o ausencia de infección ósea y la respuesta clínica del tratamiento, según la especialista Ángela Jaramillo, educadora en diabetes de Asodiabetes; así mismo, recomienda que la persona esta condición puede ayudar a evitar este tipo de problemas manteniendo un control de sus niveles de azúcar en la sangre, teniendo buena higiene en sus pies, manteniéndolos humectados y revisándolos diariamente para detectar cualquier anormalidad.
La Asociación Colombiana de Diabetes aconseja prestar atención a cinco zonas específicas de la extremidad: talón, planta, punta del dedo gordo, parte interior de los dedos y zona exterior del pie. Con un manejo adecuado de la diabetes, se puede evitar llegar a lesiones graves y a la amputación, para esto se debe acudir periódicamente al podólogo para realizarse la inspección y cuidado adecuado de los pies.