La biodiversidad es la base que sustenta toda la vida en la tierra y debajo del agua. Tiene relación con todos los aspectos de la salud humana. Proporciona agua y aire limpios, alimentos nutritivos, conocimiento científico y fuentes de medicamentos, resistencia a enfermedades naturales y mitigación del cambio climático. Cambiar o eliminar un elemento en esta intrincada red afecta todo el sistema de vida y puede producir consecuencias negativas. Sin la naturaleza, la vida en la Tierra no sería posible.
Pero las actividades humanas han alterado significativamente tres cuartas partes de la superficie terrestre y dos tercios de los océanos. Sólo entre 2010 y 2015, desaparecieron 32 millones de hectáreas de bosque, y en los últimos 150 años, la cobertura de arrecifes de coral vivos se ha reducido a la mitad.
El hielo glacial se está derritiendo a velocidades extraordinarias mientras crece la acidificación del océano, una amenaza para la productividad de los mares. Las especies de vida silvestre están desapareciendo de diez a cientos de veces más rápido ahora que en los últimos 10 millones de años, y dentro de la próxima década, una de cada cuatro especies conocidas podría extinguirse.
“Estamos al borde de una extinción masiva y, si continuamos en este camino, la pérdida de biodiversidad tendrá graves consecuencias para la humanidad, incluido el colapso de los sistemas alimentarios y de salud”, señala la ONU Medio Ambiente.
Además, la aparición del Covid-19 ha puesto en evidencia que cuando se destruye la biodiversidad también se hace con el sistema que sustenta la vida humana.
“Al alterar el delicado equilibrio de la naturaleza -invadiendo las áreas silvestres, reduciendo la diversidad genética dentro de las poblaciones animales, y causando el cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos-, hemos creado las condiciones ideales para la propagación de virus entre las poblaciones animales y humanas. La naturaleza nos está enviando un mensaje”, indica el informe.
Asegura que revertir la pérdida de biodiversidad es la única forma de restaurar el planeta y mantenerlo saludable. Esto sólo será posible cuando conozcamos mejor la red de vida en la que existimos y entendamos su funcionamiento como un sistema íntegro. Es hora de reinventar nuestra relación con la naturaleza y ponerla en el centro de nuestra toma de decisiones.