¿Prohibir consumo de animales salvajes evitará más pandemias? | El Nuevo Siglo
CERCA del 70% de las enfermedades infecciosas humanas de las últimas décadas tienen origen en animales.
Foto archivo Xinhua
Martes, 13 de Abril de 2021

¿Sabía que al menos 2.800 especies de animales salvajes se han utilizado para consumo humano en todo el planeta? ¿Conoce que la mayoría de las pandemias desde el siglo pasado tienen un origen zoonótico? ¿Cree que esta dieta alimentaria es exclusiva de Asia?

Seguramente la respuesta que tiene es no, al igual que casi todo el mundo.

Es por ello que ante tanto por los crecientes riesgos para la salud pública que representa la comercialización de animales salvajes vivos como alimento como para preservar la biodiversidad global, ya que muchos de éstos se encuentran en vía de extinción, varias organización internacionales instaron a prohibir su venta.

Aunque sin determinar con exactitud su origen -aunque se tiene evidencia que se habría originado en un murciélago- ni la forma en que se transmitió a los humanos -se sabe que hubo un animal intermedio-, se tiene la certeza de que el virus que desarrolla el covid-19 que desde hace más de un año azota al mundo es zoonótico (enfermedades o infecciones naturalmente transmisibles de los animales vertebrados al hombre).

Cuando se habla de comidas exóticas, aquellas que son de animales salvajes se referencia inmediatamente a los países asiáticos. Sin embargo también se dan en África y América latina.  Civetas, pangolines y muchos mamíferos más (varios desconocidos para nosotros) son exquisitos manjares en el primero de estos continentes, mientras que en el segundo son el jabalí, las cebras y jirafas. En nuestro vecindario, para citar solo un ejemplo, está el armadillo muy consumido en ciertas regiones de Brasil.

El  consumo de carne y subproductos de animales exóticos se encuentra enraizada en la cultura de decenas de países ya que además de servir como alimento son usados en la medicina tradicional y como vestimenta. Paralelamente es un mercado que mueve millones de dólares y de allí que desde hace varios años se hayan incentivado los campos de cría de éstos, desconociendo que son reservorios de cientos de virus y patógenos que al transmitirse al hombre no solo mutan sino que se vuelven letales.


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En China hay cientos de estos campos donde se crían pavos, avestruces, cerdos salvajes, zorros, aves exóticas, e inclusive civetas y pangolines, para luego comercializarlos en los mercados tradicionales. Precisamente al pangolín se le atribuye el origen del coronavirus responsable del Sars (Síndrome respiratoria aguda grave) que apareció en 2013 y es el mayor ‘sospechoso” de haber transmitido al hombre el del covid-19.

Las  escamas de este animal son muy usadas en la medicina tradicional china, y su carne es considerada un manjar. Y, dado que ya se han aislado varios virus similares al Sars-CoV-2, (el actual) se cree que este animal pueda ser huésped intermediario en el ciclo inicial de la enfermedad.

Un informe de la Organización de las Naciones Unidas alertó hace dos años que cerca del 70% de las enfermedades infecciosas humanas de las últimas décadas tienen origen en animales, lo que significa que de cada cuatro nuevas enfermedades que aparecen, tres son zoonóticas. Es así que los especialistas afirman que las próximas epidemias serán todas de dicho origen.

Es por ello que en medio de la acción integral global para enfrentar la actual pandemia del covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés) publicaron una guía sobre las acciones que los gobiernos nacionales deberían adoptar con urgencia con el objetivo de hacer que los mercados tradicionales sean más seguros y, para ello recomiendan, entre otras cosas, suspender el comercio de animales mamíferos silvestres vivos que se comercializan con fines alimentarios o de reproducción.

Y el documento va más allá, al hacer recomendaciones frente a otros usos que se da estos animales cazados en su entorno natural o reproducidos en granjas, por el alto riesgo de transmisión de nuevas enfermedades infecciosas al humano que puede darse al entrar en contacto con la sangre o fluidos del animal infectado.

Además las tres organizaciones piden una mejora de las normas de higiene y saneamiento en estos mercados tradicionales al igual que una reglamentación para controlar la cría y la venta de animales salvajes en los mercados para el consumo humano. 

"Algunas enfermedades, como el VIH, comienzan como zoonosis, pero luego mutan en cepas presentes únicamente en el hombre. Otras zoonosis pueden provocar brotes recurrentes, como el ébola y la salmonelosis. Otras, como el nuevo coronavirus, tienen el potencial de provocar pandemias mundiales", señala la OMS en su sitio web.

Hace cinco años la ONU reunió a científicos y especialistas en salud pública para discutir sobre los patógenos emergentes, y cuáles podrían ser las enfermedades que lleven a epidemias mundiales. Tenían la certeza de que no tardaría el planeta en enfrentar una. Fue así que presentaron las siguientes enfermedades: fiebre hemorrágica del Congo y de Crimea, Ebola, Fiebre de Lassa, Fiebre hemorrágica de Marburg, coronavirosis, fiebre de Nipah y fiebre del valle de Rift. Todas de origen zoonótico y en la mayoría de las mismas los reservatorios son animales salvajes.


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Animales que nos enferman

La OMS juzga "probable" que un animal sirviera de intermediario en la transmisión del SARS-CoV-2, (virus del covid-19) lo que confirma el papel de estos como reservorios de virus capaces de infectar al hombre. Y no es uno sino varios sobre los cuales la comunidad científica tiene la lupa hace años. Estos son:

Murciélago. Estos animales desempeñan un papel de reservorio para un gran número de virus que afectan a los seres humanos. Los albergan sin enfermarse ellos mismos. Algunos son conocidos desde hace mucho tiempo, como el virus de la rabia, pero muchos surgieron en estos últimos años, como el Ébola, el coronavirus del SRAS, el SARS-CoV-2 y el virus Nipah, que apareció en Asia en 1998. 

Hurón, visón y comadreja. Otra familia de mamíferos, los mustélidos (tejones, hurones, visones, comadrejas...), es a menudo señalada como responsable de zoonosis virales, y en particular de aquellas provocadas por coronavirus. La civeta o gato de algalia ha sido señalada como el hospedador intermediario del Síndrome Respiratorio Agudo Severo, que dejó 774 muertos en el mundo en 2002-2003. Si bien el coronavirus del éste fue hallado en algunas civetas, no está confirmado que este pequeño carnívoro cercano a la mangosta fuera quien transmitió el virus a los humanos.

El pangolín. Al principio de la pandemia este animal amenazado de extinción fue señalado por investigadores chinos como el "posible hospedador intermediario", vista la cercanía de las secuencias genéticas del SARS-CoV-2 y un coronavirus que infecta al pangolín. Si bien este mamífero es el hospedador natural de muchos virus, su papel en la transmisión del actual no se ha establecido.

Otros mamíferos.  El virus del sarampión, hoy totalmente humano, surgió de la adaptación de un virus en la Edad Media que afectaba a los bovinos, mientras que el cerdo también desempeña a menudo el papel de hospedador intermediario para los virus gripales y el Nipah, por ejemplo. Este animal, sensible a los virus humanos, también es propicio a las recombinaciones. Es probablemente lo que pasó durante la pandemia de H1N1 en 2009-2010, inicialmente calificada de "gripe porcina", con un balance estimado de entre 152.000 y 575.000 muertos. La cepa del virus habría surgido de un cerdo portador a la vez de la gripe aviar y la gripe humana.

El virus de la rabia transmitido por los perros y los zorros infectados, diferente al de los murciélagos, es por su lado responsable de la gran mayoría de las 59.000 muertes anuales provocadas por esta enfermedad.

Entre los mamíferos salvajes, los grandes monos han servido de hospedador intermediario para el VIH (a partir del Virus de Inmunodeficiencia en Simios, o VIS) y para el Ébola, mientras que el dromedario parece ser "un gran hospedador reservorio del MERS-CoV y una fuente animal de infección en el hombre", señala la OMS.

Aves salvajes y domésticas.  La gripe española de 1918-1919, la gripe "asiática" en 1957, la gripe "de Hong Kong" once años más tarde, la gripe H1N1 en 2009: todos los virus responsables de las grandes pandemias gripales tuvieron directa o indirectamente un origen aviar. Otras dos cepas de gripe aviar, H5N1 entre 2003 y 2011, y luego H7N9 desde 2013, dieron lugar en Asia a contagios directos con las aves infectadas, o en casos muy raros de transmisión interhumana.