Salvar los mares se ha vuelto un asunto personal | El Nuevo Siglo
Foto cortesía ONU
Lunes, 4 de Marzo de 2019

¿Sabías que la mantarraya gigante, que mide hasta nueve metros de ancho, tiene el cerebro más grande de todos los peces del mundo? ¿O que los dugongos, a veces conocidos como vacas marinas porque pastorean en aguas poco profundas (y tal vez a su apariencia), están más relacionados con los elefantes que con las ballenas o los delfines? ¿O que el tiburón zorro o azotador usa su larguísima aleta caudal para golpear los bancos de peces y aturdir a sus presas en un proceso conocido como golpe de cola?

Estas maravillosas criaturas son prueba de la riqueza del mundo submarino, el cual aún no apreciamos ni entendemos completamente. De hecho, sabemos más sobre la luna que sobre los lugares más profundos de los océanos. Así mismo, el estado vulnerable de estas criaturas constituye una acusación contra los humanos a causa de la explotación irracional de los mares del mundo.

Las amenazas a las que se enfrentan estas especies marinas icónicas, y muchas más, están haciendo sonar las alarmas. ¿Pero estamos escuchando? ¿Cuántos de nosotros nos damos cuenta de que si su mundo está amenazado, también lo está el nuestro?

Este año, por primera vez, el Día Mundial de la Vida Silvestre se dedicó a los océanos, con el tema: “Vida subacuática: para las personas y el planeta”. El objetivo de la campaña es crear conciencia sobre la diversidad de la vida marina y su importancia para el desarrollo humano, y garantizar que nuestros océanos sigan brindando estos servicios para las generaciones futuras.

Los océanos cubren dos tercios del planeta y producen 50% del oxígeno en la Tierra. Regulan el clima, proporcionan alimentos a más de 3.000 millones de personas, y absorben 30% del dióxido de carbono que se libera en la atmósfera y 90% del calor que incide en el cambio climático. A pesar de estos valiosos servicios, la actividad humana amenaza este ambiente único y vital.

Hoy en día, las mantarrayas, que se alimentan del plancton y controlan la abundancia y diversidad de estos diminutos organismos, están amenazadas por la sobrepesca, la contaminación por plásticos, el cambio climático y la degradación de su hábitat. La mantarraya gigante también se ha vuelto muy apreciada por sus branquiespinas, que se utilizan en la medicina china.

La mantarraya se encuentra entre las especies amenazadas destacadas por la campaña Feroz por la Vida de ONU Medio Ambiente en el Día Mundial de la Vida Silvestre. Foto de ONU Medio Ambiente

La mantarraya se encuentra entre las especies amenazadas destacadas por la campaña Feroz por la Vida de ONU Medio Ambiente en el Día Mundial de la Vida Silvestre. Foto de ONU Medio Ambiente

Los dugongos están amenazados por la caza ilegal, la contaminación del océano y el cambio climático, y el tiburón zorro está en riesgo por la sobrepesca, el aumento de las temperaturas del océano, la acidificación y los microplásticos. Muchas otras especies marinas también enfrentan las mismas amenazas y los niveles de riesgo exigen una acción urgente.

Este Día Mundial de la Vida Silvestre, las campañas de ONU Medio Ambiente Mares Limpios, contra la contaminación por plásticos, y Feroz por la Vida, que lucha contra el comercio ilegal de vida silvestre, han unido fuerzas para impulsar un despertar global sobre la necesidad de proteger nuestros océanos.

“En este Día Mundial de la Vida Silvestre, promovamos la concienciación sobre la extraordinaria diversidad de la vida marina y la importancia crucial de las especies marinas para el desarrollo sostenible. De esta manera, podremos asegurar esos servicios para las generaciones futuras”, dijo el secretario General de la ONU, António Guterres. 

Esta es una tarea urgente porque actualmente usamos los recursos del océano más rápido de lo que pueden recuperarse. Hasta 40% del océano está afectado por la sobreexplotación de las especies marinas, la contaminación, la pérdida de hábitats costeros y el cambio climático. Estamos consumiendo 30% de las poblaciones de peces a un ritmo insostenible, en gran parte debido a actividades ilegales, no declaradas o no reglamentadas.

Algunas estimaciones dicen que hasta la mitad de los arrecifes de coral del mundo ya se han perdido. Estos ecosistemas vitales se están degradando rápidamente como resultado del calentamiento del mar debido al cambio climático, la pesca excesiva, la pesca destructiva, la acidificación de los océanos y una amplia gama de actividades terrestres.

Cincuenta y siete países que administran 60% de las costas del mundo se han unido a la campaña Mares Limpios, y se han comprometido a reducir los plásticos de un solo uso, proteger las aguas nacionales y fomentar un mayor reciclaje. La campaña ahora representa la mayor alianza mundial para combatir la contaminación por plástico en los mares./Fotos ONU