EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo recibe que el Consejo Nacional Electoral le haya otorgado personería jurídica a su movimiento político?
RODRIGO LARA: No lo llamaría, para empezar, “mi movimiento político”. Es un partido histórico que se constituyó en los años 70, que eligió a más de siete congresistas y representaba una disidencia del oficialismo liberal.
Constituyó una organización que estuvo al servicio de unas ideas de origen liberal, particularmente de unas ideas de renovación, de reformismo y socialdemocracia. Ese es el espíritu y eso fue lo que representó.
Es un partido que desafió el orden establecido por el férreo control político que ejercía el oficialismo liberal en ese momento.
Creo que, en estos momentos de crisis e incredulidad, constituye un camino muy importante para reconstruir ese pasado liberal; pero, sobre todo, ese presente y futuro reformista que necesita Colombia.
ENS: ¿No teme que a esta personería jurídica le pase lo mismo que a otras que han sido reconocidas por el Alto Tribunal, pero que luego fueron tumbadas por el Consejo de Estado?
RL: No habría ninguna razón para ello. Lo que el Consejo de Estado ha venido tumbando son aquellos partidos que se constituyen sobre la base de una línea jurisprudencial del CNE, que les reconociera la personería jurídica sobre la base de coaliciones que se presentaron en las pasadas elecciones.
En este caso, Dignidad Liberal va en la línea de la jurisprudencia original de la Corte Constitucional.
ENS: ¿No cree que hay una explosión de partidos políticos, así como de movimientos significativos de ciudadanos o candidatos por firmas que debilitan la democracia de los partidos?
RL: Lo que debilita la democracia es la falta democracia interna de los partidos. Lo que debilita la democracia es la fragilidad de los partidos. Lo que debilita la democracia es que se conviertan en clubes parlamentarios, en empresas o en cárceles al servicio del interés político, de una familia o de una persona.
Si Colombia tuviera partidos profundamente democráticos, realmente al servicio de una causa o de una ideología, se podría discutir sobre el daño que pueda crear, básicamente, la multiplicación de personerías jurídicas.
Pero es que estas personerías jurídicas responden, primero, a un marco constitucional de reivindicación y resarcimiento por crímenes y delitos que se han cometido en el pasado y que truncaron la existencia de partidos políticos. En segundo lugar, también por la asfixia democrática que hay en Colombia por la captura de los partidos y su transformación en el patrimonio personal de algunos. Eso sí que es grave.
Situación país
ENS: ¿Cómo está viendo hoy la situación política y social del país?
RL: Estoy muy preocupado por la situación fiscal del país. Creo que los últimos gobiernos han fracasado en encontrar nuevos caminos o nuevas fuentes de desarrollo y de creación de riqueza para el país. Lo que estamos viendo es básicamente un camino muy inquietante hacia una crisis fiscal en dos años.
El próximo Gobierno va a encontrar una situación muy difícil y veo por parte del Ejecutivo nacional una incapacidad muy grande para poner en marcha sus políticas.
En lo que tiene que ver con el orden público, veo esto con inmensa preocupación. En partes enteras del territorio nacional se están saliendo concretamente de control. Veo que se está disparando la extorsión en muchas partes.
ENS: ¿Cuál es su opinión frente a las propuestas del presidente Gustavo Petro en torno a una constituyente o un ‘fast track’ para acelerar la implementación del acuerdo de paz de 2016?
RL: Francamente no entiendo muy bien qué busca el Gobierno con un ‘fast track’. Todo el compendio normativo del proceso de paz se implementó mediante un ‘fast track’ en el segundo gobierno de Juan Manuel Santos.
Incluso, yo fui presidente de la Cámara cuando se implementaron muchas de esas reformas. Lo que veo entonces es un tema pendiente, básicamente los temas relacionados con la reforma rural integral o la reforma agraria.
El Gobierno nacional ya tuvo dos años para sacar eso adelante. ¿Ahora necesita un ‘fast track’? Un Gobierno eficaz saca eso en seis meses si se lo propone, si es organizado y eficaz. No entiendo para qué más se necesitaría un ‘fast track’.
El tema de la constituyente es un anuncio electorero. No le veo ni contenido ni propósito a eso. No va a haber constituyente. Es una bandera de campaña que sirve, precisamente para anticipar una campaña, lo más seguro, para aupar a los candidatos de ese sector político.
ENS: ¿Ve el riesgo de una deriva autocrática en Colombia por algunas posturas del Gobierno?
RL: Aquí no va a pasar lo que muchos creen. Aquí no va a haber ni una dictadura. Petro no se va a quedar en el poder. Lo que sí va a hacer es todo lo que esté a su alcance para dejar a su candidato o a su candidata.
Las instituciones democráticas en Colombia son sólidas. No le veo al presidente ni el oxígeno ni la capacidad para quedarse en el poder y estoy convencido de que no va a pasar.
Lo que pasa es que hay algunos a quienes les sirve jugar con el miedo, de que estamos ante un Hugo Chávez dos y que mientras más miedo, más rating obtienen.
La preocupación que nos debe unir a todos es la ineficacia administrativa del Gobierno.
ENS: ¿Cuál considera que es hoy el mayor problema que tiene el país: corrupción, inseguridad y crisis institucional?
RL: Esto no se puede resumir a un solo problema. La crisis institucional o fragilidad del Estado colombiano, la capacidad para ser eficaz en la ejecución de sus políticas, su presencia en el territorio deriva en muchos problemas como la inseguridad y la insatisfacción general de la población.
Creo que Colombia requiere una redefinición muy importante de su Estado, pero para eso se necesita de gobernantes que tengan claro cómo hacerlo.