Militares colombianos capturaron a seis brasileños que extraían oro ilegalmente en la selva amazónica mediante el empleo de cuatro dragas que fueron destruidas, según informó el ejército.
El operativo se enmarca en la ofensiva ordenada por el presidente Gustavo Petro bajo la directriz "draga ilegal que se encuentre, draga que se dinamita".
Desde finales de agosto las fuerzas militares han destruido 12 máquinas, entre ellas las cuatro que fueron ubicadas "en las últimas horas" en inmediaciones del río Pureté, en el departamento de Amazonas, en extremo sur de Colombia limítrofe con Brasil.
Allí "se logra la destrucción de cuatro dragas y la captura en flagrancia de seis sujetos de nacionalidad brasilera", dijo el general Jaime Galindo, comandante de la Sexta División del Ejército, en un video enviado a los medios.
La minería ilegal junto al narcotráfico son las actividades que sostienen a los grupos armados que desafían al Estado colombiano desde hace décadas. Incluso estudios independientes señalan que la extracción clandestina de oro y otros minerales les aporta más recursos que la producción y tráfico de cocaína.
De acuerdo con el general Galindo, los brasileños detenidos "al parecer estarían al servicio del grupo armado (...) Comandos de la Frontera", una organización formada por antiguos guerrilleros y paramilitares que emergió en 2020.
A finales de agosto, el entonces flamante mandatario colombiano ordenó a los militares destruir las dragas en vez de confiscarlas.
- Le puede interesar: Tiburones peregrinos nadan en círculos para escoger pareja
El 5 de septiembre Petro anunció la destrucción de siete de esas máquinas en el Bajo Calima, en el suroeste del país, y publicó en Twitter el video de una violenta explosión en medio del bosque.
La extracción ilegal de oro es particularmente dañina para el medio ambiente. Una vez sacan el oro del lecho de los ríos, los mineros lo mezclan con mercurio para separar el metal de los sedimentos. Altamente contaminante, el químico es arrojado a las aguas e ingerido por peces que luego son consumidos por humanos.
En 2021 el área contaminada por la explotación clandestina de oro alcanzó los 640 km2, una superficie tres veces mayor que la de la ciudad de Buenos Aires, según un estudio de la ONU.
El gobierno de Colombia fijó entre sus prioridades el cuidado de la Amazonía, ante el avance de la deforestación que ha destruido 7.018 km2 de bosque, principalmente en esa región que se extiende por nueve países.