Investigadores israelíes han advertido de las posibles extinciones masivas de especies de reptiles en todo el mundo, incluida la mitad de todas las especies de tortugas y cocodrilos, debido a la destrucción del hábitat.
Se basan en un estudio internacional en el que participaron 52 investigadores de todo el mundo. Los investigadores de origen israelí, determinaron que una de cada cinco especies de reptiles en la tierra se enfrenta a la extinción.
De las 10.196 especies de reptiles cubiertas por la investigación, cerca de 2.000 especies están en peligro de extinción, dijeron los autores del estudio, la primera de su tipo en abordar el tema en un alcance tan amplio.
El estudio exhaustivo fue realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a lo largo de 18 años e involucró a investigadores israelíes de la Universidad de Tel Aviv y de la Universidad Ben-Gurion del Negev.
“En general, el estado de los reptiles en el mundo es malo”, dijo el profesor Shai Meiri de la Universidad de Tel Aviv “La mayor amenaza para los reptiles es la destrucción de sus hábitats debido a la agricultura, la deforestación y el desarrollo urbano”, señaló.
Las especies invasoras también presentan una gran amenaza y el peligro del cambio climático sigue siendo incierto.
Hasta ahora, los estudios integrales del riesgo de extinción han estado centraron en aves, mamíferos y anfibios, los reptiles se habían dejado de lado hasta ahora, comentaban los autores del estudio internacional.
La UICN tenía como objetivo evaluar la amenaza de extinción que representan varias especies según sus características específicas, como la tasa de reproducción, el hábitat natural y la proximidad a los humanos.
Cada especie se clasificó en función de su nivel de amenaza para permitir que los responsables de la toma de decisiones y las organizaciones de conservación prioricen la protección de las especies más amenazadas.
El estado de los reptiles es “peor que el de las aves y los mamíferos, aunque no tan malo como el de los anfibios”, dijo Meiri, y agregó que “las tortugas están en peor posición que los lagartos y las serpientes”.
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Los más amenazados
El estudio determinó que el 58% de todas las especies de tortugas y el 50% de todas las especies de cocodrilos están en peligro de extinción. Las poblaciones de tortugas y cocodrilos están siendo reducidas por la caza, a diferencia de otras especies de reptiles, que en su mayoría se ven afectadas por la destrucción del hábitat, dijo Meiri.
Al localizar las amenazas a las que se enfrenta cada especie desde una perspectiva global, el estudio ofrece la oportunidad de dirigir los esfuerzos de conservación hacia donde más se necesitan.
A pesar del alcance global del estudio, aún queda mucho por hacer, según el Dr. Uri Roll de la Universidad Ben-Gurion.
“Este es un trabajo importante que forma la base inicial para la evaluación de riesgos entre varios reptiles en todo el mundo, pero no es el final de la historia”, dijo. “Todavía nos falta mucha información sobre
los diversos riesgos a los que se enfrentan los reptiles. Por ejemplo, se espera que el cambio climático tenga efectos significativos en los reptiles”.
“Nuestro mundo se enfrenta a una crisis de biodiversidad y cambios severos provocados por el hombre en los ecosistemas y las especies, pero los fondos asignados para la conservación son muy limitados”, dijo Roll. “Es clave que usemos estos fondos limitados donde puedan proporcionar los mayores beneficios”.
Además, la evaluación de la UICN omitió una serie de especies de reptiles que aún no se han evaluado o se les asignó una categoría de datos insuficientes que excluyó su priorización para la conservación.
“Sin embargo, podemos usar información sobre especies ya evaluadas para comprender mejor los riesgos para aquellas que aún no han sido analizadas”, dijo el Dr. Gabriel Caetano de la Universidad Ben-Gurion.
Para cubrir las lagunas en la evaluación de la UICN, un grupo de investigadores internacionales ha estado utilizando modelos avanzados de aprendizaje automático para abordar las especies que no fueron evaluadas por la UICN.
“En nuestro trabajo, tratamos de emular el proceso de la UICN utilizando predominantemente datos de detección remota y métodos avanzados de aprendizaje automático. Utilizamos especies que han sido evaluadas para enseñar a nuestros modelos qué hace que una especie esté amenazada y luego predecir las categorías de amenaza de las especies no evaluadas”, dijo Caetano, autor principal del estudio complementario.