¿Seguirá la opereta en Barinas? | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Enero de 2022

* Fraude y manipulación electoral

* La entronización del chavismo

 

La grosera historia de las elecciones para gobernador de Barinas que se realizarán en Venezuela mañana, ratifica ante propios y extraños la capacidad que tiene el régimen que usurpa el poder en ese país para crecer su historial de arbitrariedades y despropósitos.

Hasta 1999, cuando su hijo fue elegido presidente de Venezuela, Hugo de los Reyes Chávez y su esposa Elena Frías, llevaron en el municipio de Sabaneta, en la llanura del vecino país, la vida con restricciones que les permitía su profesión de maestros de escuela, con un hogar de cinco hijos. A partir de entonces pasaron a ser “la familia real de Barinas”.

Nada retrata mejor los delirios imperiales de Chávez y su manejo dictatorial del poder que el descaro con el que entregó a su familia el gobierno político y económico del Estado que los vio nacer. Sentó en la gobernación a su padre, Hugo de los Reyes, uno de cuyos más famosos actos de gobierno fue haber creado para su hijo Argenis el cargo de secretario regional de Barinas.

De sencillos y discretos en el pasado, durante el “Socialismo del Siglo XXI” los Chávez Frías pasaron a ser ricos y ostentosos. Como Hugo Rafael no se desprendió hasta su muerte de la Presidencia de Venezuela, su padre y hermanos tampoco dejaron la gobernación de Barinas, la cual convirtieron en propiedad exclusiva de la familia. El padre fue gobernador entre 1998 y 2008. Lo reemplazó su hijo mayor Adán, que estuvo hasta 2017 (actualmente es embajador de Venezuela en Cuba). Ese año dejó en el cargo a su hermano Argenis, quien perdió las elecciones regionales del pasado 21 diciembre con el candidato de la oposición Fredy Supelano, del partido Voluntad Popular que lidera Leopoldo López.

Como era inexorable, el oficialismo logró un amplio triunfo en las elecciones regionales, proceso salpicado por numerosas denuncias de fraude y de maniobras para atropellar los derechos de la oposición. Los chavistas ganaron casi todas las gobernaciones, con excepción de los estados de Cojedes, Nueva Esparta y Zulia. Pero sobre todo les quedó el lunar vistoso de haber perdido en Barinas, el imperio de los Chávez. “Para nosotros Barinas es Chávez”, dijo Diosdado Cabello, el locuaz vicepresidente del Partido Socialista de Venezuela. “Aunque sea por un solo voto impugnaremos, no importa lo que diga el mundo”, agregó.

Y así fue, otra vez con la ayuda del Tribunal Supremo de Justicia, nombrado a marchas forzadas en diciembre de 2015 antes de la posesión de la Asamblea Nacional -integrada mayoritariamente por la oposición-. Dicho tribunal ha sido herramienta y soporte para poner el disparatado orden jurídico que dejó Chávez al servicio del gobierno. Arrasando el orden constitucional y las competencias de la autoridad electoral, el Supremo acogió una acción interpuesta por un diputado chavista y con base en ella eliminó el proceso electoral cumplido en Barinas y ordenó convocar nuevos comicios.

La decisión del Tribunal Supremo fue calificada como un exabrupto jurídico por múltiples fuentes, incluidos dos rectores del Poder Electoral, Roberto Picón y Enrique Márquez. Incluso Maduro, que había publicitado ampliamente la presencia de una misión de la Unión Europea como garantía de transparencia de las elecciones, cuando esta reportó en su informe final “deficiencias estructurales en el proceso”, llamó a sus integrantes “espías y enemigos” y los expulsó del país.

Lo más sorprendente de todo es que ahora Argenis Chávez renunció a ser gobernador y también a ser candidato a la reelección, aduciendo que “no se pueden ganar elecciones cuando existen fallas en la gestión”, autocrítica con la cual hizo eco del malestar de la población por las constantes y graves fallas en la prestación de servicios públicos. Barinas vive esencialmente de la ganadería pero bajo el chavismo es también tierra de narcotráfico y de otras actividades ilegales de la guerrilla colombiana.

Este domingo competirán seis candidatos de la oposición, el más fuerte de los cuales es Sergio Garrido, el diputado más votado de los últimos comicios. Pero el favorito para ganar es el candidato del oficialismo Jorge Arreaza, quien fue Vicepresidente, Canciller y Ministro de Industria, entre otros cargos, pero sobre todo tiene la ‘luz mágica’ de la marca Chávez. No pertenece directamente a la familia, pero fue esposo de Rosa Virginia, una de las hijas de Hugo Chávez. Difícil una credencial mejor para aspirar a ser gobernador de Barinas en esta opereta electoral que tendrá lugar mañana.