El lío de las vacunas en Europa: ¿quién tiene la razón? | El Nuevo Siglo
Foto archivo Anadolu
Viernes, 29 de Enero de 2021
Redacción internacional

¿Real incapacidad de producción, primer efecto del divorcio Brexit o priorización de contratos? Una de ellas o todas las anteriores pueden ser las respuestas a la alta tensión que reina estos días entre la Unión Europea y el Reino Unido por la entrega de vacunas contra el covid-19.



Desarrolladas en tiempo récord (nueve meses), un real hito científico, las vacunas contra el virus que tiene acorralada a la humanidad tuvieron desde su etapa de investigación diversas fuentes de financiación y antes de que se probara su efectividad se firmaron contratos entre gobiernos y farmacéuticas para comprar el inoculante.

No fueron una, ni dos, sino al menos cinco los biológicos que se probaron con éxito y desde finales de diciembre comenzaron a ser distribuidos en el mundo, especialmente en Estados Unidos y el Viejo Continente. En el primero, en su mayoría son de Pfizer-BionTech y Moderna, mientras en el segundo del laboratorio anglo sueco AstraZeneca - U. de Oxford.

Desde finales de noviembre esta última farmacéutica comenzó su producción al tope del biológico ante la elevada demanda mundial y, sobre todo, por los compromisos adquiridos de antemano con sus financiadores: el gobierno del Reino Unido y la misma Unión Europea, que según uno de sus voceros asignó 336 millones de euros (unos US$406 millones) a la mencionada empresa para la producción de la vacuna.

El gobierno británico lanzó un plan para vacunar a 15 millones de personas hasta el fin de febrero y la UE tiene como meta hacer lo propio con el 70% de los adultos en el bloque de 27 países a más tardar en agosto. Sin embargo estos planes están, por lo pronto, en jaque ante los retrasos que ha tenido AstraZeneca debido a una baja del rendimiento de su planta en Bélgica e inclusive amenazas contra otro de su laboratorio, el de Gales.

Como se sabe Reino Unido es el país más afectado de Europa por el coronavirus, con más de 100 mil fallecidos y negoció 100 millones de dosis con la mencionada farmacéutica, de las cuales ya ha recibido varias decenas de millones y espera las otras para finales de marzo.



La Unión Europea que espera otras tantas millones de unidades del inoculante manifestó este miércoles su indignación por el anuncio de AstraZeneca de que solo podrá entregar “una cuarta parte” (17 millones en febrero) de las dosis originalmente prometidas en el primer trimestre y adujo, como reseñamos, no sólo que sus plantas en el Viejo Continente tienen problemas de rendimiento, sino que el contrato con Londres para el suministro de las vacunas se firmó tres meses que el que se hizo con la UE.

La Comisión Europea aseguró que corresponde a dicha farmacéutica la tarea de encontrar soluciones para poder suministrar las dosis de la vacuna  que había prometido inicialmente a club comunitario. "Corresponde claramente a la compañía hacer propuestas sobre cómo prevé cumplir con los términos del contrato y escucharemos las propuestas que vengan de AstraZeneca. El tiempo dirá cuáles son las soluciones", indicó su portavoz Eric Mamer.

Insistió en que la UE tiene derecho a recibir vacunas producidas en cualquiera de las cuatro plantas plasmadas en el contrato, entre las que se incluyen dos fábricas situadas en Reino Unido, además de las de Alemania y Bélgica. Precisamente esta última visitada este jueves por inspectores sanitarios, quienes revisaron “datos y documentos”, así como el estado de la misma para determinar si hay algún inconveniente que haya hecho disminuir su capacidad productiva. Se está a la espera del informe.

Igualmente el miércoles,  la planta del grupo farmacéutico en Wockhardt, norte de Gales, debió suspender por varias horas su producción tras una amenaza de bomba, tras encontrarse un paquete sospechoso.

Sube la temperatura

La controversia pública entre UE y AstraZeneca comenzó hace una semana pero tuvo su punto máximo el miércoles cuando se encontraron sus representantes para analizar los retrasos y exigir el colectivo comunitario que las plantas en Reino Unido compartan su producción de la vacuna.



Versiones encontradas, declaraciones de varias autoridades europeas y una información que días previos entregó el director del laboratorio, Pascal Soriot, llevaron la temperatura al máximo la noche del miércoles. Sin embargo este jueves la situación se distensionaba y solo se conocía el anuncio de la Comisión Europea de que estaban en “negociaciones” bilaterales.

La comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, molesta por las declaraciones de Soriot quien en una entrevista manifestó que la firma no había sellado un compromiso fijo con la UE sino que se había comprometido a empeñar sus "mejores esfuerzos" para cumplir las metas de entrega, dijo que las plantas de la farmacéutica ubicadas en territorio británico deberían suministrar las vacunas a la UE y que “no hay una jerarquía entre estas plantas en el contrato, no hay diferencias entre las plantas en el Reino Unido y las que están en la UE".

Para la funcionaria "las fábricas británicas son parte del contrato de compra anticipada, y es por ello que esas plantas deben suministrar las vacunas".

Y es aquí donde podríamos decir que se dio el primer efecto del divorcio Brexit entre las partes. Ya que como se sabe Reino Unido salió el 31 de diciembre de dicho acuerdo con la Unión Europea y aunque se mantienen las conversaciones sobre temas puntuales para su implementación total a finales de éste año, lo que está ocurriendo con la mayoritaria entrega de vacunas para el territorio inglés sería una prueba fehaciente de la nueva relación.

En medio de esa controversia, el gobierno británico expresó su confianza en que la farmacéutica  mantendrá su programa de entrega de los biológicos. "AstraZeneca se ha comprometido con entregar dos millones de dosis por semana en el Reino Unido, y no esperamos que eso cambie", dijo por su parte el primer ministro británico, Boris Johnson.

Ante la situación, la canciller alemana Ángela Merkel, aunque entregó la presidencia de la UE el pasado 31 de diciembre, quiere evaluar la situación más a fondo y por ello citó una reunión para este lunes no sólo con los jefes de gobierno regionales de Alemania sino con representantes de los fabricantes delas vacunas.



El impacto de la nueva ola del coronavirus en Europa ha sido más fuerte que el primero, con una altísima letalidad y de allí el afán de sus gobiernos por conseguir la mayor cantidad de vacunas posibles para inmunizar a gran parte de su población a más tardar en agosto, de tal forma que se genere la llamada ‘inmunidad de rebaño’ paso previo para reabrir plenamente la economía. De allí que situaciones como la que está ocurriendo con las entregas de la vacuna anglo-sueca generen confusión y zozobra.

Y vale anotar que el retraso en la producción de las dosis también se ha presentado con el grupo Pfizer-BioNTech, dada la alta demanda global, por lo que así se esté produciendo al tope satisfacerla en pocos días o meses es imposible.

Así lo reconoció la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de su representante en  Europa, Hans Kluge, quien se mostró confiado en que estos retrasos iniciales se compensarán con una producción adicional en un futuro próximo y recordó que hasta el momento un total de 35 países de ese continente han iniciado la vacunación administrando 25 millones de dosis.

En este escenario es difícil determinar quién tiene la razón. Lo único evidente es que la capacidad de producción se quedó corta ante la abultada demanda.