El aumento en el uso de personal militar a lo largo de las fronteras de Perú, Ecuador y Colombia pone en peligro a los refugiados y migrantes venezolanos. Las medidas de control migratorio, que pretenden ayudar a prevenir la propagación de covid-19, probablemente tendrán graves implicaciones en la capacidad de las personas para acceder al asilo seguro. Así lo señaló este viernes el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).

Agregó que Perú ha desplegado en los últimos días personal armado y militar en las fronteras para disuadir la migración ilegal desde Venezuela, y dice que el año pasado Colombia, Ecuador y Perú cerraron sus fronteras y restringieron el acceso a los refugiados y migrantes en un esfuerzo por frenar la propagación del virus.

“Aunque los Gobiernos de la región son responsables de proteger a la población contra la emergencia sanitaria del covid-19, estas medidas no deben restringir el acceso al asilo y deben salvaguardar los derechos de los refugiados. Los Estados están obligados a respetar el principio de no devolución y a garantizar la protección de los venezolanos que buscan estar a salvo en sus países”, señaló el NRC.

“La covid-19 sigue amenazando a los más vulnerables de la sociedad, lo que incluye a los venezolanos desplazados que viven marginalmente en la sociedad. En lugar de restringir su derecho a buscar seguridad y solicitar asilo, deberíamos analizar cómo podemos apoyar a los refugiados vulnerables y garantizar que se les brinde protección”, dijo Dominika Arseniuk, directora de país de NRC para Colombia, Ecuador y Panamá.