Hace exactamente una semana se llevaron a cabo las elecciones parlamentarias en la comunidad autónoma de Cataluña, y desde ese día las fuerzas políticas al interior del Parlamento comenzaron una cuenta regresiva que concluirá el 26 de marzo, fecha límite que tiene la colectividad para convocar la primera sesión de investidura del próximo presidente de la Generalitat (sistema institucional en que se organiza políticamente esta comunidad autónoma).
Si el Parlamento Catalán no llega a un acuerdo (es importante recordar que la votación es cerrada y hace siete días se votó por un partido político más no por un candidato), este deberá abrir un plazo extra de dos meses, lo que hace que una pregunta se haga inevitable: ¿Llegarán a un consenso de coalición las fuerzas mayoritarias para hacer gobierno? En otras palabras: ¿Quién buscará apoyo de quién y en qué condiciones?
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Pues bien, el NUEVO SIGLO habló con cuatro internacionalistas expertos en temas europeos, y todos ellos coincidieron en dos aspectos: el primero, que cualquier coalición que se busque inevitablemente estará enmarcada en el tire y afloje de independentismo versus no independentismo; y el segundo: que por ahora es imposible saber qué alianzas se conformarán.
Un consenso difícil
“Es muy difícil adivinarlo, y no solo por las diferencias ideológicas de los partidos, sino por los acuerdos internos a los que deberán llegar para distribuir ciertos temas. Uno de los problemas que impidió que hubiera coalición de Gobierno en el último tiempo fue precisamente el reparto de ciertos ministerios. Podemos (izquierda extrema), por ejemplo, pedía una serie de ministerios que los socialistas del PSOE no estaban dispuesto a entregar. Esa es una filigrana (qué va a pedir cada partido) que yo no estoy muy seguro que, desde aquí, podamos ver tan claramente”, comenzó por explicar a EL NUEVO SIGLO el internacionalista de la Universidad del Rosario, Mauricio Jaramillo.
Añadiendo que, aunque el independentismo se consolidó como la fuerza mayoritaria en las elecciones y por esa razón uno esperaría que sean ellos quienes lideren cualquier forma de negociación, “que hayan ganado la mayoría no significa que vayan a lograr un acuerdo fácil”.
“Yo no creo que vayamos a tener tan fácilmente una coalición, y menos aún que podamos hablar de una correlación de fuerzas en esa coalición o cómo pueda ser su composición”, añadió el profesor Jaramillo, quien cree que tendrá que haber un aplazamiento para postular candidatos.
“Yo no veo tan fácil que puedan conformar un gobierno. Una cosa es que los partidos se unan para alcanzar un ideal muy grande, como hacerle contrapeso a España o pedir mayor autonomía fiscal. Pero otra cosa muy distinta es ponerse de acuerdo para gobernar. Ya le pasó antes al Podemos y al PSOE y ambos estaban en la misma línea de izquierda”, finalizó diciendo.
En esto coincidió el profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales y experto en temas europeos de la Universidad Externado, Miguel Martínez, quien ve dos posibles escenarios de coalición:
“Una opción es que los partidos independentistas, que sabemos que son ideológicamente contrarios, formen un gobierno. Ahí confluyen la izquierda, la derecha y los radicales anticapitalistas. Ese gobierno ya vimos que no funcionó porque estuvo parado durante mucho tiempo. Y la otra alternativa es la de formar las mismas alianzas que hay en el gobierno español: el Partido Socialista, Esguerra Republicana y Junts per Cataluña. Esas son las dos alternativas que hay”.
Martínez añadió que si se tomara el segundo camino, “seguramente terminaría gobernando Esguerra Republicana porque no van a dejar que el presidente sea socialista aunque haya tenido más votos. Yo veo muy difícil que se pongan de acuerdo. Esguerra Republicana es de izquierda y Junts per Cataluña es un partido de derecha súper burgués”, añadió el profesor Martínez, quien dijo que aún es demasiado prematuro saber qué se está acordando a puerta cerrada.
Una derecha desunida
Por su parte, y más centrado en lo que él ha denominado un bucle separatista del cual la región no ha logrado desligarse, el investigador e internacionalista español de la Universidad de la Sabana, Roberto García, precisó que “el escenario es complicado por no decir dantesco. ¿Por qué? Porque nosotros venimos de un proceso, desde el año 2012, en el que los independentistas comenzaron a jugar con cierta confianza a ver quién es más independentista que el otro”.
“Como la respuesta por parte del gobierno nacional siempre ha sido de: “No, porque su fórmula no encaja con el marco constitucional actualmente vigente”, los independentistas han optado por imponer el modelo, y por desgracia la respuesta que se ha dado ha sido siempre la de no contemplar ninguna forma de gobierno de consenso”, precisó a este medio el profesor García, quien añadió que ante un eventual escenario en el que pueda ganar un candidato independentista, la posición de los partidos de derecha es “lamentable”.
“Las fuerzas políticas españolistas, como ellos lo llaman, del PCS (socialistas), el Partido Popular y Vox, en cierto modo están demostrando tener muy poca altura de miras y deberían dejar de lado las diferencias y ser capaces de plantear un gobierno de consenso que permita sacar, de una vez por todas, a los independentistas del poder para reencauchar los cauces del diálogo”.
Indicó, además, que no ha habido manera de lograr consenso en estos partidos constitucionalistas “y mucho me temo que a causa de esa desunión terminará pagando los platos rotos la sociedad catalana que no ha podido salir del bucle independentista desde 2012”, finalizó diciendo a EL NUEVO SIGLO García, quien añadió que los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas que hace encuestas del barómetro de opinión, demuestra que las personas que se sienten tanto catalanas como españolas siguen siendo de un 51% de la población y la mayoría no tiene problemas con vivir en un estado federal.
“El independentismo sigue siendo, en términos sociológicos, una minoría, pero políticamente es una de las fuerzas políticas más votadas. Esa es mi lectura personal”, García.
Una disparidad de posturas
Para el catedrático español de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, Mario Aller, es una posibilidad que vuelva a asumir la presidencia alguien de uno de los partidos independentistas, pero la eventual presencia de la CUP sería problemática en esta coalición, “pues esta es una minoría de izquierda y separatista supremamente difícil de encajar en cualquier gobierno. Este es un partido un poco antisistema y meterlo con Junts per Cataluña, que es la burguesía tradicional, es algo que se ve muy pero muy complicado”.
Por el contrario, lo que él cree que podría pasar, es que tradicionalmente las últimas elecciones se han reducido sobre todo a buscar un pacto independentista o no independentista “y esta vez la innovación es que, aparte de esa posibilidad, podría haber un tripartito de izquierda conformado por el PSC, el ERC e incluso la CUP así este sea como Vox, muy radical e inaudito de ver en un gobierno. Eso no es nada especialmente novedoso y lo vimos con Paqual Maragall, pero hay que esperar”, puntualizó.
Los candidatos
En abril, el Parlamento catalán deberá nominar un nombre. ¿Quiénes están detrás de cada movimiento político? Los socialistas del PSC están con Salvador Illa; En Comun Podem con Jesica Albrachi; Esguerra Republicana de Cataluña (ERC) con Peré Aragonés; Junts per Cataluña, con Laura Borrás; CUP con Dolores Sabater y PdeCat con Angels Chacón (estas cuatro últimas independentistas en todos sus matices desde los más radicales hasta los más moderados). Y en las formaciones de derecha están el Partido Popular (PP), con Alejandro Fernández; Ciudadanos con Carlos Carrizosa y Vox con Ignacio Garriga.