Colombia cuenta con una gran variedad de iglesias que, gracias a su ubicación, arquitectura, historia y encanto, se convierten en los escenarios perfectos para casarse, bautizar y visitar en temporadas religiosas como la que se inicia hoy, la cuaresma.

En cada rincón del país es posible encontrar construcciones que mantienen viva la historia y tradición cultural, alrededor de las cuales se formaron los pueblos y ciudades, y que agregan valor al patrimonio arquitectónico de Colombia. Además, gracias a la riqueza de estos santuarios se puede hacer turismo religioso en estos cinco destinos del país.

Catedral Primada (Bogotá)

Lo que empezó como una modesta capilla de paja y bahareque en 1538, durante la conquista española, es hoy el templo católico en el que se llevan a cabo las ceremonias más importantes del país. La Catedral Primada de Bogotá es un lugar obligado para los que recorren la zona colonial de la capital colombiana. Uno de los grandes atractivos de este templo es el órgano, construido en 1890 por Aquilino Amezua.

Aunque sus puertas de madera han sido remodeladas varias veces, ellas permanecen allí como si el tiempo no hubiese pasado. Las columnas del templo, sus detalles dorados, las sillas al estilo antiguo, la cúpula, las lámparas que iluminan el lugar y las imágenes santas permanecen intactas para mantener el valor histórico de esta iglesia.

Catedral de Sal (Zipaquirá, Cundinamarca)

A 180 metros bajo tierra, la Catedral de Sal se encuentra en las extrañas de Zipaquirá, dentro de la mina de sal. Ubicado a pocas horas de Bogotá, es el sitio perfecto para los amantes de las nuevas experiencias, pues se trata de un espacio inusual para un templo religioso. Dentro de la mina se puede disfrutar del olor característico de la sal y las paredes llenas de textura que absorben el frío y de manera inevitable el espectador se siente atraído por las luces de colores que iluminan la Catedral.

Mientras se camina por los largos pasillos subterráneos se llega a la icónica “La creación del hombre”, creada en mármol por el reconocido escultor Carlos Enrique Rodríguez Arango, en honor a Miguel Ángel. Bajo tierra, las esculturas, las luces de colores y el silencio se toman el espacio y la forma natural de la mina da vida a este mágico lugar.

Santuario de Las Lajas (Ipiales, Nariño)

Está construido en lo más alto de Nariño, por lo que da la sensación de estar más cerca del cielo. Eso sin contar que se puede apreciar los paisajes y respirar el aire más puro. El Santuario de Las Lajas fue construido a 100 metros sobre el río Guáitara. Con su arquitectura imponente, techos que parecen estar a pocos metros del cielo y un diseño interior que se remonta a principios del siglo XX, Este templo es uno de los preferidos por los colombianos, los extranjeros y hasta los medios internacionales. Este sitio es para quienes practican el turismo religioso y son amantes de las alturas, perfecto para caminar por el puente y disfrutar de este majestuoso lugar en medio de la naturaleza.

Su nombre le rinde honor a Nuestra Señora de Las Lajas. Dice la historia que su imagen apareció en una piedra laja ubicada en una pared del cañón del río Guáitara. El Santuario fue construido entre 1916 y 1946 y desde entonces se ha convertido en un lugar muy concurrido por creyentes y visitantes, que lo consideran como “el milagro de Dios sobre el abismo”.

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El Señor de los Milagros (Buga, Valle del Cauca)

Su color rosa claro sobresale entre las plantas que la rodean y llama la atención de los locales y visitantes que pisan los suelos de esta hermosa ciudad. Además, tiene una de las estructuras más llamativas debido a su estilo gótico que contrasta con el resto de construcciones de la ciudad. Fue edificada en 1942 con la idea de que fuera un lugar dedicado a Nuestra Señora de los Dolores.

El atractivo principal de esta iglesia es la imagen de El Señor de los Milagros, al que miles de fieles acuden diariamente a pedir favores. Además de su representación religiosa y cultural, su arquitectura es otro gran atractivo para locales y visitantes de todo el mundo que se dejan impactar por su belleza. Tanto su fachada como el interior fueron ensamblados con materiales nacionales e internacionales; el mármol, la madera y los objetos que la decoran hacen que este parezca un museo que vale la pena visitar.

San Pedro Claver (Cartagena)

Su gran estructura de color claro, que contrasta con el azul del cielo y el verde de la naturaleza, es imposible de ignorar. Lograr una fachada con estilo colonial y un interior impactante no fue fácil y tardó más de 70 años en ser construida.

En el templo se encuentran los restos de San Pedro Claver, sacerdote español conocido como el santo de los negros debido a su interés por hacer valer y defender los derechos humanos. Esta construcción hace parte del Centro Histórico de Cartagena, uno de los lugares favoritos de quienes visitan esta hermosa ciudad del Caribe colombiano.