El Mundo desperdicia 17% de los alimentos al año | El Nuevo Siglo
EN COLOMBIA, según un informe de Planeación Nacional de 2016, se desperdiciaban 9,76 millones de toneladas de comida al año
Prosperidad Social
Jueves, 4 de Marzo de 2021
Redacción Economía

Pese a que los índices de personas que pasan hambre suben día tras día, se estima que 931 millones de toneladas de alimentos, es decir el 17% del total de víveres disponibles para los consumidores en 2019, terminaron en los basureros de hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios.

Así lo reveló un informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2021, publicado ayer por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la organización asociada WRAP.

Dicho indicador analiza el desperdicio de alimentos que se produce en los puntos de venta, restaurantes y hogares, y considera no solo los alimentos, sino también las partes no comestibles, como los huesos y cáscaras.

La importancia de este estudio es que presenta la recopilación, el análisis y el modelo de datos más completos hasta la fecha sobre el desperdicio de alimentos, y ofrece una metodología para que los países puedan hacer sus propias mediciones. Se identificaron 152 puntos para la medición del desperdicio de alimentos en 54 países.

En casi todas las naciones que han medido el desperdicio de alimentos, este fue sustancial, independientemente del nivel de ingresos. La mayor parte de este desperdicio proviene de los hogares, que descartan 11% del total de alimentos disponibles en la etapa de consumo de la cadena de suministro.



Los servicios de alimentación y los establecimientos minoristas desperdician 5% y 2%, respectivamente. A nivel mundial, per cápita, cada año se desperdician 121 kilogramos de alimentos a nivel del consumidor, y 74 de esos kilogramos se desperdician en los hogares. El informe también incluye estimaciones per cápita regionales y nacionales.

Graves efectos

El desperdicio de alimentos tiene importantes efectos ambientales, sociales y económicos. Por ejemplo, en un momento en que la acción climática aún está rezagada, entre 8% y 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero están asociadas con alimentos que no se consumen, si se toman en cuenta las pérdidas que suceden antes del nivel del consumidor.

“Disminuir el desperdicio de alimentos reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero y la velocidad de la destrucción de la naturaleza que resulta de la conversión de la tierra y la contaminación. Al mismo tiempo, mejoraría la disponibilidad de alimentos y, por lo tanto, reduciría el hambre y ahorraría dinero en un momento de recesión mundial”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Pnuma.

“Si queremos tomarnos en serio la lucha contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y los residuos, entonces las empresas, los gobiernos y los ciudadanos de todo el mundo deben hacer su parte para reducir el desperdicio de alimentos. La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de la ONU de este año brindará la oportunidad de lanzar nuevas acciones audaces para abordar el desperdicio de alimentos a nivel mundial”, explicó.

Con 690 millones de personas afectadas por el hambre en 2019, un número que se espera aumente drásticamente con la Covid-19, y 3.000 millones de personas que no pueden pagar una dieta saludable, los consumidores necesitan apoyo para reducir el desperdicio de alimentos en el hogar.

Según el Pnuma los países pueden aumentar la ambición climática al incluir el desperdicio de alimentos en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de cara al Acuerdo de París, al tiempo que fortalecen la seguridad alimentaria y reducen los costos para los hogares. En ese sentido, la prevención del desperdicio de alimentos es también un área crucial para su inclusión en las estrategias de recuperación de la pandemia.

Durante mucho tiempo, se asumió que el desperdicio de alimentos en el hogar era un problema importante solo en los países desarrollados. Con la publicación del informe sobre el Índice de desperdicio de alimentos, sin embargo, vemos que las cosas no son exactamente así”, dijo Marcus Gover, director ejecutivo de WRAP.

“En los 9 que nos quedan, no lograremos la Meta 3 del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 12 si no aumentamos significativamente la inversión para abordar el desperdicio de alimentos en el hogar a nivel mundial. Esto debe ser una prioridad para gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y fundaciones filantrópicas”, advirtió Gover.

La meta 12.3 de los ODS busca reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y los consumidores y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. Uno de los dos indicadores de la meta es el índice de desperdicio de alimentos.



¿Y Colombia?

Según un estudio realizado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), en 2016, en Colombia se pierden o desperdician 9,76 millones de toneladas de comida al año. Dicha cifra es alarmante puesto que representa el 34 por ciento del total de los alimentos que el país podría consumir durante un año, es decir que por cada 3 toneladas de comida disponible en Colombia, una tonelada va a la basura.

Precisamente en agosto de 2019 entró en vigor la Ley 1990 que creó la política para prevenir la pérdida y el desperdicio de alimentos en el país. La norma estableció las herramientas necesarias para sensibilizar, formar, movilizar y responsabilizar a los productores, procesadores, distribuidores de productos alimenticios, consumidores y asociaciones a nivel local, departamental y nacional para realizar un manejo adecuado de los alimentos, priorizando como destino final el consumo humano.

Dicha ley prohibió destruir alimentos aptos para el consumo humano y estableció que los víveres que no se comercialicen puedan donarse a las organizaciones sin ánimo de lucro que atiendan a población vulnerable.

Así mismo, estableció que la Política contra el Desperdicio de Alimentos estará a cargo de la Comisión Intersectorial de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Cisan), cuyo objetivo es la configuración de medidas comprensivas e integrales que permitan evitar los fenómenos de pérdida cuantitativa y cualitativa de alimentos destinados al consumo humano, así como el desperdicio de estos a lo largo de la cadena de suministro en el territorio nacional.

Los objetivos de la política son:

1. Contribuir al derecho humano a la seguridad alimentaria y nutricional de la población colombiana.

2. Impulsar medidas que prevengan las pérdidas y desperdicios de alimentos.

3. Realizar estudios y emitir recomendaciones que permitan mejorar la planificación de la producción de los alimentos adaptada a las dinámicas de mercado.

4. Promover prácticas de producción y procesamiento de alimentos y elaborar estrategias y programas destinados a la promoción de sistemas alimentarios socialmente adecuados y ambientalmente sostenibles, que abarquen a su vez la configuración de las dietas y el consumo.

5. Impulsar estrategias destinadas a garantizar la eficiencia de la cadena de suministro de alimentos.

6. Garantizar que todos los actores intervinientes en la cadena de suministro de alimentos, con especial énfasis en los campesinos, las mujeres y los pequeños productores, sean beneficiarios de la política pública de reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos.

7. Realizar campañas educativas anuales, de comunicación y publicidad que orienten a la ciudadanía acerca de la importancia de adoptar medidas contra la pérdida y el desperdicio de los alimentos. Todo lo anterior a través de programas y alocuciones por medios de comunicación escrita, visual y radiofónica de carácter local, regional y nacional.