Conozca como se movería el mapa político en el Congreso | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 6 de Marzo de 2022
Redacción Política

El próximo domingo el mapa político del Congreso cambiará. Eso es seguro. Lo que no se sabe es qué tanto.

De entrada, es claro que hay fuertes diferencias entre los comicios parlamentarios de 2018 y los de este 13 de marzo. Por ejemplo, el censo electoral subió más de dos millones de votos. Hace cuatro años había 36,4 millones de potenciales votantes y ahora serán 38,8 millones.

¿Subirá o bajará la abstención? En 2018 se marcó un récord de votación, con 17,8 millones de sufragios, lo que significó una abstención apenas superior al 51%. Hoy, si bien hay más votantes potenciales, la pandemia sigue presente por más que comenzó a regir la posibilidad de transitar sin tapabocas en sitios abiertos y aireados.  

Por lo pronto, algunos analistas prevén que voten 20 millones de personas el próximo domingo, lo que elevaría el umbral electoral (mínimo de sufragios para entrar en la repartición de curules) a no menos de 500 mil votos para Senado (hace cuatro años bordeó los 460 mil). Lista que asegure ese monto tendría, como mínimo, tres escaños. En las cámaras, por ser elecciones departamentales, el tema es muy variable.

Otro cambio sustancial es que en esta ocasión hay más curules en juego. En el Senado todo sigue igual: 107 escaños, 100 de ellos por circunscripción nacional ordinaria, dos exclusivos para los indígenas y cinco automáticos para el partido Comunes (partido derivado de las desmovilizadas Farc). El otro no es elegible sino que se adjudica al candidato presidencial que pierda en segunda vuelta.

En cuanto a la Cámara, a los 165 representantes (incluyendo las circunscripciones de origen étnico y la curul de colombianos en el exterior) se suman los cinco escaños automáticos de Comunes (este es el segundo y último periodo legislativo en que tendrán esa gabela autorizada por el acuerdo de paz). La curul 171 le corresponde a la fórmula vicepresidencial del candidato perdedor en la segunda vuelta presidencial.

El cambio radica en que este 13 de marzo se elegirán, por primera vez, 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz (Citrep), destinadas a víctimas del conflicto armado. Esta escogencia se dará solo en las zonas veredales de 167 municipios, en donde podrán sufragar 1.244 080 ciudadanos. Así las cosas, en la Cámara a partir del 20 de julio habrá 187 escaños.

Visto todo lo anterior se entiende por qué hay 2.835 candidatos al Congreso compitiendo por esas 295 curules. Pero no todos son aspirantes nuevos: 65 senadores buscan reelegirse, 91 representantes a la Cámara igual y 30 de estos últimos buscan cambiar de corporación.

Otra diferencia clave con respecto a 2018, es que las tres grandes votaciones de hace cuatro años para Senado esta vez no compiten: Álvaro Uribe (Centro Democrático), 875 mil votos; Antanas Mockus (Alianza Verde), 540 mil votos; y Jorge Enrique Robledo (Polo), 226 mil votos. Pero no son los únicos casos: de los 20 senadores más votados hace cuatro años, solo nueve aspiran a repetir curul.

Por último, pero no menos importante: el próximo domingo se votarán, de manera paralela a los comicios parlamentarios, tres consultas interpartidistas de coaliciones presidenciales para escoger candidatos únicos.

En 2018 también se llevaron a cabo este tipo de consultas, pero solo fueron dos y con cinco precandidatos. Ahora son tres las coaliciones y 15 los precandidatos.

Otra diferencia: en esta ocasión dos coaliciones van con listas propias al Senado y la Cámara (Pacto Histórico y Centro Esperanza, aunque de esta última se derivó una tercera a nombre del Nuevo Liberalismo). Si bien el primer bloque lanzó listas cerradas y el segundo abiertas, es claro que buscan hacer una llave política y electoral entre las votaciones presidenciales y parlamentarias.

Así están las apuestas

Visto todo lo anterior, la pregunta del millón es cómo quedará el Congreso. Como no hay encuestas puntuales al respecto, es difícil prever cómo está el clima de la opinión pública respecto a los aspirantes a Senado y Cámara.

¿Qué puede pasar? Calculadora en mano, cada partido y movimiento significativo de ciudadanos hace sus cuentas. Igual los analistas y quienes consideran que las encuestas sobre preferencias presidenciales son un referente de cómo le puede ir a cada colectividad en las legislativas.

El Centro Democrático logró en marzo de 2018 un poco más de 2,5 millones de votos que le permitieron conquistar 19 curules en el Senado. En la Cámara obtuvo 32 escaños. Esto lo confirma como la bancada más grande.

Ahora, si bien como principal partido de gobierno ha tenido mucho juego burocrático, cuotas de poder y vitrina mediática en estos cuatro años, juega en su contra no solo que el expresidente Uribe (su principal gancho electoral en 2014 y 2018 para Senado y por arrastre en las listas de Cámara) no se postuló, sino que otros nombres de peso en la bancada, como Ernesto Macías, José Obdulio Gaviria o María del Rosario Guerra tampoco buscan repetir curul.

Si se suman los votos de Uribe (875 mil) con los obtenidos por la sola lista al Senado en 2018 (522 mil, muchos de ellos identificados con el exmandatario) se evidencia que son casi 1,4 millones de votos en el aire, un potencial electoral muy difícil de reemplazar.

Aunque el expresidente (que se vio forzado a renunciar a la curul en agosto de 2020 para que su proceso penal pasara de la Corte Suprema a la Fiscalía) lleva dos meses haciendo campaña en todo el país, no se ve claro que pueda ‘endosar’ una parte sustancial de semejante capital electoral a una lista que es encabezada por el excandidato a la alcaldía bogotana Miguel Uribe Turbay.

Aunque en los comicios para la capital del país en 2019 este último sumó 426 mil votos, no se puede comparar una elección local con cuatro aspirantes, con una elección de circunscripción nacional con más de 964 competidores. A ello se suma que hubo pocas sorpresas en cuanto a perfiles nuevos en las listas a ambas cámaras. La mayor votación sería de la María Fernanda Cabal.

Pocas voces en el uribismo apuestan por aumentar la bancada. No solo por la ausencia de Uribe en el tarjetón -que además ha visto caer poco a poco su favorabilidad-, sino porque las listas cerradas del Pacto Histórico apuntan a ser las más votadas y seguramente desplazarán al Centro Democrático como la bancada mayoritaria, al menos en Senado.

En ese orden de ideas, los cálculos más optimistas en el uribismo apuestan por perder apenas dos o tres curules en Senado, pero otros consideran que las bajas serían cinco o más. En la Cámara la idea sería no bajar de 28 o, mínimo, 25 escaños. Aunque a diferencia de otros partidos, el Centro Democrático se ha concentrado en las elecciones parlamentarias y ha tratado de apartarse de las consultas interpartidistas (pese a que un sector importante sí votará en las mismas), es claro que el hecho de que su candidato presidencial Óscar Iván Zuluaga no haya despegado en las encuestas, también juega en contra de la votación parlamentaria.

Pacto y esperanzados

En la otra orilla está el Pacto Histórico, que asoma como la sorpresa del próximo domingo. Las encuestas sobre preferencias presidenciales y para las consultas dan como líder sólido a Petro desde hace más de un año. Precisamente por ello, esa coalición apostó por listas cerradas a Senado y Cámara, con nombres fuertes para la izquierda, aunque controvertidos y polarizantes para el resto del país político, como Gustavo Bolívar, Piedad Córdoba, Iván Cepeda, Clara López, Aída Avella y otros perfiles de mujeres y liderazgos regionales, para el caso del Senado. En cuanto a Cámara los nombres son menos conocidos a nivel nacional, pero es claro que esas planchas serán fuertes en Bogotá, el centro del país y el suroccidente.

¿Cuántas curules podría conquistar? Los cálculos son muy disímiles. Las cuentas de la coalición señalan que si logran “empaquetar” efectivamente la votación del Pacto (es decir que la gente vote Petro, lista a Senado y Cámara), podrían acercarse o pasar de tres millones para Senado. Los cálculos más optimistas hablan de entre 20 y 25 curules en la cámara alta, pero otras previsiones más cautelosas señalan que llegarían a 20, un resultado muy positivo, conquisten o no la Casa de Nariño. En cuanto a la Cámara baja, la idea es pasar de 30 escaños y apostar a que retrocedan uribismo y liberales para convertirse así en la bancada mayoritaria.

Lo que sí es claro es que el Pacto no parte de cero. Ya que sumó las bases del Polo (cuatro senadores, excepto Jorge Enrique Robledo) y dos senadores de Decentes. Sin embargo, hay analistas que consideran que esta coalición no pasaría de 15 senadores (que no es un mal resultado) y señalan tres circunstancias para ello: no es fácil “empaquetar” tres votaciones, una parte de la izquierda apoya a Petro pero no necesariamente a sus candidatos al Congreso y, además, al final de cuentas la votación, el umbral electoral y la cifra repartidora van a subir, pero el número de curules en Senado y Cámara no.

En cuanto a la otra coalición, la de Centro Esperanza, las cuentas son contradictorias. Del lado optimista están quienes sostienen que jalonados por la votación de la consulta interpartidista, que tiene precandidatos fuertes como Sergio Fajardo o Alejandro Gaviria, hay posibilidades de superar con creces los 1,3 millones de votos para Senado de hace cuatro años, lo que le permitió a la Alianza Verde sacar nueve escaños en el Senado y los mismos en la Cámara. Igual se considera que el arrastre de la gestión de las alcaldías verdes, como la de Claudia López en Bogotá, sumará votos para Congreso.

En la otra orilla están los pesimistas, que traen a colación que la Alianza Verde, base del bloque, está muy fracturada y varios dirigentes emigraron al petrismo. En segundo lugar, perdieron a Mockus, que en 2018 puso un 40% de la votación a Senado y arrastró varias curules. Y, por último pero no menos importante, la decisión del Nuevo Liberalismo de lanzar sus propias listas divide la votación parlamentaria de la coalición y resta oportunidades de conquistar más curules.

Aunque cuentan con una cabeza de lista de peso específico, como el ex vicepresidente Humberto de la Calle, y votaciones que asoman fuertes como las de Angélica Lozano, lo cierto es que esta coalición (que tiene de base 10 escaños en Senado -nueve verdes y el candidato de Robledo-) apuesta a no perder escaños como su alternativa más realista, sobre todo ante la fortaleza del petrismo, que le compite en el rubro de la centroizquierda.

En cuanto al Nuevo Liberalismo, aunque se supone que tiene tras de sí a un precandidato presidencial fuerte como Juan Manuel Galán y en la lista al Senado a su hermano, el excandidato a la alcaldía bogotana Carlos Fernando Galán, que sacó más de un millón de votos en octubre de 2019, es evidente que no será nada fácil superar el umbral electoral de 500 mil votos. Sin embargo, en esa colectividad se confía en que el galanismo y el voto de opinión alrededor de aspirantes como Mábel Lara o Sandra Borda les ayuden a conquistar, como mínimo, tres o cuatro escaños.


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Azules y rojos

El partido Conservador logró en 2014 un poco más de 1,9 millones de votos, consiguiendo 14 curules en el Senado. Para la Cámara conquistó 21 escaños. En estos cuatro años perdió el escaño de la condenada y prófuga Aída Merlano así como el del senador nariñense Eduardo Enríquez Maya, fallecido. Tampoco se postula ahora David Barguil (candidato presidencial) ni el saliente presidente del Senado, Juan Diego Gómez.

Sin embargo, tanto el presidente del Directorio Nacional, Omar Yepes, como el cabeza de lista al Senado, Efraín Cepeda, sostienen que el partido aspira, como mínimo, a conservar esos 14 escaños, gracias en parte a que tienen seis representantes a la Cámara pujando por dar el salto al Senado. La apuesta en Cámara es mantener, como mínimo, los 21 escaños.

Sin embargo, no pocos analistas consideran que el conservatismo podría perder entre dos o tres escaños en Senado y un poco más en la Cámara, no tanto porque retroceda en votación sino porque los umbrales electorales serán más altos debido a la irrupción de las listas del Pacto Histórico y Centro Esperanza.

En cuanto al partido Liberal, que sacó 1,9 millones de votos al Senado hace cuatro años, conquistando 14 curules, hoy es la bancada mayoritaria en la Cámara, con 35 escaños.

El expresidente y jefe único de las toldas rojas, César Gaviria, sostiene que esa colectividad, una de las más votadas en los comicios regionales de octubre 2019, aspira no solo a mantenerse como mayoritaria en la Cámara, sino a repetir su bancada en el Senado.

Sin embargo, los analistas sostienen que no será nada fácil. De entrada perdieron senadores como Luis Fernando Velasco y Guillermo García Realpe, que se fueron para el Pacto Histórico, en tanto declinó lanzarse Horacio José Serpa. Tres bajas sensibles, sin lugar a dudas, lo que pasaría factura política el próximo domingo. Incluso, hay dirigentes liberales que apuestan a que no bajar de 10 escaños en Senado sería muy bueno.

A ello se suma que, al no tener un candidato presidencial propio, muchas de las bases liberales se han atomizado, apoyando a otros aspirantes como Gustavo Petro (Pacto Histórico), Alejandro Char (Equipo por Colombia), o a Alejandro Gaviria y Juan Manuel Galán (Centro Esperanza), y eso podría afectar la votación roja parlamentaria.

La U y Cambio

Esos dos partidos tienen un duro reto el próximo domingo. Cambio Radical fue la segunda colectividad más votada al Senado hace cuatro años, sacando un poco más de 2,1 millones de votos, lo que le permitió conquistar 16 escaños en esa corporación, en tanto en Cámara sumó 30 curules.

Aunque las directivas de la colectividad consideran que tienen cómo revalidar ese potencial electoral y el acumulado de escaños, es claro que tienen bajas sensibles: Rodrigo Lara y Germán Varón (hoy con el precandidato de Centro Esperanza, Alejandro Gaviria), Emma Claudia Castellanos (su hija se lanzó al Senado por el liberalismo) y Richard Aguilar, capturado el año pasado.

Si bien tienen a un perfil interesante como David Luna de cabeza de lista al Senado, al tiempo que sumó algunos nombres nuevos de buena perspectiva, es evidente que Cambio no la tiene nada fácil para seguir como segunda bancada en el Senado y tercera en la Cámara. Algunos analistas señalan que bajaría a 12 curules en la alta corporación y a unas 25 en la baja.

Por los lados de La U, la situación también asoma compleja. En 2018 logró 1,9 millones de votos al Senado, lo que le permitió conquistar 14 escaños, en tanto que para Cámara logró 25 curules. Sin embargo, ha sufrido bajas importantes como las de los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti (hoy en el petrismo) o la de Eduardo Pulgar, capturado en 2020.

Si bien su directora única, Dilian Francisca Toro, señala que ese partido no va a retroceder en los comicios parlamentarios y que hay apuestas grandes como la de la cabeza de lista al Senado, Caterine Ibargüen, es claro que La U, como el resto de los partidos, se enfrenta a la realidad de competir por las mismas 279 curules con más partidos y más candidatos que hace cuatro años. Esto porque en la competencia por los 16 escaños nuevos para las víctimas no se permiten candidatos de partidos establecidos.

Otras toldas

Ahora bien, los dos partidos de origen religioso (MIRA y Colombia Justa y Libres), que en 2018 sacaron, cada uno por aparte, tres curules al Senado, sumando el primero más de 500 mil votos y el segundo casi 440 mil, ahora decidieron irse en alianza para las listas al Congreso.

Se da por seguro que logren superar el umbral (que estaría por el medio millón de votos) pero no será nada fácil retener las seis curules que hoy tienen.

Comunes, como ya se dijo, revalidará sus 10 escaños (mitad en Senado y mitad en Cámara) sin ningún tipo de problema, ya que estos les son adjudicados de manera automática, sin importar cómo les vaya en las urnas. En 2026 sí tendrán que competir voto a voto.

Otra lista que genera expectativa es la del Movimiento de Salvación Nacional, encabezada al Senado por Miguel Santamaría. Revivido este partido apenas en noviembre, es claro que su reto será sobrepasar el umbral electoral de 500 mil votos para Senado. Nada fácil en tan corto tiempo.

En cuanto a las listas de movimientos significativos de ciudadanos, las apuestas más altas están giradas sobre la de Fuerza Ciudadana, que tiene como base la votación de Carlos Caicedo, gobernador de Magdalena. Este sacó en octubre de 2019 un poco más de 340 mil votos. Aunque tiene a figuras como Gilberto Tobón y Hollman Morris, es claro que alcanzar más de 500 mil votos no es un reto menor.

Como se ve, a ocho días de los comicios para Congreso las apuestas sobre partidos y curules son muy altas. Aunque el mapa legislativo cambiará, como es natural, es demasiado arriesgado afirmar cuánto y hacia qué lado del espectro político. Habrá que esperar al día de las urnas para responder ese interrogante.