La economía se desaceleró por el coletazo del coronavirus. Sin embargo, el Gobierno necesita recursos para superar la crisis
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El sistema económico mundial trabaja a media marcha debido a la pandemia del coronavirus. Mientras las bolsas escasamente pueden mantenerse en pie, las economías se están desacelerando rápidamente.
En Colombia la situación no es distinta. El Gobierno ha lanzado un paquete de medidas cuyo costo es de $14,8 billones. Aún quedan muchas medidas por tomar y el dinero escasea.
Según el exministro Juan Carlos Echeverri, en los próximos días el Gobierno puede contemplar solicitar un crédito al Banco de la República por $20 billones para superar la crisis.
El problema es cuándo y cómo pagará dicha deuda. “Esta es una coyuntura que no se ha dado en 200 años en Colombia. Es inédita y toda la batería de medidas que tenga el Gobierno hay que usarlas para superar la crisis. Lo que hay que evitar es que en cuatro semanas la gente esté desesperada sin con qué comer en su casa, con problemas de salud, sin poder movilizarse. Hay que adoptar medidas impensables en condiciones normales”.
Mientras, el Gobierno sigue adoptando medidas. Ayer se estableció un programa de créditos por más de $1 billón que permitirá mantener la liquidez de los productores de alimentos.
“El Gobierno ha puesto a disposición un programa de créditos, en muy buenas condiciones, para garantizar la producción del sector rural y hacerlo con una visión de mayor plazo, para dar comodidad sobre todo ante una emergencia de esta naturaleza”, dijo el presidente Iván Duque.
El ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea, señaló que esta nueva línea de crédito, que cuenta con el liderazgo del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro) y del Banco Agrario, tiene importantes beneficios para el sector rural del país.
“Estamos listos para irrigar en el campo colombiano créditos por $1 billón, a las tasas más baratas del mercado, al DTF-1%, que eso es 3,5%, una tasa de interés que está incluso por debajo de la inflación. O sea que, en términos reales, estamos hablando de una tasa que podría estar en el 0%”, recalcó el alto Funcionario.
Falta más
Por ahora las medidas que ha tomado el Gobierno a través del Estado de Emergencia son bien recibidas por los académicos y los analistas. Sin embargo, todos son conscientes que hace falta mucho más.
Para Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, “por ahora el Estado tiene presupuesto. En principio deberíamos esperar un tiempo para tomar la decisión de endeudarnos más, pero seguramente va a tocar transitar al aumento del endeudamiento para superar la crisis. Mientras tanto, primero hay que focalizar muy bien los recursos que actualmente tienen disponibles alrededor del Presupuesto General de la Nación redistribuyendo recursos, sobre todo, al sector salud para habilitar el sistema de salud y que tenga capacidad. Adicionalmente, en una segunda etapa, se deben focalizar estos recursos en materia de asistencia social que en el Presupuesto están y hay que aplicarlos. Además de temas de financiamiento al aparato productivo para que supere este choque económico”.
Sepúlveda le indicó a EL NUEVO SIGLO que “las medidas que se deben tomar son muy diversas. Creo que el Banco de la República ya tomó la decisión de inyectar liquidez a la economía, pero tiene que prepararse para que cuando salgamos de esto, desde el punto de vista de salud, generemos un impulso mucho mayor a la economía en general. Es importante, en esta crisis, crear un acuerdo social donde todos pongan. Es importante que los bancos sean conscientes de disminuir su tasa de interés, de aliviar las obligaciones de las empresas y las personas. Seguramente desde el punto de vista fiscal habrá que tomar decisiones de inversiones muy fuertes para que generen motores de crecimiento económico”.
“El mal menor”
Para Hernando Zuleta, director del Centro de Estudios de Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes, en Colombia, en las condiciones actuales no hay mucho espacio fiscal, “sin embargo, creo que las necesidades actuales ameritan un plan de choque general (…) para reducir efectos sobre pobreza, empleo y el deterioro de ciertas industrias que dependen de concentraciones de población”.
Zuleta le manifestó a este Diario que este es el momento para “hacer la excepción de la regla fiscal. El Gobierno debe aumentar su deuda de forma importante. ¿Hasta dónde? Habrá que ver, pero para este año el déficit fiscal permitido por el Gobierno debería ser superior al 5%. Además, hay que evaluar la posibilidad que el Banco de la República haga créditos directos al Gobierno nacional, algo que no ha sucedido hasta ahora. Parte de la disciplina monetaria del país ha sido que el Banco no financia al Gobierno, pero este es un momento crítico. Deberíamos pensar en financiar parte del incremento del gasto público con emisión”.
Advirtió Zuleta que esta medida, “evidentemente va a generar inflación, pero creo que el costo inflacionario es relativamente menor comparado con los efectos recesivos y de pobreza que puede generar esta crisis”.
“Última instancia”
Marcela Eslava, profesora de Economía de la Universidad de los Andes y PHD en Economía de la Universidad de Maryland, le expuso a este Diario que “con certeza, el Ministerio de Hacienda es el que está en mejor condición de juzgar cuáles son sus fuentes idóneas. En mi opinión están haciendo bien en primera medida de echar mano a los ahorros que tienen. Luego, habrá que considerar pedir créditos a la banca multilateral. La deuda pública va a ser más compleja. Y yo creo que debería postergarse esa decisión. Y finalmente, está la posibilidad de pedir créditos al Banco de la República, que deberían ser herramientas de última instancia. Yo creo que no estamos en el momento de echar mano de eso, pero debemos ponerlo en el debate”.
Eslava argumentó que “es posible que sea más difícil conseguir esa financiación de las bancas multilaterales, pero si la solicitud se hace temprano es posible. Los créditos del Banco Central al Gobierno tienen unas restricciones importantes por buenas razones. Sin embargo, hay muy pocas fuentes disponibles que resultan imposibles o excesivamente onerosas, como puede ser el caso de la emisión de nuevos TES. Los costos de la financiación del Banco Central suelen estar asociados al peligro de una potencial generación de alta inflación, pero en un ambiente de crisis económica ese peligro es mucho menor y en cambio, puede ser una fuente idónea”.
Eslava dijo que el antecedente de esta situación se dio “en la crisis de los años 30, cuando una depresión económica similar llevó a que fuera el Banco Central el que financió muchos de los programas que tuvo que hacer el Gobierno”.