UNA ASOCIACIÓN tan estratégica como impredecible es la que sellaron los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y China, Xi Jinping, en la visita de tres días que este último realizó a Moscú y con la que evidenció el peso político que tiene en el escenario y la agenda geopolítica mundial.

Fungiendo como mediador para buscar una salida negociada al conflicto en Ucrania, Xi Jinping logró un pronunciamiento -aunque tibio- de su homólogo ruso frente al ‘plan de paz’ y se encamina a establecer contacto directo con el ucraniano, Volodimir Zelenski por el mismo tema.

Rusia y China proclamaron ayer que abrieron una "nueva era" en sus relaciones y destacaron su identidad de posturas frente a las potencias occidentales, que buscan aislar a Rusia a causa de la guerra y aumentar su presencia en Asia.

"Hemos firmado una declaración que refuerza nuestra asociación estratégica y nuestras relaciones que entran en una nueva era", declaró el presidente chino, Xi Jinping, tras reunirse en Moscú con su par ruso.

Putin expresó tras la cumbre un apoyo prudente a las propuestas chinas para encontrar una solución negociada al conflicto en Ucrania, que se inició hace casi trece meses con la entrada de tropas rusas en ese país.

Pero achacó a los occidentales y a Ucrania la falta de respuestas de Ucrania a esas eventuales propuestas, que incluyen el llamamiento al respeto de la soberanía territorial de todos los países.

"Numerosos puntos del plan de paz propuesto por China (...) pueden servir de base para una solución pacífica, cuando Occidente y Kiev estén dispuestos a ello. Pero no vemos por el momento disposición por su parte", declaró el mandatario ruso.

Así, el mandatario calificó de "exitosas y constructivas" sus negociaciones con Xi, con el que mantuvo una reunión de tres horas. "Estamos orgullosos de haber tenido nuevamente la oportunidad de recibir a nuestro querido a amigo, Xi Jinping, durante una visita estatal a Rusia", indicó, antes de sostener que la solución al conflicto en Ucrania "requiere el respeto a las preocupaciones de todos los países en materia de seguridad".

Tras esas declaraciones, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que espera “una respuesta” de China a la invitación que le hiciera para dialogar.

China medió activamente en la reciente reconciliación diplomática entre Arabia Saudita e Irán, pero los analistas estiman difícil que consiga un cese de hostilidades en la exrepública soviética.

Agregó durante la rueda de prensa conjunta en la que firmaron dos declaraciones que “muestran la naturaleza especial de las relaciones” entre ambos países, que "nuestras conversaciones, ayer y hoy, han contado con la participación de nuestras delegaciones y han salido adelante con éxito, de forma cálida y en una atmósfera constructiva".

Para Putin, estas relaciones se encuentran, de hecho, "en el mejor momento de la historia y son un ejemplo de la interacción estratégica y exhaustiva" entre las partes, según citó la agencia Interfax.

"Rusia y China están unidos por unas fuertes relaciones de buena vecindad, asistencia mutua, de amistad entre los pueblos y de diálogo activo a todos los niveles. Estamos en contacto continuamente con China", destacó el hombre fuerte del Kremlin, quien destacó que esto permite a ambos países "hallar soluciones a todos los problemas (...) y mantener la agenda internacional bajo control".

Los dos líderes han procedido a firmar una declaración sobre el desarrollo de la cooperación económica y otra sobre el refuerzo de la asociación "integral y la cooperación estratégica" en la región, pero está previsto que hoy, en el último día de la visita rubriquen una decena de documentos. En este sentido, reivindicaron la importancia de las relaciones bilaterales, especialmente en materia económica y comercial, como principal prioridad.

¿Mega-gasoducto?

Putin, que sostuvo que Rusia está lista para aumentar los suministros ininterrumpidos de petróleo a China, advirtió que podría verse obligado a "responder si Occidente decide utilizar armas con componentes nucleares" y no descartó viajar a China de aquí a finales de año, acogiendo la invitación que le hizo Xi y pese a tener orden de captura por la Corte Penal Internacional.

Por otra parte, el presidente ruso anunció un acuerdo sobre la "práctica totalidad de los parámetros del gasoducto Power of Siberia 2". "Hemos abordado un buen proyecto. Se trata del nuevo Power of Siberia 2, que pasa por Mongolia. Casi todos los parámetros se han acordado", ha explicado respecto a un gran gasoducto con el que busca exportar gas natural desde Siberia al noroeste de China.

Según Putin, cuando el ducto entre en servicio podrá encaminar "50.000 millones de metros cúbicos de gas" hacia el gigante asiático.

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Rusia -bajo sanciones occidentales por la ofensiva en Ucrania- busca reorientar la producción de hidrocarburos rusos y la demanda de energía del gigante asiático, segunda economía mundial, parece ofrecerle inmejorables perspectivas.

Xi destacó que Rusia y China intensificarán el comercio de hidrocarburos y la cooperación en materia económica, al tiempo que ha alabado las conversaciones y las ha calificado como "fructíferas". "Acabamos de mantener unas negociaciones muy francas, amistosas y productivas", resaltó.

"Preocupación" por Asia 

La declaración de Moscú destaca que Rusia y China "están muy preocupadas por el creciente refuerzo de los vínculos entre la OTAN y los países de la región Asia-Pacífico en relación a cuestiones militares y de seguridad" y acusan a la Alianza Atlántica de "socavar la paz y la estabilidad regionales".

También denuncia "la influencia negativa de la estrategia de Estados Unidos guiado por una mentalidad de Guerra Fría (...) sobre la paz y la estabilidad en esa región".

China ya había denunciado la semana pasada la "vía errónea y peligrosa" que a sus ojos abre el acuerdo firmado por Australia con Estados Unidos y Reino Unido (Aukus) para dotarse de submarinos de propulsión nuclear.

Putin aprovechó su aparición pública para confirmar que no tiene intención alguna de reunirse con su homólogo estadounidense, Joe Biden, en un futuro cercano

Y en este ajedrez geopolítico, específicamente en el de la guerra en Europa, Estados Unidos hizo otro movimiento: aceleró la entrega de los prometidos tanques Abrams y los sistemas de defensa aérea Patriot a Ucrania.

En coordinación con Kiev, Washington "tomó la decisión de proporcionar el modelo M1A1 del tanque Abrams", dijo a periodistas el general Pat Ryder, portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Esto "nos permitirá acelerar significativamente los cronogramas de entrega y entregar esta importante capacidad militar a Ucrania para el otoño (boreal) de este año", agregó.

Según el portavoz, los tanques le darán a Ucrania "una capacidad muy similar a la del M1A2", que Washington había planeado originalmente proporcionar, aunque sin dar más detalles de diferencias entre los dos modelos.

Proporcionar tanques M1A2 habría llevado más de un año, según el general Ryder.

"Confiamos en que podremos entregar los (sistemas antiaéreos) Patriot en un cronograma acelerado", añadió el militar.

Hoy (miércoles) concluye la visita de Xi a Moscú y aunque no se daría una nueva declaración, se estima que los líderes de estas dos potencias hicieron un examen a su visión común de gobernanza global y un nuevo orden mundial. La guerra en Europa, la creciente influencia china en los diversos continentes y la inédita segunda reelección de Jinping hacen parte de la estrategia de modificar los ejes geopolíticos, minimizando el poder de Estados Unidos.