Unión Europea impulsa en pymes buenas prácticas empresariales | El Nuevo Siglo
SEGÚN Pablo Neira, jefe de la Sección de Comercio de la Delegación de la Unión Europea en Colombia, “este bloque económico apoya este tipo de proyecto”. /Cortesía
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Martes, 23 de Marzo de 2021
Redacción Economía

Mediante el proyecto Cerpyme, financiado por la Unión Europea a través del Fondo “Conducta Empresarial Responsable para América Latina y El Caribe" (Ceralc), implementado por la Cámara de Industria y Comercio Colombo- alemana y la Cámara de Comercio Colombo-holandesa, se apoya al fortalecimiento de las pymes en las buenas prácticas empresariales.

Es así que se realizó un ejercicio de autodiagnóstico con 216 empresas participantes para identificar la implementación y áreas de fortalecimiento de buenas prácticas en Conducta Empresarial Responsable (CER).



Para la realización del autodiagnóstico, se diseñó una herramienta online con base en 60 estándares internacionales en CER reconocidos por la OIT, la OCDE y Naciones Unidas, un módulo adicional de buenas prácticas de acuerdo con los parámetros de la Global Reporting Initiative. Todas las preguntas estuvieron vinculadas a la cadena de valor de una empresa, evaluando áreas como: logística, operaciones, marketing y ventas, recursos humanos, estructura de gobierno, entre otros.

Según Pablo Neira, jefe de la Sección de Comercio de la Delegación de la Unión Europea en Colombia, “este bloque económico apoya este tipo de proyecto porque las acciones de las empresas tienen un impacto significativo en la vida de los ciudadanos en aspectos como las condiciones de trabajo, derechos humanos, salud, medio ambiente, innovación, educación y formación. En el mundo globalizado en el que nos encontramos, estos temas deben ser abordados de manera global”.

Estándares

El estudio revela que de las 216 empresas participantes (143 de Colombia, 52 de Ecuador y 21 de Panamá), alrededor del 50% obtuvieron un puntaje superior al 40% de buenas prácticas en Conducta Empresarial Responsable implementadas en su ADN organizacional, lo cual es bastante positivo teniendo en cuenta que los estándares medidos aplican regularmente a grandes empresas y multinacionales.

Las buenas prácticas implementadas se reflejan principalmente en las áreas de medio ambiente, derechos humanos, equidad, innovación y desarrollo, negocios inclusivos y relación con los grupos de interés (entendidos como grupos impactados por la actividad de la empresa). Por ejemplo, en temas de medio ambiente, las acciones se evidencian en iniciativas de reciclaje, criterios medioambientales en las decisiones de compra, uso eficiente de la energía, con un porcentaje de implementación hasta del 64%.

En lo que tiene que ver con equidad, las empresas obtuvieron un promedio de 68% en acciones vinculadas a la no discriminación por origen socioeconómico, etnia, género y orientación sexual en los procesos de selección de personal. En cuanto a negocios inclusivos, el 61% de las pymes incorporan como proveedores a emprendedores emergentes.

Retos

En las áreas en las que se identificaron mayores retos para la implementación de buenas prácticas, es en lo relacionado con Derechos Humanos y la relación con los grupos de interés. Tan solo el 38% de las empresas encuestadas manifiesta contar con una política que refleja el compromiso con el respeto a los derechos humanos, el 36% realiza acciones para minimizar los impactos que sus operaciones tienen en las comunidades de su entorno, y un 35% implementa un procedimiento formal para dialogar con grupos de interés.

A nivel general, el desafío más grande que enfrentan las pymes, está asociado con el diseño y la implementación de un sistema de gestión con indicadores de desempeño que permitan medir el avance de las acciones vinculadas a la Conducta Empresarial Responsable, así como la capacitación de su personal en este tema.

Los resultados del estudio demuestran que hay un interés por parte de las micro, pequeñas y medianas empresas en implementar buenas prácticas en Conducta Empresarial Responsable, desmitificando que es un aspecto que solamente genera acción entre las grandes compañías.

Las empresas participantes en el estudio corresponden en su mayoría al sector servicios en un 52%, seguido de manufactura con 26% y comercio en un 22%. El autodiagnóstico diligenciado sirvió como una primera línea base para iniciar la participación en el proyecto Cerpyme, proceso acompañado de un ciclo de capacitaciones en temas como Medio Ambiente y Economía Circular, Licencia Social para Operar, Derechos Humanos, entre otros.