Controversia por propuesta del IVA a las iglesias | El Nuevo Siglo
Foto Diana Rubiano / El Nuevo Siglo
Viernes, 9 de Abril de 2021
Redacción Política

El proyecto de reforma tributaria que presentará el Gobierno nacional a consideración del Congreso de la República en los próximos días ha dado para todo, incluso, para despertar una controversia con las iglesias cristianas por cuenta de una propuesta que las obligaría a pagar impuesto sobre la renta, gravamen del que hasta ahora permanecen exentas.

La iniciativa es de la representante de la Alianza Verde, Katherine Miranda, quien propuso a nombre de su colectividad que las entidades religiosas, incluidas las católicas, paguen impuesto sobre la renta como todas las empresas del país. De esta forma, dijo, se recaudarían $1,8 billones, “sin necesidad de tocar el bolsillo de la clase media que sigue siendo la más golpeada”.

La congresista explicó, citando información oficial de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN), que las iglesias “tengan ingresos brutos superiores a los $5,4 billones y patrimonios líquidos avaluados por más de $14,4 billones, no puede ser que las iglesias sigan exentas, que no aporten tributariamente”.

Concordato

En Colombia la influencia de la Iglesia siempre ha estado presente, incluso, desde el inicio de nuestra vida republicana. De hecho, el primer concordato suscrito en 1887 estuvo incluido en la Carta Política de 1886 y estuvo inmodificable hasta los años 70 del siglo pasado cuando el Gobierno de Misael Pastrana lo renovó mediante la ley 20 de 1974, con el título de Concordato y Protocolo Final entre la República de Colombia y la Santa Sede. Valga decir que se hablaba entonces solo de la iglesia católica.

En dicho acuerdo se estableció que las propiedades eclesiásticas quedarían exentas de ser gravadas, incluidos los edificios destinados al culto, las curias diocesanas y las casas episcopales y curales, además de los seminarios.

El texto del acuerdo estuvo vigente hasta 1991, cuando se promulgó la actual Constitución Política y Colombia dejó de ser un Estado confesional consagrado al Sagrado Corazón de Jesús, para convertirse en un Estado laico, con libertad religiosa y de culto.

No obstante, las exenciones tributarias siguieron vigentes pero se extendieron a los demás cultos religiosos reconocidos por la Dirección de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, dependencia que regula la personería jurídica de las asociaciones cristianas en el país.


Le puede interesar: ¿Qué haría usted con su dinero?


Un reciente informe de esa dependencia señala que hasta finales del año pasado en el país había más de 8.400 iglesias cristianas registradas, aunque se supone que el número es hoy mucho mayor pues hasta el año pasado cada mes se radicaban 48 solicitudes.

El tema de la exención tributaria está regulado por el artículo 23 del Estatuto Tributario que establece que las iglesias están obligadas a presentar sus declaraciones de ingresos y patrimonio para garantizar su transparencia en la gestión de recursos, pero están exentas de pagar algunos gravámenes como el impuesto de renta, impuestos municipales y ninguna de sus actividades se encuentra gravada con IVA.

De ahí que fundar iglesias cristianas es, para la congresista Miranda, “un verdadero negocio, pues todos los días se fundan iglesias en cualquier garaje”.

Polémica

“Sí hay opciones para hacer una reforma tributaria sin meterle la mano al bolsillo a la clase media. ¿Qué tal si las iglesias empiezan a pagar el impuesto a la renta? Eso permitiría al Estado un recaudo de $1,8 billones”, reiteró la congresista verde en uno de sus trinos, donde además reiteró: “No puede ser que con ingresos brutos superiores a los $5,4 billones y patrimonios líquidos avaluados por más de $14 billones, las iglesias no aporten tributariamente”. Y ahí fue Troya.

El senador y pastor cristiano John Milton Rodríguez salió al paso de lo dicho por Miranda, y explicó en un video que las iglesias en Colombia sí pagan impuestos.

“Las iglesias en Colombia ya pagan impuestos, tanto el IVA, como los parafiscales. Estos son impuestos que las iglesias asumen en su estructura de costos y que no se pueden descontar de ninguna manera, como tampoco se pueden descontar los planes y proyectos que se asumen a nivel social, de educación, de restauración a personas adictas a las drogas, o los programas de restauración de mujeres víctimas de violencia”.

Además, explicó que las personas que hacen parte de sus congregaciones ya pagan impuestos, y “cobrarles a las iglesias supondría una doble tributación”, afirmó.

Según Rodríguez, presidente del partido Colombia Justa Libres, “todo eso hace parte de la estructura de costos y a diferencia de las empresas, que sí pueden descontar el IVA, los parafiscales y los programas sociales, las iglesias no, todo eso hacen parte de sus costos”, añadió.

Miranda, no obstante, considera que estas asociaciones religiosas no son sin ánimo de lucro. “Si no fuera con ánimo de lucro, la plata no estaría guardada, debería estar rodando. Eso entra a las arcas de estas iglesias”, afirmó, tras advertir que “no se puede considerar igual el pago de IVA o de parafiscales al impuesto sobre la renta, y menos en Colombia que es un Estado laico donde no se pueden mantener este tipo de exenciones tributarias”.


Lea además: Productos esenciales, otro frente de ‘batalla’ en reforma tributaria


Adicionalmente, dijo que el hecho de que cada día se registren dos iglesias ante el Ministerio del Interior “es porque claramente esto es un negocio de garaje para evadir impuestos: estas iglesias no son sin ánimo de lucro, cada mes reciben ingresos mensuales de $53 millones”.

En la polémica entró a terciar el exsacerdote católico Alberto Linero, uno de los panelistas de Blu Radio, quien ayer fijó su posición sobre el tema citando un pasaje bíblico: “No se te olvide que en Mateo 17:24-27 a Jesús le hacen una pregunta: ‘¿El maestro paga el impuesto del templo o no?’ y Pedro dice: ‘Sí, sí lo paga’, y Jesús hace el milagro de sacar las monedas del pescado. Me parece muy bien”, dijo Linero.

Pero el representante a la Cámara por Bogotá, Carlos Eduardo Acosta, rechazó la propuesta de gravar a las asociaciones cristianas: “No es sorpresa que la propuesta venga de quienes siempre hacen gala de su intolerancia religiosa”, y agregó: “Bajo esta lógica del absurdo también deberían pagar renta las cooperativas, los sindicatos de trabajadores y las fundaciones entre otros”.

Poder político

Cada vez que en el Congreso se habla de la posibilidad de poner a las iglesias a tributar, los mismos parlamentarios recuerdan el poder político que tienen estas asociaciones de fe.

Para la muestra: Colombia Justa Libres es un partido político dirigido por John Milton Rodríguez es cabeza de una congregación, la Iglesia Cristiana Misión de Paz, y como colectividad política cuenta con cuatro congresistas, dos gobernaciones, 17 alcaldes, 35 ediles y 31 concejales.

Pero, además, manejan un caudal electoral muy amplio, que en todas las elecciones, en especial las presidenciales son uno de los botines en disputa. Para la muestra, el actual viceministro del Interior, Carlos Alberto Baena, es pastor de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional.