Las Hijas del Agua se toman el mundo digital con un nuevo recorrido virtual por esta exposición de la obra del fotógrafo Ruvén Afanador y la artista Ana González que rinde homenaje a las comunidades indígenas que han habitado Colombia durante miles de años en armonía con lo natural y lo místico de sus cosmogonías.
La producción de este recorrido virtual en 360 grados la realizó la Asociación de Amigos del Museo Nacional, entidad sin ánimo de lucro que se encarga de apoyar y gestionar recursos para la operación de la institución. La Asociación lleva 30 años acompañando al Museo Nacional y este año dio un paso importante en la virtualización de la oferta cultural que tiene el panóptico para sus visitantes.
Hijas del agua se compone de 50 fotografías y varios objetos relacionados con las comunidades indígenas wayuu, kogui, yagua, tucano, gunadule, uitoto, misak, yucuna, arhuaco, pachacuarí, nukak, kamëntsá, koreguaje, emebera chamí, inga, nasa y wounaan.
El Museo Nacional de Colombia, el Ministerio de Cultura, la Asociación de Amigos del Museo Nacional y el grupo Bolívar Davivienda, quienes respaldan la exposición, invitan a visitar esta muestra que está inspirada en un viaje por 26 comunidades indígenas de Colombia.
Tras haber sido expuesta en el Museo Santa Clara en 2018, la muestra llega al Museo Nacional con un número mayor de piezas y acompañada por un libro que recoge la investigación y trabajo de Afanador y González.
En 2018, los artistas habían visitado solo cuatro comunidades indígenas. Luego llegaron a veintiséis y fue hasta entonces que publicaron el libro Hijas del agua, que fue presentado el 2 de diciembre de 2020 por el grupo Bolívar Davivienda en un evento virtual moderado por el periodista y escritor colombiano Héctor Abad.
El grupo Bolívar Davivienda está comprometido con la importancia y necesidad de preservar las culturas indígenas y, por esto, apoya la divulgación del proyecto y la realización de la exposición. “Esta es una colección artística alrededor de mujeres que habitan estas comunidades donde el extraordinario lenguaje visual de Ruvén Afanador se une a las refinadas intervenciones artísticas de Ana González para crear una obra enriquecida por la imagen, la historia y la palabra”, señala un vocero del grupo.
Durante tres años, González y Afanador atravesaron parte de la compleja geografía colombiana y entraron a zonas donde el acceso solía estar restringido por la actividad de los grupos armados.
Si bien aún había presencia armada, los viajes que siguieron pudieron hacerse gracias al acuerdo de paz, lo que les permitió recorrer el territorio nacional desde La Guajira hasta el Amazonas. “Todo el esfuerzo valió la pena y hoy tenemos el gusto de presentar un bello homenaje a las comunidades indígenas de nuestro país en el Museo Nacional de Colombia”.
Para el escritor Wade Davis, quien colaboró con los textos del libro, este trabajo “celebra los orígenes míticos. Cada obra de arte constituye una plegaria. Juntas, despiertan los hilos místicos de la memoria que se remontan al amanecer de la creación, a un momento cósmico en que las mujeres y el agua, como una sola fuerza generadora, daban vida y fertilidad a un mundo caótico y desolado. Del mito surgieron el orden moral y la cortesía, las conductas apropiadas, lecciones de vida de los dioses”.