UNA RADIOGRAFÍA A SUS PASOS MUSICALES
Con letras que retratan el sentir del campesino y la vida cotidiana de llanero colombiano, Walter Silva se ha consagrado como una de las voces más importantes y destacadas del joropo en el país y en Venezuela. Un referente cultural que aspira a seguir conquistando escenarios internacionales.
“Cuando escribo mis canciones trato de hacerlo de la manera más sencilla en su texto, es decir, escribo como hablo cotidianamente y eso ha creado una familiaridad con los seguidores de la música llanera porque se identifican”, le dijo en entrevista a EL NUEVO SIGLO el artista, originario de Casanare.
Cerca de 20 de estas composiciones se pudieron escuchar en la velada de este viernes en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, en un concierto en el que Silva transmitió el sentir llanero a través de un recorrido por toda su obra musical, incluyendo éxitos como “La gratitud del cantor”, “Mucho llano pa’ un llanero” y “El chino de los mandados”; esta última es una de sus primeras creaciones y que hasta el momento se ha considerado uno de los clásicos del género.
Un mensajero del llano
Walter Silva es un heredero de la música y las coplas que habitan en el corazón de los Llanos Orientales. El cantante nació en Pore, una vereda del municipio de La Plata, en Casanare, en 1973.
Influido por su entorno y por los cantores de la época, Silva empezó a demostrar su talento artístico en los bailes de celebración familiar de Navidad y Año Nuevo, en donde acompañaba con el canto a los músicos de la región que tocaban sus guitarras.
“La música en mi niñez campesina llanera fue mi entorno mismo. Había dificultad de comunicación, ya que había una o dos emisoras que se escuchaban en la región; entonces había programas de radio que colocaban música llanera. A parte de eso, todos mis tíos maternos son músicos empíricos y de ellos también aprendí el gusto por la música llanera, la música campesina de Colombia”, le contó el artista a este Diario.
En sus inicios, pioneros del joropo como Tirso Delgado, Juan Farfán y Alberto Curvelo, fueron los cantores que inspiraron a Silva y lo acompañaron en sus primeros pasos.
Su historia profesional en la música comienza en 1990, cuando participó en el concurso de voces llaneras “El Botalón de Oro”, que organizó el Colegio Rafael Uribe en Pore, Casanare, con su primera composición musical: un tema llamado “Pentagrama llanero”, en el cual hacía referencia a todos los cantantes conocidos en el medio profesional de música llanera en ese momento.
Ese mismo año conoció en Yopal, capital de Casanare, el programa radial “Estrellas llaneras”, que se transmitía por la emisora Voz de Yopal. Con el interés por hacer público su talento, comenzó a viajar una vez a la semana a Yopal, que quedaba a cuatro horas de carretera de su casa, para llegar a los estudios y tener la posibilidad de interpretar al menos una canción durante el programa.
Sus composiciones fueron rápidamente del papel al estudio de grabación, pues su primer disco lo preparó en un sitio pequeño, de forma natural y sin ningún tipo de ensayo.
“Escribí mi primera canción en 1990 y en 1993 la grabé, sin ninguna preparación, con lo que la naturaleza nos dio como bendición. Esto sucedió con el primer disco, del cual surgieron dos canciones, a mi parecer, clásicos de la música llanera: ‘Dónde andará mi muchacha’ y otra ‘Romance del coleador’. Pero salieron de una grabación espontánea, en un estudio muy malo. Son de esas cosas que cuando salen naturalmente toman más fuerza”, recuerda Walter.
Así empezó a formarse una carrera que lo llevó a lograr dos nominaciones a los Grammy Latino, una en 2008 con el disco recopilatorio “Nuevo joropo colombiano: Walter Silva 20 éxitos”, y otra en 2009 con “Ya no le camino más”, y a realizar éxitos como “El chino de los mandados”, entre muchos otros que han encumbrado su carrera en Colombia y Venezuela.
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Por un Grammy y la tradicionalidad
A pesar del éxito que ha logrado hasta el momento con su obra, para el cantante no le fue tan fácil el camino a la cima, pues tuvo que sortear varios obstáculos que se encargó de superar con esmero.
“El primer obstáculo que encuentro cuando grabo la primera vez, fue que ninguna disquera, cuando había porque lo hice hace 29 años, quería tener música llanera porque no le era favorable comercialmente. También me encontré con que en la radio nacional no todos colocan folclor, háblese de joropo, bambuco o música del Pacífico, no a todas las estaciones de radio masivas les interesaba”, expresó.
Sin embargo, a estos problemas el cantante le dedica algunos versos: “El camino de la vida tiene rosas y es mejor sortear las espinas. Porque se acostumbra uno a crear una defensa natural a las cosas de la vida”.
A través de sus canciones, Walter se propone salvaguardar por varios años una larga tradición musical. “Quizá sin proponérmelo he logrado que mis canciones sean un espejo de lo que hemos vivido y de ahí me han salido muchas canciones con las que por fortuna se ha llegado a identificar mucha gente y dentro de lo que está a mi alcance he logrado tratar de mantener la tradicionalidad de la música llanera”.
Hoy en día, Walter agradece el cariño que le han depositado sus seguidores y el poderse transportar tranquilamente en las carreteras de su tierra natal sin ningún peligro alguno.
Entre sus próximos proyectos está seguir creando música, algunas piezas audiovisuales para sus canciones y ponerle el ojo a una nominación en los Grammy Latino, con su más reciente disco, “Asuntos llaneros”.