El incremento sostenido del precio de la gasolina y su impacto en el bolsillo de los consumidores, está generando toda clase de iniciativas para cambiar la estructura en la tarifa. A la medida anunciada por la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, sobre revaluar la fórmula que fija el precio de la gasolina y establecer tarifas diferenciales, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se mostró en contra y puntualizó que no se le puede imponer a Ecopetrol los precios de los combustibles.

Y es que, pese a que se trata de una empresa en la que el Estado es el mayor accionista, esta responde, igual que cualquier otra, a las dinámicas del mercado.

Este martes la ministra Vélez corrigió su posición de que Ecopetrol debería cobrar más barato por la gasolina: “Somos productores y 50 % de la gasolina que consumimos es nacional que se mezcla con importada. No tiene sentido que el 100 % de la gasolina pase a precio internacional”. La funcionaria, mencionó que esperaba mejor a que se establecieran mesas técnicas con el Ministerio de Hacienda, para definir qué se va a hacer al respecto.

En una declaración, el ministro Bonilla manifestó que no se puede obligar a la petrolera a que venda combustible por debajo de los precios globales, pues eso significaría poner un control de precios a la petrolera “y nosotros no vamos a llegar a eso”.

Para el MinHacienda lo primero es “mantener la sostenibilidad fiscal, la estabilidad financiera y los ingresos que el Gobierno recibe de Ecopetrol, que siguen siendo muy importantes”. Sostuvo que “estas tarifas dependen de esa estabilidad financiera, saber hasta dónde podemos o no generar un subsidio”.

Para algunos analistas, fijar un precio de la gasolina inferior al internacional sacrificaría el recaudo tributario, afectaría negativamente las utilidades de Ecopetrol y sería incoherente con la agenda de sostenibilidad ambiental.

Subsidios

Julio César Vera, presidente de la Fundación Xua Energy, expresó que “la propuesta de la ministra de tener precios por debajo de su costo de oportunidad sería un error y se seguiría con una política de subsidios que va en contra de las finanzas públicas, un uso eficiente y racional de la gasolina y el diésel en materia de demanda, y promueve algunos fenómenos de distorsiones o ilicitud en su utilización”.

A esto se suma que se afectarían los resultados de Ecopetrol, que estaría ahora obligado a vender a un precio fuera del mercado para el consumo interno, subsidiando a costa de sus utilidades a los consumidores de gasolina y diésel.

Cabe recordar que según estimaciones del Comité Autónomo de la Regla Fiscal (Carf), el 70 % de los consumidores de estos carburantes son los estratos más altos, por lo que es un impuesto regresivo.

Sergio Cabrales, profesor de la Universidad de los Andes, explicó que: “afectará negativamente las utilidades de la compañía, así como sus inversiones, generando pérdidas para los inversores minoritarios (11 %)”.

Al respecto, Andrés Velasco, director técnico del Carf manifestó a los medios que “el Comité no cree que sea buena idea porque mientras exista una diferencia entre el precio nacional y el internacional alguien va a tener que pagar el diferencial. En la propuesta de la ministra, lo hace la Nación a través de menos ingresos por impuesto de renta y dividendos”.

• Le puede interesar: Mercados prevén que el dólar podría caer a $4.200

Más huecos

Al respecto, el ex ministro de Minas y Energía, Diego Mesa, consideró que si a Ecopetrol lo obligan a vender a un precio doméstico menor al global, se genera un costo de oportunidad para la compañía, sus accionistas y el país.

“Ecopetrol paga regalías, impuestos y dividendos con respecto al precio del crudo. Si este lo bajan, esos pagos también caerán. Además, se generarían serias y múltiples distorsiones en el mercado de combustibles. Si hoy hay contrabando en las zonas de frontera, con un precio doméstico menor se agravaría esta situación”, señaló Mesa.

De hecho, también cuestionó la afirmación de Vélez de que hay buques que llegan a comprar el combustible en el país para obtener el subsidio entregado por el gobierno. “Para evitar que vengan buques (que no son grandes consumidores) a tanquear con diésel marino o fueloil pesado HFO (los buques no usan gasolina) más barato, lo que se debe hacer es justamente subir el precio del diésel marino y no bajarlo para no agravar el problema”, puntualizó el ex ministro.