UN FUERTE dilema se le presenta a la vicepresidenta Martha Lucía Ramírez. Por una parte es una posible candidata presidencial a las elecciones del 2022, con un recibo considerable en las encuestas, para lo cual debería renunciar antes del 29 de mayo y, de otra parte, puede ser, así mismo, una persona clave en el equipo negociador del Gobierno con el Comité Nacional del Paro.
Como la vicepresidenta lo ha dicho una y otra vez, su compromiso central es con el presidente Iván Duque, pero del mismo modo se pensó que una vez estuviera en marcha el Plan Nacional de Vacunación, ella podría dar un paso al costado con el fin de no inhabilitarse para llevar a cabo la candidatura presidencial. Al parecer, esa era la idea antes de que se presentaran los últimos acontecimientos que han sacudido al país en las semanas recientes.
La decisión de Ramírez es, pues, un dilema de difícil trámite vistas ambas posibilidades.
De hecho, en el grupo anunciado esta mañana para hacer parte de la mesa de negociación por parte del gobierno aparece Marta Lucía Ramírez encabezando el conjunto de funcionarios gubernamentales. Tiene ella, en esa perspectiva de los diálogos, una gran experiencia en los asuntos de Estado y en varios de los temas que contiene el pliego de las centrales sindicales.
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Como se sabe, Ramírez comenzó su vida pública en la Superintendencia Bancaria y luego en el Incomex. Fue Ministra de Comercio Exterior, desde allí dio inicio a la fundación Colombia Digital donde creó dos iniciativas: “Red Colombia Compite” y “Jóvenes Emprendedores Exportadores”.
Fue Embajadora de Colombia en Francia entre febrero y julio de 2002. Posteriormente fue designada como Ministra de Defensa, siendo la primera y única mujer hasta el momento en ocupar ese cargo. Creó la primera escuela de derechos humanos de las Fuerzas Armadas e impulsó a las mujeres militares y de la policía para que pudieran llegar a ser generales.
En el año 2006 fue elegida Senadora. Fue presidenta de la Comisión Segunda, donde creó la Comisión Accidental sobre Zonas de Frontera y adicional presentó el Proyecto de Ley del Primer Empleo.
Fue candidata presidencial en las elecciones de 2014 donde obtuvo la tercera mejor votación.
Así mismo ha promovido el empoderamiento de la mujer colombiana en el ámbito emocional, político y económico a través del proyecto de Millones de Mujeres Empoderadas, realizando seminarios por todo el país.
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En septiembre de 2017 anunció que se lanzaría nuevamente a la Presidencia, esta vez por firmas. En marzo de 2018 participó como candidata por el movimiento ciudadano, “Por una Colombia Honesta y Fuerte”, en una consulta interpartidista en la que obtuvo más de 1.5 millones de votos. Como resultado de estos comicios pasó a ser la fórmula vicepresidencial del candidato del Partido Centro Democrático, Iván Duque.
Ramírez siempre ha insistido que en el momento adecuado tomaría la determinación de renunciar o mantenerse en dignidad de vicepresidente. De una parte, ciertamente, es una persona con todos los quilates con el que podría contar el presidente Duque para lograr el acuerdo nacional que saque al país de la actual crisis.
Pero de otro lado, no hay duda también de que Ramírez es una carta importante a jugar en las elecciones del 2022, porque ha sido insistente y disciplinada en su aspiración presidencial y quien podría, igualmente aglutinar en torno suyo a todo tipo de sectores.
Así las cosas, Martha Lucía Ramírez tiene hoy una encrucijada en el alma.