La década del 2021 al 2030 fue establecida por la ONU como la del envejecimiento saludable y, en el marco de esta conmemoración, el Ateno Javeriano, Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana, abrió un espacio virtual con varios expertos en el tema, en donde identificaron los retos de diseñar y crear proyectos que garanticen el bienestar en cada etapa de la vida, especialmente en las personas mayores, promoviendo entornos que respondan a las necesidades y a los cambios que enfrentan.
Paz Rojas, quien es arquitecta, gerente de Facilities y Proyectos de Acalis Latam, lideró este evento y reconoció que cuando se construye un espacio para personas mayores no solo se debe tener en cuenta el tema arquitectónico, sino que también se debe generar un proceso de integración plena para todas las personas, en donde se evite el aislamiento, independientemente de su condición para valerse por sí mismas.
Según cifras del DANE, Colombia cuenta con una población de más de 6,5 millones de personas mayores de 60 años, quienes deberían contar con un ambiente que garantice el envejecimiento activo y feliz. O sea, que estén integradas plenamente a la sociedad. Paz aseguró que “las ciudades que son amigables con las personas mayores son amigables con todas las edades, pues es una forma de optimizar oportunidades de salud, participación y seguridad”.
De acuerdo con la publicación “Ciudad Viva, diseñando para comunidades que envejecen” de la consultora ALU, existen diferentes aspectos para tener en cuenta a la hora de construir un entorno amigable para la vida adulta, que deben responder a sus necesidades. Paz agrega que “a medida que envejecemos, podemos seguir siendo personas activas, que aportan a la construcción del entorno, la ciudad y el país”.
Dentro de estos aspectos se destaca la capacidad de brindar autonomía en el día a día de las personas mayores, de tal forma que puedan acceder a servicios, facilidades de transporte, movilidad e incluso desarrollar actividades cotidianas, a pesar de que aproximadamente el 26% de los mayores de 60 años presentan alteraciones en los movimientos de brazos, piernas o todo su cuerpo, el 18% problemas de visión y más del 15% alteraciones en el sistema nervioso.
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Frente a estas cifras, los hogares donde habitan deben contar con soluciones a estas problemáticas, por lo cual los centros especializados como Acalis ofrecen viviendas dedicadas a la atención del adulto mayor, respondiendo a esta etapa de la vida con espacios adecuados, habitables y con las especificaciones requeridas que promuevan su bienestar.
Mateo Jaramillo, country mánager de Acalis en Colombia, asegura que “en Acalis contamos con la experiencia para atender a estas necesidades. Nuestras residencias en Bogotá y Medellín han sido cuidadosamente planificadas y construidas para cumplir con este objetivo. Hoy nuestros residentes han encontrado en nosotros seguridad, confianza y compromiso para dignificar la vida de las personas mayores. Esperamos seguir aportando al bienestar de los colombianos con nuestro equipo de trabajo y más de 200 plazas disponibles para futuros residentes y visitantes”.
Estos centros especializados han logrado integrar aspectos arquitectónicos y de diseño que fomentan el envejecimiento activo en edificios con ubicaciones estratégicas, accesibilidad y cercanía a puntos de interés que benefician tanto a sus residentes como a sus familias.
Asimismo, se destacan otros detalles al interior de estas residencias, que se han planeado o instalado, como es el ancho de los pasillos, la altura de las chapas de las puertas e inodoros, la ubicación de los muebles para una libre y adecuada circulación de personas mayores y materiales que minimizan las posibles de accidentes y aportan a una movilidad segura de los residentes.
Finalmente, Paz Rojas reconoce cinco elementos que se deben tener en cuenta al momento de intervenir un inmueble, para aportar al bienestar de las personas mayores:
- Accesibilidad: espacios que permitan la libre circulación de las personas mayores, sea cual sea su nivel de valencia.
- Adaptabilidad: espacios que, por muy pequeños que sean, se adapten a las necesidades de las personas mayores que los habitan, resguardando su privacidad y su independencia.
- Seguridad: es necesario considerar las actividades del día a día para la prevención de riesgos posibles.
- Vitalidad y estímulo: el espacio debe ser lo suficientemente estimulante para mantener la actividad del día y desafiar al adulto a no aislarse.
- Privacidad y comunidad: que el espacio permita la suficiente privacidad para mantener la dignidad y, al mismo tiempo, ofrezca la posibilidad de interactuar con otros.