Hernández, Gutiérrez y Fajardo: por caminos distintos | El Nuevo Siglo
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Domingo, 21 de Mayo de 2023
Redacción Política

“LA POLÍTICA es dinámica”. Esa frase, pronunciada muchos años atrás por un ministro colombiano, con el correr de los años se volvió casi de cajón y se suele traer a colación cada tanto para significar que en este campo cualquier cosa puede pasar, incluso lo que en determinado momento se considera improbable.

En momentos en que está a punto de cumplirse un año de la realización de la primera vuelta presidencial, el 29 de mayo de 2022, la mencionada frase recobra, una vez más, validez. ¿La razón? Lo que ha ocurrido en estos doce meses con varios de los dirigentes políticos que entonces competían por pasar al balotaje final y definitivo por la sucesión de Iván Duque.

Como se recuerda, a la cita en las urnas aquel último domingo de mayo llegaba Gustavo Petro (Pacto Histórico) encabezando las preferencias, con porcentaje en promedio de 37 %, seguido de Federico Gutiérrez (Coalición Equipo por Colombia), que oscilaba en el 28 %, y unos puntos atrás figuraba Rodolfo Hernández (Liga de Gobernantes Anticorrupción), que bordeaba un 21 %. Muy lejos venía Sergio Fajardo (Coalición Centro Esperanza), que en las encuestas a duras penas alcanzaba un 5 %.

Las urnas dictaminarían un triunfo del aspirante de izquierda, con 40,3 % de los votos, seguido de Hernández, que alcanzó un 28,1 % de los sufragios, asegurando ambos su paso a la segunda vuelta en el tercer domingo de junio. El gran damnificado sería Gutiérrez, que solo sumó el 23,9 % de los apoyos, en tanto que Fajardo confirmó su declive, sacando apenas 4,2 %.

Una vez conocidos los resultados, todos los analistas coincidían en que, más allá de lo que pasara en la segunda vuelta, tanto Hernández como Gutiérrez, e incluso el propio Fajardo, serían los nuevos factores de poder político y partidista en Colombia si Petro sucedía a Duque.

Los cálculos estaban a la orden del día. Desde la centroderecha se especulaba que los votos de Gutiérrez se le sumarían en su mayoría a Hernández, lo que aumentaba sustancialmente sus opciones de triunfo. En las toldas petristas, a su turno, sostenían que los votos de Fajardo, a la hora de la verdad, se inclinarían más hacia la izquierda y que la ventaja lograda en la primera vuelta era suficiente para mantener la opción de triunfo (…).

Al final, como se sabe, en el balotaje final el aspirante del Pacto Histórico terminó ganando con el 50,4 % de los votos, en tanto que el dirigente santandereano perdió con el 47,3 %, teniendo apenas una distancia de 700000 votos.

¿Dónde están?

Doce meses después de la primera vuelta, la política ha evidenciado ser muy “dinámica”, al menos en lo relativo al papel que han venido jugando los rivales del hoy jefe de Estado.

La mayor sorpresa es, sin duda, Hernández. Tras perder en el balotaje, estaba llamado a ser el jefe de la oposición, pero terminada la campaña decidió simple y llanamente no asumir ese papel. Señaló que el nuevo gobierno debería tener margen para arrancar y él tendría una postura vigilante, aunque proactiva. Incluso, estuvo varias semanas dudando en torno a si asumiría la curul en el Senado que le correspondía automáticamente por haber competido en segunda vuelta.

Al final, se posesionó y su movimiento político (Liga de Gobernantes Anticorrupción) se declaró oficialmente en oposición al Gobierno.

Sin embargo, lejos de seguir con un papel protagónico a nivel nacional, Hernández poco a poco empezó a desaparecer. De un lado, hubo muchos problemas internos en su colectividad, sobre todo por las diferencias políticas e incluso de financiación que tuvo con la ex fórmula vicepresidencial Marelen Castillo y los otros dos parlamentarios de su cauda. A ello se sumó el avance de un proceso penal en la Corte Suprema de Justicia, que se le complicaba cada vez más. Y, como si fuera poco, el excandidato presidencial empezó a pensar en una eventual candidatura suya a la alcaldía de Bucaramanga o la gobernación de Santander.

La suma de todas esas circunstancias lo llevaría a renunciar al Senado en la segunda semana de octubre, dejando entrever que se sentía subutilizado en el Congreso y que pensaba que sería más útil en su tierra.



Así las cosas, pese a haber sumado 10,5 millones de votos en la segunda vuelta, Hernández no solo nunca asumió como jefe de la oposición, sino que, además, en menos de cuatro meses salió del Senado y del escenario nacional. Desde entonces, pese a la gestión accidentada de Petro en varios flancos, poco ha terciado en las grandes controversias. Afincado en Bucaramanga, ha sonado más que todo por los problemas en la formación del partido y el tire y afloje por la personería jurídica.

Hoy, doce meses después de haber dado la sorpresa y pasar a la segunda vuelta presidencial, el ingeniero santandereano incluso no se sabe si será candidato a los comicios de octubre. Hace apenas un par de semanas se informó que tiene un tumor en el colón, sin que hasta el momento se haya confirmado si es maligno ni qué tratamiento seguirá.

"Fico", en ciernes

Al contrario de Hernández, “Fico” Gutiérrez sí ha tratado de mantener una vigencia nacional. De hecho, tanto en las redes sociales, como en algunas columnas de opinión y constantes entrevistas, ha sido uno de los más enconados críticos de Petro.

Pero es evidente que el no tener un partido fuerte como base política le ha impedido ejercer como jefe de la oposición (en ausencia de Hernández), como le correspondería políticamente tras los 5 millones de votos que logró en la primera vuelta.

Lo cierto es que, de Gutiérrez, afincado en Medellín, no se tiene claro hoy el futuro. En marzo el Consejo Nacional Electoral le otorgó la personería jurídica a su movimiento político, denominado Creemos, y ese día anunció que avalaría candidatos no solo en Antioquia, sino en el resto del país.

Es más, mientras algunos allegados suyos insisten en que piensa lanzarse de nuevo a la Casa de Nariño en 2026, en los corrillos políticos paisas crecen las versiones de una eventual candidatura suya a la alcaldía de Medellín o a la misma gobernación antioqueña en octubre próximo.

¿Y Fajardo?

Desde el mismo momento en que su participación en la primera vuelta de mayo de 2022 fue una completa decepción, se especuló con un retiro de la actividad política por parte de Fajardo, tras encadenar varias candidaturas presidenciales fallidas.

Sin embargo, el también exalcalde y exgobernador se ha mantenido en el escenario. Crítico del gobierno Petro, aunque desde una postura más intelectual que partidista, lo cierto es que Fajardo sigue opinando de manera permanente.

En el plano político decidió unir su movimiento Compromiso Ciudadano con el de Dignidad, del ex precandidato presidencial Jorge Enrique Robledo. La idea es avalar candidatos para los comicios de gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles de octubre.

Ambos dirigentes apuestan a convertirse en una colectividad de “centro político” verdadero. Desaparecida por completo la coalición de la Centro Esperanza, Fajardo no aspirará a cargo alguno, pese a algunas especulaciones en contrario. Es claro que, fiel a su postura política, trata de apartarse de la polarización, pero esa apuesta, en las urnas, cada vez pareciera tener menor eco.

Como se ve, la “política es dinámica”. Mucho va de lo que doce meses atrás se pensaba sobre el rol que cumplirían Hernández, Gutiérrez y Fajardo en el primer año de gobierno de Petro, a lo que en realidad han hecho en estos últimos tiempos.